Solar Impulse, una ventana para las tecnologías del futuro
Nadie se plantea que utiliza en exceso el avión para trasladarse de un lugar a otro. Al contrario. Este medio de transporte se utiliza cada vez con mayor frecuencia y cada vez el coste del billete es menor. La multiplicación del tráfico y de la oferta aérea redunda en una mayor comodidad y movilidad de millones de personas. Pero estos beneficios tienen un precio, y muy caro, para el planeta, para el medio ambiente y para la capa de ozono, afectados gravemente por la contaminación que causa el uso abusivo de estos aparatos.
Entre 1990 y 2004, los gastos de efecto invernadero de los aviones aumentaron un 87% y se estima que se duplicarán con creces de aquí a 2020. Se ha calculado que un pasajero que realiza un viaje de ida y vuelta entre Londres y Nueva York genera el mismo nivel de emisiones que se necesita para calentar una vivienda unifamiliar durante un año entero. Ante esta perspectiva, no cabe duda de que tenemos que encontrar alternativas y pronto. Es así como nace el proyecto Solar Impulse, un prototipo de aeroplano solar. En un mundo dependiente de las energías fósiles, el proyecto Solar Impulse es una paradoja, casi una provocación: aspira a hacer despegar y hacer volar de manera autónoma, día y noche, un avión propulsado exclusivamente por energía solar y mantenerse así en vuelo durante varios días sin ningún tipo de combustible, para efectuar la vuelta al mundo, sin carburantes ni contaminación.