Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.
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domingo, 29 de junio de 2025
Definición de la portada del libro Periodismo con Sentido
Ecos en Jet Set
Por Cesáreo Silvestre Peguero
Gritó la noche su llanto de hierro,
entre luces rotas y un eco sin fin.
La música ardía, temblaba el alma,
¡ay, Jesús!, cuantos sueños rotos.
Un segundo bastó para el luto,
un brusco estruendo, y todo cambió.
Cuerpos tendidos bajo los escombros,
el gozo en tragedia se tornó.
No hubo tiempo para los adioses,
ni para elevar una oración.
Solo el caos, la sombra, el espanto,
y un silencio cortante, sin opción
Torpe destino
que no alertó al alma ni al corazón.
¡Oh, generación distraída y frágil!
que busca escape, olvida razón:
vanidad sin redención.
Pero aún hay camino y esperanza,
cuando reina el dolor.
Si alzamos los ojos hacia el cielo,
hallaremos vida en el Salvador.
13 años despertando conciencia.
Sus obras no son meras narraciones… son ecos vivos de una memoria que se resiste al olvido. Son ventanas abiertas al ayer, donde cada rostro, cada voz, cada paso reconstruye la identidad de un pueblo que merece recordarse a sí mismo.
Con sensibilidad y compromiso, Cesáreo ha plasmado crónicas que despiertan la conciencia dormida:
— Las notas dolidas de Marino Pérez y la lírica popular de Ramón Torres,
— Las voces silenciadas de Leo Martínez y Luis Manuel Medina, convertidas en eternas,
— La lucha obrera de José Blanche, cuya palabra aún reclama justicia,
— El espíritu sereno de Fray Máximo Rodríguez, sembrando fe en el corazón del tiempo,
— La vida ejemplar en la historia callada de Ramón Santana,
— El destino de un joven evangélico, símbolo de fe entre pruebas,
— Las heridas sociales de un drama silencioso: el aborto adolescente,
— La historia dulce y amarga de nuestra industria azucarera,
— El legado tierno y firme de Sonia Iris Reyes, sembradora de humanidad,
Y la vocación ardiente de servicio en el Coronel de Bomberos Víctor Avelino.
Cada uno de estos títulos es más que un registro: es una ofrenda, un faro encendido para quienes vendrán después, un acto de justicia frente al olvido.
Desde 1993, la pluma y la cámara de Cesáreo han sido instrumentos de verdad. Y desde el 2012, hace ya 13 años, sus documentales y libros siguen sembrando conciencia, construyendo puentes entre el pasado y el presente, y rescatando del polvo los nombres que merecen ser eternos.
Porque un pueblo que olvida su historia, se condena a repetir su desmemoria. Pero un pueblo que la revive con dignidad, se eleva…
Y gracias a este noble trabajo, San Pedro de Macorís sigue elevándose.
Perfil biografico Audiovisual Visual del periodista y escritor Cesáreo Silvestre Peguero:
(1) Causas y consecuencias del Aborto en las Adolescentes:
Llamado a los gremios periodísticos, culturales y sociales.
A ustedes, hermanos y hermanas del quehacer cultural,
a los periodistas, escritores, gestores,
a los hombres y mujeres que han hecho de la palabra y el arte
su trinchera para defender la memoria y la verdad:
¡Es tiempo de levantarse!
No podemos seguir siendo testigos mudos
de atropellos que, aunque parezcan pequeños,
son síntomas de una enfermedad mayor:
la indiferencia institucional,
el irrespeto a los acuerdos legítimos,
el uso del poder para premiar la sumisión
y castigar la conciencia libre.
Los invito, los convoco, los interpelo.
No por un caso personal,
sino por el principio que todos decimos defender.
Si un acuerdo del Consejo de Regidores puede ser ignorado
sin que ninguna voz se alce,
¿qué mensaje estamos dejando a las generaciones que vienen?
¿Vale más una prebenda que la verdad?
¿Vale más una fotografía con el poder que la memoria de nuestros héroes?
¿Acaso no es nuestra responsabilidad proteger la historia
de hombres como José Blanche,
que no negociaron su conciencia ni su lucha?
La cultura no puede ser cómplice.
El periodismo no puede ser rehén.
La sociedad no puede ser sorda ni ciega
ante el desprecio institucionalizado.
Por eso, convoco a los gremios periodísticos,
a las asociaciones de artistas, escritores, documentalistas,
a los centros culturales, a las universidades,
a pronunciarse, a no callar, a reclamar.
No por mí. Por nosotros. Por la historia.
Por lo que somos… y lo que aún podemos llegar a ser.
Llamado a la sensatez desde San Pedro de Macorís
Por Cesáreo Silvestre Peguero
Me dirijo respetuosamente a los líderes y miembros de la oposición política, particularmente de Fuerza del Pueblo y del Partido de la Liberación Dominicana, no como adversario, ni como adversidad, sino como ciudadano consciente, hijo de esta tierra que ha servido desde la palabra, el compromiso cívico y el ejercicio ético del periodismo.
Hoy, la institucionalidad en San Pedro de Macorís tambalea. La voluntad expresa de la Sala Capitular, órgano deliberativo y legítimo del Ayuntamiento, ha sido desacatada, pisoteada, ignorada. Una resolución que reconocía un aporte económico en mi beneficio fruto de años de servicio, entrega y trabajo cultural ha sido burlada por quienes, teniendo el deber de respetar la ley, se colocan por encima de ella.
Esto no es un reclamo personal. Es un grito por el respeto al marco institucional. Porque lo que hoy se me niega a mí, mañana se le negará a otros. Porque cuando se desacatan las decisiones del poder legislativo local, se hiere de muerte el estado de derecho, se debilita la democracia y se fomenta el caos.
A ustedes, Fuerza del Pueblo y PLD, les pido que no miren hacia otro lado. Que asuman su rol fiscalizador, que eleven su voz no por Cesáreo Silvestre solamente, sino por la defensa de los procesos, del orden, de la legalidad. El silencio de la oposición frente al atropello, la convierte en cómplice por omisión.
Este es el tiempo de mostrarse distintos. De demostrar que no se oponen solo por política, sino por principios. Que no son simples aspirantes al poder, sino guardianes del sistema. San Pedro de Macorís, con su historia gloriosa, merece más que componendas, indiferencia y favoritismos.
Como está escrito en proverbios capítulo veintiuno, verso 3: “Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio.”
Hago este llamado no desde el enojo, sino desde la esperanza de que todavía hay hombres y mujeres con conciencia limpia y sentido de patria. No callaré ante la injusticia, porque el que calla consiente, y yo prefiero ser herido por hablar con verdad que recompensado por guardar silencio cómplice.
Pronunciamiento público ante la desidia institucional y el silencio cómplice.
Por Cesáreo Silvestre Peguero
San Pedro de Macorís, ciudad de historia y espíritu,
tierra que vio nacer luchas, poetas y causas nobles,
hoy se inclina, adolorida, bajo el peso de su propia indiferencia.
Las instituciones, que deberían sostener la dignidad del pueblo,
son frecuentemente utilizadas como escenario de burlas,
donde algunos se sirven de sus cargos y no sirven a su gente.
He sido testigo directo, y también protagonista,
de un hecho que resume la fragilidad de nuestro orden institucional:
una resolución del honorable Consejo de Regidores,
aprobada en sesión ordinaria el día 9 de febrero del año 2023,
en la que se dispuso un modesto aporte económico para
la producción del documental “Historia y legado de José Blanche”,
fue ignorada sin explicación por el actual síndico, Raymundo Ortiz (Rafa PC),
con un desprecio que hiere no solo a quien suscribe,
sino a la memoria de un luchador sindical que entregó su vida
por la justicia social en esta tierra.
Este atropello no fue solo administrativo. Fue ético. Fue moral.
Fue una bofetada a la cultura, al periodismo,
y al alma viva de San Pedro de Macorís.
Pero más doloroso aún, ha sido el silencio.
El silencio de voces que alguna vez proclamaron principios,
el silencio de los gremios que debieron alzarse,
el silencio de los que, por dádivas o temor,
prefieren callar y no contrariar al poder.
No reclamo por mí.
Reclamo por la historia que no debe ser sepultada en el olvido.
Reclamo por la cultura, por la dignidad,
por el deber de los funcionarios de cumplir con la ley
y por el derecho del ciudadano de ser respetado.
Reclamo porque todavía creo,
con el corazón firme y la fe del justo,
que en este pueblo late una conciencia que aún puede despertar.
No es tarde para recuperar la decencia.
No es tarde para honrar los acuerdos públicos.
No es tarde para que los hombres y mujeres de buena voluntad
reclamen transparencia, verdad y justicia.
San Pedro de Macorís,
despierta.
Que no se diga que en el siglo XXI,
un pueblo que fue faro, se convirtió en sombra.
Palabras de gratitud por escrito del licenciado Sergio Cedeño
Por Cesáreo Silvestre Peguero
Agradezco profundamente al licenciado Sergio Cedeño por sus palabras pronunciadas en ocasión de la proyección del documental sobre la vida de Víctor Avelino Uribe.
Su intervención, cargada de nobleza, lucidez y verdad, ha sido mucho más que una alocución protocolar: ha sido un tributo sincero, un abrazo de ideas y afectos, una ofrenda de altura y sentido que honra tanto al homenajeado como al humilde autor de esta obra.
El licenciado Cedeño ha sabido captar con maestría el espíritu que anima mi vocación: esa inquietud de contar vidas, de atrapar la memoria, de alzar la voz por los que merecen ser recordados, no por la vanidad, sino por el ejemplo. Su generoso reconocimiento al esfuerzo de quienes cultivamos el periodismo biográfico, no solo enaltece esta labor, sino que impulsa a seguirla ejerciendo con rigor, respeto y amor por la verdad.
Pero más aún le agradezco su exaltación de don Víctor Avelino Uribe, ese faro de integridad y templanza que en su persona encarna lo mejor de nuestra historia reciente. Cedeño, con mirada serena y palabra precisa, ha trazado un perfil humano, firme y sin estridencias, que honra a quien verdaderamente honra.
Le admiro, le respeto, y le agradezco con el alma. En cada frase suya he sentido la fuerza del compromiso con la patria, con la decencia y con la esperanza.
Dios le bendiga siempre, licenciado Sergio Cedeño. Gracias por elevar con su palabra este momento y por recordarnos que la verdad dicha con belleza también salva.
San Pedro de Macorís,
1ro de mayo del 2025.
Cesáreo Silvestre Peguero.
Palabras de Sergio Cedeño en la proyección del documental sobre la vida de Víctor Avelino Uribe.
Muy buenas tardes a todos los presentes.
Cuando recibí la invitación del periodista Cesáreo Silvestre para pronunciar estas breves palabras, jamás dudé en aceptar.
Dos razones inmediatas surgieron: primero, apoyar la titánica labor periodística y documentalista de uno de nuestros mejores periodistas petromacorisanos, quien ha dedicado su vida a uno de los géneros más hermosos, el de documentar y biografiar vidas.
Y, segundo, porque la persona que hoy recibe este homenaje es un extraordinario amigo y un ejemplo de servicio comunitario con una hoja impecable.
Conozco tanto al autor como al biografiado desde hace varias décadas. Obviamente, a Víctor Avelino desde mucho antes, cuando nos encontramos en las lides políticas en la década de los años 90.
A Cesáreo lo conocí una o dos década más tarde, cuando sus inquietudes literarias y periodísticas buscaban un cauce productivo que finalmente encontró en el género de reportajes y biografías de figuras emblemáticas de nuestra sociedad.
Cesáreo Silvestre ha cultivado, con gracia y profundidad, un género tan riguroso como el interpretativo, específicamente la crónica o el reportaje biográfico. Este estilo se caracteriza por tres aspectos fundamentales:
Un enfoque narrativo, donde combina hechos reales con una escritura que evoca la experiencia y la personalidad del personaje, creando relatos cautivadores.
Un contenido investigativo, que exige una profunda exploración de la vida y el contexto histórico del sujeto.
Una visión analítica y subjetiva, en la que el autor interpreta el impacto y legado de los protagonistas en la sociedad.
Este género, por su nivel de exigencia, no es muy practicado, ya que requiere un esfuerzo de investigación y lectura que a menudo carece del atractivo inmediato de las noticias rápidas.
Sin embargo, Cesáreo ha sido uno de los pocos en nuestra región que lo cultiva, siguiendo quizás los ejemplos de gigantes como Oriana Fallaci, con su estilo apasionado en entrevistas y biografías de figuras culturales y políticas; Ryszard Kapuściński, cuyas crónicas y trabajos biográficos son pilares del periodismo interpretativo; o Emil Ludwig, quien humanizó con elegancia la vida de grandes líderes como Napoleón Bonaparte y Benito Mussolini.
Sobre mi querido amigo Víctor Avelino no profundizaré demasiado, pues la esencia de este homenaje radica en el documental realizado por Cesáreo Silvestre, que hará justicia al hombre excepcional que hoy celebramos.
Sin embargo, no puedo dejar de resaltar su reciedumbre, humildad y vocación de servicio; cualidades que lo convierten en un portaestandarte de valores que parecieran haber quedado en el pasado.
Víctor Avelino representa la antítesis de nuestra época. Forjó su destino con esfuerzo y trabajo digno, lejos de las trampas, las intrigas y la ambición desmedida.
Nunca ascendió sobre las ruinas de otros ni se rindió ante los altares de conveniencia.
Él encarna la moralidad en el ejercicio de la función pública y nos recuerda que el fin jamás podrá justificar los medios.
Hoy me honro al honrarlo. Al hacerlo, me aferro a la esperanza de que no todo está perdido.
Mientras existan hombres como Víctor Avelino Uribe, la luz de la rectitud y la decencia seguirá brillando, incluso en medio de la adversidad más oscura.
Que este homenaje sea un faro, un recordatorio eterno de que aún podemos creer en un futuro mejor.
Mientras haya hombres como él, la esperanza jamás morirá.
Felicidades a Cesáreo por este nuevo aporte. Y congratulaciones a Víctor, por el hoy el depositario de este hermoso documental.
Que Dios los bendiga.
Muchas gracias
1 de mayo del 2025, San Pedro de Macorís.
Discurso acto proyección Documental Vocación de servicio del coronel Víctor Avelino.
Por Cesáreo Silvestre Peguero
Muy buenas noches.
Nos encontramos hoy aquí para rendir homenaje al honorable Coronel de los Bomberos, Víctor Avelino Uribe, con la proyección de este documental que recoge su vida de entrega y servicio.
Distinguidas autoridades, miembros del Cuerpo de Bomberos, ciudadanos presentes: Este acto procura reconocer a un hombre que, durante más de tres décadas, ha demostrado que la vocación no se proclama, se vive.
El señor Victor avelino Uribe, ha sido más que un bombero: Es un servidor incansable, una guía, un verdadero instructor.
Su accionar humanista enciende luces de esperanza en comunidades vulnerables, él orienta a jóvenes, previniendo incendios y dando ejemplo de vida.
Dice la Escritura en Romano capítulo 5, verso 6: “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.” Esta cita nos recuerda que el sacrificio desinteresado también es reflejo del amor más genuino. Y eso ha sido él: Un servidor que da sin esperar, que actúa por convicción.
Hoy queremos decirle: Gracias, Coronel Avelino, por servir con humildad, con fe, con valor, con esa grandeza que no busca reconocimiento pero lo merece todo.
Este audiovisual es solo una muestra de lo mucho que su pueblo le estima.
Como productor de este documental, me siento profundamente complacido de poder honrarle. *E invito a mis colegas comunicadores a asumir también el reto de ejercer un periodismo con sentido, que narren sobre vidas ejemplares, que rescaten valores y que promuevan la transformación.*
*En una era dominada por el sensacionalismo y la prisa digital, urge volver a contar historias con propósito. Desde el año 1991 he venido desarrollando este tipo de periodismo, no para fama, sino por convicción.*
Gracias al equipo técnico que me acompaña: Roberto Richarzon en cámara, Luis Enrique Morales Garo en audio, Jeremi Rodríguez edición, Maestra Gladys Martínez correctora de estilo. Agradezco además al licenciado *Sergio Cedeño,* periodista y escritor, quien ha escrito el prólogo de este esforzando trabajo del cual también es parte mi hijo Raydel Silvestre Rambalde.
Y a ustedes, muchas gracias por su presencia. Que Dios les bendiga..!
Nota a ser difundida
Por: FUPECONSE
Por: FUPECONSE
San Pedro de Macorís.- La Fundación Cívica y Cultural Periodismo Con Sentido, presidida por el periodista y escritor Cesáreo Silvestre Peguero, presentó con solemne emotividad su más reciente obra audiovisual: Vocación de Servicio, un relato que honra la vida ejemplar y la entrega incondicional del coronel de bomberos Víctor Avelino Uribe.
El acto, cargado de emoción y valor histórico, tuvo lugar en la Estación de Bomberos BX2, en la carretera San Pedro–Romana, donde se dieron cita figuras prominentes del ámbito social y comunitario, así como familiares y amigos del homenajeado, todos reunidos bajo un mismo sentir: el reconocimiento al servicio auténtico.
El coronel Avelino dio apertura formal al importe evento con palabras de profunda humildad y agradecimiento, dejando en el aire una estela de nobleza. La lectura bíblica estuvo a cargo del oficial de bomberos, comunicador y abogado Ruddy Bonaparte, quien proclamó la Palabra desde 1 Pedro 4:7-11 que nos recuerda que el fin de todas las cosas se acerca y nos llama a estar sobrios, atentos a la oración y a amarnos fervientemente.
En la mesa de honor se encontraban, junto al coronel, Cesáreo Silvestre Peguero, la hija del biografiado Geidi Avelino, el ex-síndico y periodista Sergio Cedeño, el coronel de Bomberos José Hernández Quiñones (Pepecito), la Coronela María Estévez y el actual intendente Rubén De La Cruz, testigos y partícipes de un acto que, más que un homenaje, fue proyección de justicia histórica.
La conducción del evento estuvo en manos del locutor, periodista y abogado Bernardo Haché, quien imprimió a la ceremonia un ritmo ágil, emotivo y sobrio.
El prólogo comentado, piedra angular que introduce y magnifica el alma de este documental audiovisual, fue elaborado con maestría por el periodista y escritor Sergio Cedeño. En su disertación, Cedeño no solo destacó el valor tangible de esta obra, sino que penetró en su esencia más íntima, desentrañando el mensaje profundo que late en cada escena y palabra. Con una pluma firme y un pensamiento elevado, exaltó la trascendencia de esta producción, definiéndola como un testimonio vivo que perpetúa la memoria, dignifica la verdad y otorga voz a quienes la historia suele silenciar. Su mirada crítica y a la vez sensible, como el alfarero que moldea con arte y paciencia, elevó esta creación audiovisual al sitial que merece: una obra imprescindible para la conciencia colectiva y la posteridad.
En su intervención, Cesáreo Silvestre Peguero expresó: “El señor Víctor Avelino Uribe ha sido mucho más que un bombero: ha sido un sembrador incansable de esperanza, un guía firme en medio de las tormentas, un instructor cuya antorcha humana ha iluminado los caminos más oscuros de nuestras comunidades vulnerables. Hoy, San Pedro de Macorís le dice: Gracias, Coronel Avelino, por servir con humildad, con fe, con un valor silencioso que no busca aplausos pero merece la gratitud eterna.”
"El referido trabajo audiovisual desnudó, además, la alarmante indiferencia de la institución bomberil, que ha relegado al olvido la justa pensión del coronel Avelino Uribe, tras más de treinta y cinco años de abnegado servicio y heroísmo silenciado por la burocracia."
Este nuevo documental se inscribe en una trayectoria de más de trece años en la que Cesáreo Silvestre ha levantado la memoria de San Pedro de Macorís y más allá, con obras que no solo informan, sino que palpitan como latidos vivos del alma colectiva: La historia de Marino Pérez, Relato de la trayectoria de Ramón Torres, Crónica de las voces silenciadas de los comunicadores Leo Martínez y Luis Manuel Medina, Trascendencia histórica del sindicalista José Blanche, Ejemplo sacerdotal y siembra de fe de Fray Máximo Rodríguez, Historia callada del municipio Ramón Santana, El dulce y amargo pasado del azúcar en la historia de la industria azucarera y realidad de los bateyes, El destino de un joven evangélico, Las heridas mudas del aborto en las adolescentes, Legado de Petronila Peguero Hernández, Sonia Iris Reyes: Sembradora de Humanidad, entre muchas otras piezas que, como hilos de oro, han bordado la historia invisible y silenciada de nuestro pueblo.
Cada uno de estos documentales es más que archivo: son faros encendidos que desafían la sombra del olvido, son puentes entre generaciones, son gritos de dignidad y rescates valientes que nos enseñan que la memoria es un deber sagrado.
Sin embargo, es necesario alzar la voz y señalar que tanto la producción de esta obra como la realización del evento se hicieron sin el respaldo económico de las instituciones llamadas a sostener la cultura: el Ministerio de Cultura y el departamento de cultura del Ayuntamiento local brillaron por su ausencia. Esta indiferencia institucional es una alarma que nos interpela a todos: un pueblo que abandona su cultura camina hacia la orfandad espiritual.
Hoy más que nunca corresponde a la sociedad y, muy especialmente, a los comunicadores con criterio y conciencia, abrazar con dignidad la tarea de difundir y valorar estas obras que son testimonio vivo de fe, esfuerzo y esperanza. Se exhorta a la comunidad vibrante de San Pedro de Macorís a respaldar decididamente estos eventos que enriquecen nuestro acervo y elevan la conciencia colectiva, en un tiempo donde los contenidos huecos y dañinos parecen gozar de más respaldo que los esfuerzos genuinos por preservar lo mejor de nosotros mismos.
Porque solo un pueblo que honra y defiende su historia puede soñar, con pie firme y corazón limpio, un porvenir luminoso.
"Al concluir la proyección audiovisual, algunos de los presentes, complacidos, compartieron sus impresiones, vertiendo palabras que reflejaban la esencia y el valor del mensaje recibido."
"Legado de Luz: La Dignidad Hecha Hombre y la Pluma que Eterna la Historia"
El exsíndico, periodista y escritor Licenciado Sergio Cedeño exaltó con hondura la incansable labor periodística y documentalista del también escritor y periodista Cesáreo Silvestre, distinguiéndolo como uno de los más insignes artesanos del género biográfico en la región.
“Cesáreo ha abrazado con maestría y sensibilidad un género que exige rigor y alma, entretejiendo narrativa, investigación y análisis con hilos de pasión y verdad para dar aliento y voz a figuras emblemáticas de nuestra historia social”, pronunció el orador con solemnidad, trazando paralelos con los grandes del oficio, como Oriana Fallaci y Ryszard Kapuściński, quienes, desde otros confines, honran la misma vocación.

El discurso, vibrante y comprometido, recordó que Avelino jamás edificó sus logros sobre las ruinas ajenas, ni se arrodilló en los altares fluctuantes de la conveniencia; en cambio, se erigió como guardián incorruptible de la moralidad y la ética en el ejercicio público. “Mientras existan hombres como Víctor Avelino, la llama de la rectitud seguirá danzando invicta, iluminando las noches más tenebrosas y recordándonos que la decencia nunca muere”, proclamó.
El homenaje no solo se alzó como tributo a la vida y obra de un hombre ejemplar, sino también como un grito de esperanza, un soplo de aire puro en medio de los vientos adversos de estos tiempos convulsos.
“Felicidades a Cesáreo por este nuevo eslabón dorado en la cadena de su obra documental, y congratulaciones a Víctor, depositario de esta pieza que honra y perpetúa su legado. Que la gracia de Dios los sostenga y bendiga siempre”, culminó la emotiva jornada, envuelta en aplausos sinceros y miradas emocionadas.
La cultura exógena que arrebata la identidad
Por Cesáreo Silvestre Peguero
Como nación, no escapamos al influjo de la transculturización. Cuando esta es noble y edificante, enriquece nuestro acervo, nos conecta con el desarrollo y con las tendencias sanas del mundo moderno. Pero, ¡ay de nosotros si tal influencia desciende a corrompernos! No está mal dejarnos guiar por normativas de decencia y respeto que rigen a las grandes naciones. Nosotros, como país en vías de desarrollo, necesitamos contemplarnos a través del cristal de la modernidad y la dignidad. Sin embargo, abrir las puertas a patrones conductuales aberrantes es algo que debemos rechazar con determinación.
La sociedad actual, y en especial los países de Latinoamérica, ha sido penetrada por costumbres foráneas que promueven música depravada, exaltan la degeneración sexual, incitan a la violencia y fomentan el consumo vulgar de estupefacientes. Es urgente detener esta marea de descomposición social que invade sin tregua la República Dominicana.
A este cuadro sombrío se suma la falta de institucionalidad, exhibida de manera grosera y descarada ante la indiferencia de una oposición política que, en lugar de ser vigía y guardiana de la democracia, permanece muda.
Observe usted, por ejemplo:
En la República Dominicana, el Día del Trabajo (1.º de mayo) está consagrado por la Ley 139-97, la cual establece claramente que esta fecha no debe ser movida. El Ministerio de Trabajo ha reiterado una y otra vez que ese día se celebra y no se labora. Solo si el 1.º de mayo cae en domingo, el feriado se traslada al lunes siguiente.
Esta ley fue concebida para preservar el sentido y la memoria histórica de la lucha obrera, para honrar el sudor y el sacrificio de quienes construyen la nación. Sin embargo, en un acto que desborda el límite de la legalidad, el Día Internacional del Trabajador ha sido trasladado por decreto del jueves 1.º de mayo al lunes 5 del mismo mes, violando así la esencia y la letra de la Ley 139-97.
¿Puede acaso un decreto colocarse por encima de una ley? ¿Nos hemos doblegado tanto ante el poder económico que el propio Estado desacata su marco jurídico para complacer a los grandes empresarios?
Estas son las grietas que van minando los cimientos de nuestra identidad y dignidad como nación. Ya es hora de despertar, de alzar la voz con firmeza y convicción, de recordar que somos un pueblo llamado a vivir con decencia, justicia y respeto por las normas que nos rigen.
"La Grandeza del Alma Madura"
Por Cesáreo Silvestre Peguero
La madurez personal no es otra cosa que la conquista interior donde mente y corazón aprenden a caminar en armonía. Es el desarrollo emocional y mental que nos permite tomar decisiones responsables, gestionar con sabiduría nuestras emociones y relacionarnos con los demás de manera edificante. Ser maduro implica abrazar la empatía, la resiliencia y la noble capacidad de aprender de cada error como quien pule una joya hasta hacerla brillar.
Debemos superar los resentimientos, pues solo allí se manifiesta la verdadera estatura de nuestro crecimiento emocional. Si, ante cada sospecha de haber sido heridos, cerramos las puertas del corazón, permaneceremos siempre pequeños y miserables en el alma. La madurez se mide en la anchura del perdón y la amplitud del abrazo sincero.
Quien les escribe, Cesáreo Silvestre, ha recibido toda clase de ofensas en distintos momentos de la vida; sin embargo, jamás he permitido que eso me aleje de mi esencia: la amistad generosa y el afecto limpio. Siempre he sostenido que lo objetivo es impersonal: se debaten ideas, nunca se destruyen personas.
Crecer es dejar atrás la hojarasca de la ofensa y sembrar raíces firmes en la tierra fértil del amor genuino.
Romano capítulo 12, versos 17 al 18:
"No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres."
“Provincia sin brújula.”
Por Cesáreo Silvestre Peguero

Dios, en su infinita sabiduría, me permitió nacer en una porción de los 48,422 kilómetros cuadrados que conforman la amada geografía de nuestra República Dominicana. No fue al azar porque con Dios no hay casualidad, sino bajo el trazo exacto del Creador, quien en su soberanía ubicó a cada pueblo en su respectiva región: Norte, Sur y Este.
Soy del Este, de la tierra donde el sol se asoma primero… pero a veces, confieso, quisiera que el Este fuera el Norte. No por renegar de mis raíces, sino por anhelar el sentido de pertenencia, el empuje común y la visión compartida que he visto brillar con fuerza en otras regiones.
El Norte, por ejemplo, ha aprendido a tejer logros colectivos, a defender sus conquistas como quien protege su pan diario. Ha sembrado unidad, y cosecha progreso. Mientras tanto, en la Región Este, y en especial en San Pedro de Macorís mi cuna, mi herida, se arrastra la sombra amarga de la segregación social.
La ciudad está partida por líneas invisibles, donde las divisiones grupales han cavado abismos. En vez de puentes, se levantan muros; en vez de abrazos, se lanzan desdenes. La unidad es un eco lejano, y la tirantez se ha vuelto costumbre.
Mientras otras provincias luchan por preservar su identidad y elevar su arte, en la mía, los monumentos se pudren bajo el polvo del descuido. Las manifestaciones culturales agonizan sin aplauso. El folklore, despojado de respeto, se desvanece en el olvido. Y mientras los groseros avanzan con estridencia, los verdaderos luchadores, los que quieren construir, no dividir, son silenciados, ridiculizados, marginados.
Es este el retrato de una provincia sin brújula…
Donde el Este amanece todos los días, pero no termina de despertar.
Realizan proyección Audiovisual
Por FUPENSE
San Pedro de Macorís.– La Fundación Cívica y Cultural Periodismo Con Sentido, presidida por el periodista y escritor Cesáreo Silvestre Peguero, presentó con solemne reverencia su más reciente obra audiovisual:
Vocación de Servicio, un canto visual que enaltece la vida del coronel de bomberos Víctor Avelino Uribe, tejida con hilos de sacrificio, dignidad y entrega sin reservas. Una vida que no pidió focos, pero que alumbró caminos.
El acto, cargado de una emotividad que no se disimula y una fuerza histórica que interpela, tuvo lugar en la Estación de Bomberos BX2, en la carretera San Pedro–Romana. Allí se congregaron rostros de la comunidad, figuras sociales y familiares del homenajeado, todos reunidos bajo un mismo designio: rendir tributo al valor silente y al heroísmo cotidiano que rara vez ocupa titulares, pero que sostiene las entrañas de un pueblo.
Fue el mismo coronel Avelino quien abrió formalmente el evento. Con palabras humildes, bañadas de una nobleza inquebrantable, elevó un mensaje que caló hondo: el deber cumplido no pide medallas, pero sí memoria.
La lectura bíblica fue proclamada por el oficial de bomberos, comunicador y abogado Ruddy Bonaparte, quien leyó con unción desde 1 Pedro capítulo cuatro, versos del 7 al 11, recordándonos que todo don ha de ponerse al servicio de los demás, como testimonio vivo de la multiforme gracia de Dios.
La mesa de honor estuvo compuesta por figuras que no solo respaldaban un acto, sino que validaban una historia. Junto al coronel Avelino se sentaron Cesáreo Silvestre Peguero; su hija Geidi Avelino; el ex-síndico y periodista Sergio Cedeño; el coronel José Hernández Quiñones (Pepecito); la coronela María Estévez y el actual intendente Rubén De La Cruz. Todos fueron testigos de un acto que más que homenaje, fue un acto de justicia restaurativa.
La conducción del evento, en manos del locutor, periodista y abogado Dr. Juan Bernardo Haché Feliciano, llevó ritmo, emoción y solemnidad a cada momento. Su palabra fue puente entre los corazones presentes y la profundidad de la causa celebrada.
El prólogo comentado, pieza esencial que da alma y estructura al documental, fue escrito con pericia por el periodista y escritor Sergio Cedeño, quien con verbo hondo supo encapsular el espíritu de una vida consagrada al bien común.
Durante su intervención, Cesáreo Silvestre Peguero pronunció el discurso central, donde no solo celebró al hombre homenajeado, sino que también alzó la voz como centinela de la verdad:
> “Este documental no solo enaltece una vida ejemplar; también denuncia, con respeto pero sin ambages, la vergonzosa indiferencia institucional que ha negado al coronel Avelino su justa pensión. Treinta y cinco años de servicio, de entrega, de riesgos y noches sin luna no han sido suficientes para romper el muro de la burocracia. ¿Cuánto más ha de ofrecer un hombre para ser reconocido por su propia patria?”
Esta producción se suma a otras tantas tejidas con paciencia y pasión por Cesáreo Silvestre, obras que no son simples archivos ni adornos de estantería: son faros encendidos que desafían el olvido, son evangelios civiles que narran la fe del pueblo en sus propios héroes.
Y, sin embargo, pesa una ausencia. Una herida aún abierta: ni el Ministerio de Cultura ni el departamento cultural del Ayuntamiento local ofrecieron apoyo alguno para esta obra ni para el acto. Su ausencia no es neutra: es dolorosa, es reveladora. Porque cuando la cultura es dejada a su suerte, la patria empieza a tambalearse desde el alma.
A los comunicadores con conciencia, a los ciudadanos con sentido de historia, les corresponde ahora recoger esta antorcha y levantarla alto. Porque si el arte y la verdad no encuentran refugio en nosotros, ¿dónde habrán de sobrevivir?
Se exhorta a la comunidad viva y digna de San Pedro de Macorís a abrazar estos esfuerzos con decisión. Porque mientras algunos aplauden la frivolidad y promueven el ruido, otros —con menos recursos, pero más alma— están construyendo memoria, sembrando esperanza y bordando patria.
Solo un pueblo que honra a sus héroes, que guarda su historia como se guarda una oración, podrá levantar los ojos hacia el porvenir sin vergüenza.
Y al concluir la proyección, mientras las imágenes aún flotaban en el aire, varios de los presentes, conmovidos, compartieron impresiones que no fueron solo palabras, sino ecos del alma, reconociendo que lo vivido allí fue más que un evento: fue un acto de luz en medio de tanto olvido.
"Cuando el amor toma el mando, la violencia se rinde"
Por Cesáreo Silvestre Peguero
La agresión jamás hallará justificación; es la señal infame de un espíritu que no ha aprendido a gobernarse. Esa conducta ruin es el eco de un corazón desbordado. El dominio propio, joya preciosa entre nuestros valores, exige que aquietemos la lengua, esa chispa que puede encender fuegos de furia. Una palabra feroz abre paso al puño, y quien no mide su verbo, cava abismos en el alma ajena.
Tras el acto violento se oculta un abismo interior, un Yo inflamado, vacío de propósito, henchido de frustración. La agresión es el clamor de quien no sabe hallar sosiego en su ser. No es fortaleza, sino quiebra emocional envuelta en orgullo vano.
La violencia se cierne sobre todos los estratos sociales, y el hogar, santuario del afecto, no escapa a su sombra. Allí, donde debiera habitar la ternura, brotan a veces insultos, gestos hostiles y hasta tragedias irreparables.
Clamamos por el respeto, la templanza, el autocontrol... por ese espíritu manso que desactiva la discordia. Hay que desterrar toda fricción innecesaria, tanto en el nido familiar como en los caminos del mundo. Nunca es tarde para nacer de nuevo. Creo, espero y confío que este clamor de tinta despierte conciencia, sacuda corazones y encienda la paz.
Doblez: la sombra del alma
Por Cesáreo Silvestre Peguero
Uno de los actos más cobardes del ser humano es esconderse tras el velo de la hipocresía.
Quien elige ese sendero torcido, ha renunciado a su identidad y teme abrazar la firmeza de una verdad sin máscaras.
La ambivalencia, fruto de una emoción mal gestionada, revela una inestabilidad que traiciona el alma.
El hipócrita simula sentir lo que no le habita… y, en su farsa, entrega su dignidad por logros vulgares.
Con cada gesto fingido, se marchita la esencia, y se contamina la raíz de lo que somos.
La hipocresía no solo engaña al otro: nos desfigura por dentro.
Despertemos. Seamos reales, sin dobleces.
Cuando la hipocresía nos roza, nace la desconfianza… y con ella, el abismo.
Decencia: luz que revela el alma
Por Cesáreo Silvestre Peguero
La decencia es la silente majestad que distingue la nobleza interior del ser humano. No sólo exalta al que la recibe: eleva con dignidad al que la irradia. Su ejercicio genuino no es ornamento social, es el perfume del alma bien cultivada. La cortesía decente es testimonio vivo de una formación íntegra, y refleja el alto civismo que habita en el carácter. Cuando esta virtud se encarna, ilumina al que la practica, traza rutas de armonía y deja al descubierto la estatura espiritual de quien la encarna. Pero también existe una decencia impostada, envuelta en la sutil arrogancia de una diplomacia hostil… Cuando se simula el bien, la verdad desnuda el intento, y la máscara de lo falso se quiebra ante la luz de lo auténtico.