Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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viernes, 19 de abril de 2019

Un fuego afecta este Viernes Santo la Laguna de Mallen en S.P.M.

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Fuego Laguna Mallen










Por Francis Anibal
SAN PEDRO DE MACORIS.Un fuego de grandes proporciones afecto este Viernes Santo a la reserva ecologica conocida como la Laguna de Mallen en esta ciudad.
El fuego se ha extendido hacia diversos lugares y ha consumido una amplia vegetacion de la que es considerada el pulmon matural de esta ciudad.

Las autoridades investigan si en el mismo actuaron manos criminales o si fue causado por la sequia que ha afectado a esta parte del pais en los ultimos meses.
Una gran humareda ha sido observada por los petromacorisanos, muchos de los cuales en principio llegaron a pensar que se trataba de una empresa de la Zona Franca, situada cerca de la referida laguna.\
Decenas de personas quienes tienen viviendas en las proximidades de esa reserva ecologica han sido evacuadas hacia otros lugares como medida de prevencion.
Brigadas del Cuerpo de Bomberos de esta ciudad y de otros pueblos como el municipio de Guayacanes trabajan en la sofocacion del mismo.
En la tarde de este viernes Santo se hacian gestiones para que fuera enviada un helicoptero a la zona.
Asi mismo se utilizaban drones, uno de los cuales localizo el centro del incendio, y se dijo que segun la direccion del viento el fuego avanzaba hacia la parte norte donde hay una amplia vegetacion.
La Laguna de Mallen es una amplia zona ecologica, situada en la parte sureste de la ciudad, proximo al barrio Pedro Justo Carrion, compuesta por una gran cantidad de mangules y otras especies tanto vegetales como animales.
En su interior esta lo que se denomina la Isla de la Mujer, compuesta por una caseta y reservas de tortucas y otras especies marinas que habitan en el denominado charco de Gloria.

De espaldas
Con arbol
De lejos

Inteligencia Artificial para diagnosticar imágenes de rayos X de tórax

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Inteligencia Artificial para diagnosticar imágenes de rayos X de tórax
La Inteligencia Artificial está revolucionando un amplio número de sectores que incluye, entre otros, el diagnóstico médico.
Desde hace algún tiempo la IA se ha convertido en un aliado en el campo de la radiología.
Es el caso del proyecto Chester the AI Radiology Assistant, un sistema basado en web para diagnosticar imágenes de rayos X de tórax.
Esta herramienta de uso gratuito permite a los usuarios cargar una radiografía dentro de su navegador web para recibir un diagnóstico de 14 enfermedades, como son la neumonía y enfisema.
La aplicación IA se entrenó con los datos del NIH Clinical Center, hospital dedicado exclusivamente a la investigación clínica, que en el 2017 lanzó más de 100.000 imágenes de radiografías de tórax anonimizadas y sus datos correspondientes a la comunidad científica.
El sistema contiene tres componentes principales:
  • Error de fuera de distribución: es un mapa de calor que muestra en qué se diferencia la imagen de los datos de entrenamiento. Si el mapa de calor es demasiado brillante, la imagen es muy diferente de los datos de entrenamiento y es probable que el modelo no funcione. De esta forma el sistema evita que se procese una imagen si no es lo suficientemente similar a los datos de entrenamiento para evitar errores en las predicciones.
  • Regiones de imagen predictivas: cuanto más brillante sea cada píxel en el mapa de calor, mayor será la influencia que pueda tener en las predicciones. Si el color es brillante, significa que un cambio en estos píxeles cambiará la predicción.
  • Predicciones de la enfermedad: una probabilidad que indica la probabilidad de que la imagen contenga la enfermedad. 50% significa que la red no está segura.
A pesar de las ventajas que supone esta aplicación puede haber algún tipo de reticencia por parte de los consumidores motivado por el nivel de privacidad.
En este caso los usuarios no tienen por qué preocuparse puesto que el procesamiento de los datos del paciente se produce localmente dentro del navegador, no se transmite a un servidor remoto y, por lo tanto, está protegido a la interceptación.
Solución: una aplicación gratuita que utiliza la Inteligencia Artificial para que el usuario pueda realizarse una autoexploración de imágenes de rayos X de tórax. Este sistema de diagnóstico ahorra tiempo de espera e incertidumbre de pacientes con posibles dolencias.

Una solución para almacenar la energía solar

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Una solución para almacenar la energía solar

Hoy en día el ser humano en occidente tiene la suerte de disponer de energía suficiente cuando lo necesita. Sin embargo, esta energía deriva todavía en buena parte de los combustibles fósiles, que conducen al deterioro continuado del planeta Tierra.
Las energías renovables son la apuesta del futuro energético como única alternativa para la sostenibilidad del planeta.
En este sentido se están llevando a cabo importantes proyectos que abordan el reto tecnológico de sustentar con energía 100 % limpia.
Así lo hace el Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid, y el taller Tecnogetafe, donde desarrollan el primer prototipo para “meter el sol en una caja” y revolucionar el almacenamiento de energía.
Se trata de un complejo proceso que emplea la energía solar en sus horas punta para calentar un material (en principio silicio)  a temperaturas ultra altas (unos 1.500 grados centígrados) y que emita luz.
La misión de la caja es albergar material a tan alta temperatura y convertir esta luz en electricidad, de igual forma que lo haría un panel solar enfocado hacia el interior de una caja.
Además de la mezcla ideal de silicio, se está buscando otros materiales capaces de conformar el recipiente.
El equipo ha elegido el carbón (grafito de alta pureza y alta densidad) como candidato. “No tiene problemas mecánicos ni térmicos importantes, pero para eso hay que hacerlo trabajar en unas condiciones muy determinadas, con una atmósfera protectora… por eso estamos investigando las propiedades de compatibilidad química de muchos otros”, expone Alejandro Datas, director científico de este proyecto apodado Amadeus.
El objetivo que se han marcado es que el prototipo sea funcional a nivel laboratorio durante este 2019 y principios de 2020.
Solución: los investigadores del proyecto Amadeus ofrecen una solución para almacenar la energía de las fuentes renovables que producen de forma intermitente, como el sol o el viento. Con este desarrollo tecnológico se crea una nueva generación de dispositivos de acumulación energética extremadamente compactos y de menor coste con potencial aplicación en diversos sectores. 

¿Estamos tan mal como creemos? el mundo no es perfecto, pero está mejor que antes

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¿Estamos tan mal como creemos? el mundo no es perfecto, pero está mejor que antes
¿Estamos tan mal como creemos?
¿Cuántas veces ha escuchado versiones catastrofistas sobre el mundo? La humanidad aún tiene graves problemas y nuestras condiciones de vida no son perfectas, pero la ONU e influyentes pensadores avalan que han mejorado mucho
Vino el jefe y dijo: “Quiero un reportaje que refleje que no estamos tan mal, a pesar de las desigualdades sociales, del cambio climático y de todas nuestras aflicciones”. Su interlocutor, un pesimista compulsivo, se propuso demostrarle que estaba equivocado y afrontó el encargo a años luz de la actitud de Roberto Benigni. Ya saben, el alter ego de Guido, aquel judío toscano inasequible al desaliento y capaz de gritar en plena hecatombe: “¡La vida es bella!”.
¿Que el mundo está mejor que nunca? ¿En serio? La deforestación perjudica las especies y los medios de vida de millones de personas. Las emisiones de dióxido de carbono se han incrementado más de un 50% desde 1990, según la ONU. ¿Y el hambre? El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que la desnutrición aún es un flagelo que atormenta a a 821 millones de personas.
Cada día se mueren 25.000 personas famélicas, denuncia el periodista y escritor argentino Martín Caparrós en un libro luminoso e incómodo, que él mismo considera “la crónica de un fracaso”: Hambre (Anagrama). Su autor calcula que en medio minuto, desde que usted leyó vino el jefe y dijo…, entre ocho y diez personas han fallecido por desnutrición.
En una ocasión preguntaron a José Saramago (1922-2010) si legalizaría las drogas. “Antes –respondió– legalizaría el pan”.
Eppur si muove.
Hoy podríamos traducir la frase de Galileo Galilei como: “Y, sin embargo, hay esperanza”. En ninguna otra etapa de la humanidad hubo tantas personas que vivieran en paz, sin guerras, con seguridad y prosperidad.
La miseria, las desigualdades de género y el cambio climático, entre otras desgracias, estropean la postal. “Las injusticias persisten, el progreso avanza de forma desequilibrada y más de la mitad de las personas extremadamente pobres vive en sólo cinco países”, dice la ONU. Y los cinco son africanos: República Centroafricana, Burundi, República Democrática del Congo, Liberia y Níger.
Pero incluso un pesimista lúcido como el propio Martín Caparrós ha de admitir que “todos los organismos, estudiosos y gobiernos están de acuerdo en un hecho: la Tierra produce comida suficiente para todos sus habitantes y para varios miles de millones de personas más”. No es un problema de pobreza, sino de pésima distribución de la riqueza.
¿Se puede sonreír con este panorama? Benigni recuerda que “cuando la risa brota de las lágrimas, el cielo se abre”.
La OMS considera que la mortandad derivada del tétanos y la poliomielitis ha sido casi erradicada. La viruela, que segó millones de vidas en el siglo XVIII, es hoy apenas un mal recuerdo. La malaria, posiblemente la enfermedad más letal de la historia, ha disminuido de forma prácticamente ininterrumpida desde el 2004, salvo repuntes aislados. Las vacunas contra el sarampión también evitaron más de 15 millones de muertes entre el 2000 y el 2013.
Y las buenas nuevas no acaban ahí. Los fármacos ya son eficaces contra el virus del VIH y han convertido el sida en una enfermedad crónica más. En el 2003 sólo 800.000 personas recibían tratamiento antirretroviral; once años después más de 14 millones de estos enfermos se beneficiaban de la terapia. Los avances en otros campos médicos se suceden día a día. “El cáncer ya no es una condena, una palabra maldita pronunciada entre susurros”, como se felicita el oncólogo estadounidense de origen indio Siddhartha Mukherjee en El emperador de todos los males (Debate).
La esperanza de vida ha crecido más de 40 años en el último siglo en los países desarrollados. La mortalidad infantil se ha reducido en todo el mundo. Igual que la pobreza extrema, el analfabetismo y las guerras. Resulta difícil asimilarlo después de telediarios que vomitan a la hora de la cena imágenes sobre sucesos, desastres naturales, incendios…
Es un dogma de fe: las buenas noticias no venden. “Todos los intentos para publicar periódicos sólo con noticias positivas han fracasado”, explicaba en sus clases magistrales el profesor Héctor Borrat (1928-2014), doctor en Ciencias de la Información, en Derecho y en Ciencias Sociales, pero sobre todo maestro de periodistas.
Aunque cueste creerlo, vivimos una de las épocas más pacíficas de la humanidad. No sólo porque la tasa de homicidios sea la más baja en buena parte del mundo desde que existen estadísticas fiables, sino porque el número de víctimas mortales de los conflictos bélicos –a pesar de los Balcanes, de Ruanda, de Afganistán, de Irak, de Siria, de…– se mantiene a la baja desde la Segunda Guerra Mundial.
Pensadores y poderosos líderes de opinión, que movilizan a partes iguales a legiones de partidarios y detractores, son los abanderados de una influyente corriente de pensamiento optimista. Los principales son Max Roser y Steven Pinker. El primero (Kirchheimbolanden, 1982) es un economista alemán que trabaja en la Universidad de Oxford y que critica el enfoque sesgado de los medios de comunicación, como ya hizo –con otros argumentos– el periodista y político italiano Furio Colombo en un gran clásico moderno, Últimas noticias sobre el periodismo (Anagrama).
Max Roser acusa a los medios de comunicación de resaltar hechos individuales, y no las tendencias globales que reflejan del estado real del mundo.
¿Un ejemplo? Un atentado en cualquier rincón del planeta tiene más posibilidades de captar los titulares de la prensa que los avances de una vacuna que silenciosamente salva la vida a millones de personas.
Este investigador también es el editor y fundador de una de las publicaciones en línea con más lectores del mundo (1,5 millones en noviembre del 2018). Se trata de la web Our World In Data (Nuestro mundo en datos), de acceso libre y que ilustra con estadísticas y cifras cómo están mejorando nuestras condiciones de vida en salud, acceso a alimentos, ingresos y educación, entre otros aspectos.
El canadiense Steven Pinker (Montreal, 1954) es catedrático de Psicología experimental y director del Centro de Neurociencia Cognitiva del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Ha desmontado la rampante visión catastrofista del planeta con obras superventas, como La tabla rasa (subtitulada La negación moderna de la naturaleza humana), Los ángeles que llevamos dentro (El declive de la violencia y sus implicaciones) y En defensa de la ilustración (Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso). Estos libros, editados en castellano por Paidós, sostienen con números, porcentajes y gráficos que todo era antes mucho peor que ahora y que los problemas pendientes no son castigos bíblicos, sino cuestiones resolubles.
Max Roser y Steven Pinker reciben a diario centenares y centenares de correos electrónicos: propuestas de conferencias, invitaciones para actos culturales y sociales… El día que Magazine se puso en contacto con ellos tenían la bandeja de entrada casi a rebosar. “Queridos profesores, ¿es esperanza la palabra que mejor resume sus trabajos?”. Pinker, que firma sus correos como ‘Steve’, fue el más rápido en responder: “No, la palabra clave es datos”. Sus detractores y los de su colega cuestionan las estadísticas en que se basan para sus dictámenes, pero estas críticas soslayan que hasta la ONU señala en la misma dirección que ellos.
Es la eterna cuestión. ¿Cómo está la botella? ¿Medio llena o medio vacía. Antes de tomar partido haga un ejercicio mental. Cierre los ojos y piense en cuatro calamidades.
Aunque hay un sinfín de opciones, seguro que los cuatro jinetes del Apocalipsis que primero les vinieron a la mente a muchos fueron la pobreza, el hambre, la crisis de los refugiados y la vulneración de los derechos de los animales. Es el caso del cronista, que pensó en…
Los sintecho.
Las personas que rebuscan en los contenedores de basuras.
Los miles de refugiados que han convertido el Mare Nostrum en el Mare Mortum.
El maltrato animal y la mayor oleada de extinción de especies desde los dinosaurios.
Pero entonces el cronista se acordó también de su particular santoral de héroes laicos, perfectos ejemplos de la mejor frase que comparten la Torá y el Corán: “Quien salva una vida, salva a la humanidad”. La Biblia lo dice con otras palabras: “Dios es amor”. Y eso encarnan personas admirables como…
El activista Ferran Busquets y todos los miembros de Arrels, una de las muchas fundaciones y entidades sin ánimo de lucro que luchan contra la exclusión social y el sinhogarismo.
El empresario Carlos Rodríguez y sus amigos de Sense Sostre (Sin Techo), que cada semana reparten comida, mantas y palabras de aliento entre quienes duermen en la calle.
La abogada navarra Rosario Úcar y su esposo, Esteban Baigorri, que acogieron a un matrimonio sirio y a sus siete hijos, de entre 3 y 17 años, a los que ayudaron sin pedir absolutamente nada a cambio hasta que pudieron valerse por sí mismos.
Y en último lugar, pero no en importancia, Pilar Eyre. Animalista convencida, esta escritora y periodista ha adoptado una perrita de 15 años, Dana, después de que su propietaria muriera y sus hijos no se quisieran hacer cargo de ella.
Recuerde ahora sus cuatro calamidades. Seguro que también conoce en su entorno a otras cuatro personas que luchan para que el mundo sea un poquito mejor y que dedican su vida a combatir las cuatro plagas en que pensó, sean las que sean. Y si eso pasa a pequeña escala, ¿qué pasa a escala global? ¿Realmente estamos tan mal como a veces creemos?
De entrada, si estuviéramos a comienzos del siglo XIX habría muy pocas probabilidades de que pudiera contestar la pregunta porque sólo una de cada diez personas sabía leer. Doscientos años después, más de ocho de cada diez pueden hacerlo. Max Roser (el economista favorito de Bill Gates) y Steven Pinker coinciden en que si no somos capaces de apreciar el progreso es porque “no nos podemos ni imaginar las pésimas condiciones de vida de nuestros antepasados”.
Hay que viajar muy atrás en el tiempo para valorar las mejoras actuales.
La población mundial se ha septuplicado en los dos últimos siglos. “Para mí, un investigador que se centra en el crecimiento económico y la reducción de las desigualdades económicas –escribe Max Roser– este es nuestro mayor logro: en un momento de crecimiento demográfico sin parangón, nuestro mundo no sólo no se colapsó sino que se las apañó para prosperar. Cada vez más personas disfrutan de lujos inimaginables en 1800.
La sociedad no es perfecta, claro, pero sí es mejor que antes”.
Y no sólo lo dicen gurús como él y Steven Pinker. Según el informe Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, aunque las personas que viven en condiciones de pobreza extrema siguen siendo muchas, han pasado de 1.900 millones a 836 millones. Más del 71% de los nacimientos en todo el mundo son atendidos por personal sanitario cualificado, un porcentaje impensable hace años, a pesar de que una sala de partos sigue siendo una quimera en muchos rincones del planeta. La ONU también elogia que “muchas más niñas asistan ahora a la escuela que hace 20 años” y que “la brecha entre niños y niñas haya desaparecido en la enseñanza”. No hay que lanzar las campanas al vuelo ni bajar la guardia. Que se haya mejorado tanto no quiere decir que ya esté todo hecho, ni que se vaya a seguir avanzando por inercia.
Las mejoras objetivas, advierte la ONU, tampoco pueden ocultar las carencias flagrantes. Entre otras, “los impactos del cambio climático, las brechas entre los hogares pobres y los más ricos, y la desigualdad de género, que todavía existe”.
Eppur si muove.
Vino el jefe y dijo: “Quiero un reportaje que refleje que no estamos tan mal”. El cronista, que se propuso demostrarle que estaba muy equivocado, se pregunta: ¿He fracasado?
HAMBRE 
La cifra de personas con nutrición insuficiente en las regiones en desarrollo cayó casi a la mitad desde 1990 y pasó del 23,33% en el periodo 1990-1992 al 13% entre el 2014 y el 2016, según la ONU.
SALUD MATERNA
La tasa de mortalidad materna ha disminuido en más de un 45% en el mundo. La proporción de gestantes que ha recibido cuatro o más visitas prenatales ha pasado del 50% al 89% en los últimos veinte años en África septentrional.
POBREZA EXTREMA
Desde hace veinte años, la pobreza extrema ha retrocedido. En 1990, el 47% de la población de las regiones más subdesarrolladas vivía con menos de 1,1 euros al día. Ese porcentaje se redujo al 14% en el 2015.
EDUCACIÓN
La matriculación en enseñanza primaria ha alcanzado el 91%. En el 2000 cien millones de escolares no fueron a clase (57 millones en el 2015). La tasa de alfabetización de jóvenes de entre 15 y 24 años ha pasado del 83% al 91%.
IGUALDAD
En los últimos decenios las mujeres han ganado mucho terreno en la representación parlamentaria en casi el 90% de los 174 países de los que la ONU tiene datos, pero incluso así sólo una de cada cinco señorías es mujer.

Rascacielos de madera que buscan despertar conciencias

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Rascacielos de madera que buscan despertar conciencias
El mundo se rinde a los rascacielos de madera.
El mundo disputa una carrera por construir el edificio de madera más alto. Estos rascacielos sin hormigón ni acero buscan despertar conciencias. Y, sobre todo, ser pioneros en desdibujar los límites de la madera como material de construcción.
Noruega es uno de los países que más lejos y más alto han llevado esta encomienda. La ciudad de Brumunddal, a 150 kilómetros de Oslo, alberga el rascacielos de madera más alto del mundo. Mjøstårnet, que comenzó a construirse en abril de 2017 y fue inaugurado la semana pasada, es un edificio de 85,4 metros de altura que evidencia que es posible construir a lo alto con materiales sostenibles. El inversor noruego Arthur Buchardt es el promotor de este ambicioso símbolo verde. Tiene 18 pisos y alberga un hotel, apartamentos, oficinas, un restaurante y áreas comunes.
Hay muchas razones para recurrir a madera procedente de bosques sostenibles. “Es un recurso renovable que puede reutilizarse y reciclarse y su uso contribuye a contrarrestar el efecto invernadero. También contribuye a un clima interior saludable, regula la humedad y la temperatura, tiene buenas propiedades acústicas y aislantes, y también puede ayudar a reducir el estrés”, indican en Moelven, la empresa responsable de la instalación de la estructura de madera de Mjøstårnet. Esta compañía, con más de 120 años de vida, acaba de marcar su segundo récord mundial, puesto que el primero fue The Tree, que en diciembre de 2015 se convirtió en el mayor rascacielos del mundo, con 14 niveles y 51 metros.
Mjøstårnet no será el más alto por mucho tiempo. Demasiada competencia. De hecho, ya ha dejado pequeño al que hace unos días era líder: Brock Commons, la residencia de estudiantes de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver (Canadá), de 18 pisos y 53 metros. Otras ciudades tratan ya de arrebatar el puesto a Noruega. Tokio proyecta el edificio W350, que tendrá 350 metros de altura y 70 pisos. En construcción está el inmueble HoHo, en Viena, con 24 plantas, y se perfila otro con 84 alturas en Chicago. Los avances tecnológicos hacen que hoy sea un material tan seguro como cualquier otro, pero mucho más limpio, para crecer en altura. “Veremos en el futuro cuál es el límite de la madera en la construcción de rascacielos”, apunta José Antonio González, fundador y consejero delegado de Arquima, especializada en construcción modular con entramado ligero de madera.
Al margen de la altura, lo cierto es que el cambio climático y los acuerdos internacionales sobre el clima están potenciando el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente.
También, “la mayor concienciación medioambiental (la huella ecológica de la madera es mucho menor a otros materiales), la necesidad de ahorrar energía y la mayor preocupación por la salud en el interior de los edificios”, indica Pere Linares, responsable de House Habitat, empresa especializada en construcción biopasiva. Y en ese viaje, la madera tiene un asiento preferente.
“Tendrá un papel muy importante en los próximos años, cuando todos los edificios de obra nueva tengan que ser de consumo energético casi nulo a partir de enero de 2021, y cuando se empiecen a fiscalizar las emisiones y los edificios de madera sean la alternativa para reducir la huella de carbono en la edificación”, dice González.
Los países nórdicos lideran el mercado, con el 98% de las viviendas realizadas con estructura de madera. En Alemania son cerca del 40% y en EE UU y Canadá rondan el 80%.
España está en el furgón de cola, con una cuota del 2%. “Estos datos, lejos de ser negativos, significan que está todo por hacer, que vamos a converger con Europa y que cada vez será más habitual ver edificios de madera”, argumenta González.
En cuanto a la altura, aunque en España hay algún proyecto en estudio que trata de escalar hasta las nueve plantas, de momento el más elevado tiene siete alturas, es del estudio de arquitectura Ábaton y está en Madrid. En Barcelona hay otro de la cooperativa La Borda de seis plantas, y House Habitat concluyó otro de cinco en el distrito barcelonés de Gràcia… Aunque si hay un proyecto ambicioso es la promoción con 65 viviendas protegidas y cinco alturas en Hondarribia-Fuenterrabía, la más grande construida en madera en España y el suroeste europeo, que se finalizó el pasado año. En solo tres meses se ejecutaron los cerramientos, estructura y cubierta.
Mucho más que casas
No se trata solo de construir casas de madera. “El principal valor añadido es que hacemos edificios pasivos o de consumo energético casi nulo, y la madera nos aporta una reducción importante de las emisiones de CO2, aparte de la facilidad de manipulación y mecanización para poder industrializar en un grado muy alto, el menor peso, la construcción en seco, la ecología, la salud…”, señalan desde Arquima. Requiere mucha menos energía en el proceso de transformación que el acero o el hormigón. Por ejemplo, en el edificio de cinco plantas que House Habitat construyó en el barrio de Gràcia, las emisiones de CO2 por la fabricación de la estructura de madera fueron cinco veces más bajas que si se hubiera realizado en hormigón, y ocho que en acero. La energía para producir una viga de madera laminada es una sexta parte de la requerida para una de acero de resistencia comparable.
Una vez construido el edificio, la madera contribuye al ahorro de energía por sus cualidades como aislante térmico. Se considera que una pared de madera aísla 15 veces más que un muro de hormigón, dice Pere Linares. Al final, se puede ahorrar hasta un 90% de energía respecto a un edificio convencional.
Ahora bien, muy al contrario de lo que puede parecer, el coste de construcción con madera es más caro que con hormigón, pero los ahorros energéticos consiguen amortizar la inversión en un plazo de ocho a diez años. La industrialización y el control de los procesos permiten hacer proyectos sin desviaciones de coste ni de plazo. Por ejemplo, el edificio de Mjøstårnet fue un 2% más caro que si se hubiera hecho de hormigón. “Pero existe una inversión que no se puede valorar y es invertir en la salud de los habitantes de este tipo de construcción, puesto que la madera no aporta elementos tóxicos a la construcción”, zanjan en House Habitat, que participa en el proyecto europeo KnoWood, que fomenta el diseño y la construcción de edificios sostenibles de madera de media y gran altura.

El poder terapéutico del habla, según Luis Rojas Marcos

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El poder terapéutico del habla, según Luis Rojas Marcos
Desde que nos levantamos hasta que volvemos a dormir miles de pensamientos se agolpan en nuestra consciencia, y que determinan nuestra realidad particular, los hábitos y acciones llevadas a cabo.
Por suerte una vez dormidos las áreas del cerebro que restringen el pensamiento a la lógica habitual apenas están activas. Este sueño necesario y reparador servirá para fijar los recuerdos y adquirir conocimientos.
Los pensamientos forman parte de la dinámica cotidiana, de lo que nos decimos y juzgamos y cómo lo hacemos. Muchas veces no atendemos lo necesario a esos monólogos internos, y sin embargo pueden ser tan destructivos como positivos.
Sobre esto y mucho más trata el nuevo libro de prestigioso psiquiatra, investigador y profesor español, Luis Rojas Marcos.
“Somos lo que hablamos. El poder terapéutico de hablar y hablarnos” (Grijalbo) es el libro que según Rojas más le ha costado escribir al tratar un tema que ha influido enormemente en su vida personal y profesional.

“Hablar, en cualquiera de sus formas, no sólo añade vitalidad a los años sino también años a la vida” explica.
El habla es algo así como una medicina natural si la usamos convenientemente “Estoy convencido de que hablar es la actividad humana natural más eficaz a la hora de proteger la autoestima saludable, gestionar nuestra vida, disfrutar de la convivencia y las relaciones afectivas y estimular los dispositivos naturales que facilitan nuestro bienestar físico, mental y social”.
Rojas parte de su propia experiencia, de cómo el lenguaje interior le ha ayudado desde niño ya que era muy hiperactivo y “esos soliloquios me ayudaron a controlarme”.
Esta forma de hablar puede hundirnos o incentivarnos, por eso “Deberá aprender a hablarse con cariño y así vivirá más y mejor. Porque la perspectiva positiva u optimista de la vida la implementamos en el lenguaje interior” recomienda Rojas. 
Un libro sin duda recomendable, en un momento en que estamos más conectados que nunca y necesitamos hablarnos y hablar de forma más profunda.

El aumento del poder corporativo

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El aumento del poder corporativo
El FMI advierte contra el creciente poder de las megacorporaciones.
¿Quién no se siente perplejo ante el poder de las megacorporaciones empresariales? Hay quienes se quejan de ser presos de Microsoft o de Google. Otros se rascan la cabeza cuando alquilan un coche de Budget para luego darse cuenta de que es la misma empresa que Avis. Otros recuerdan que los salarios eran mejores cuando los monopolios de servicios como telefonía, transporte, energía o agua eran públicos en lugar de privados.
El Fondo Monetario Internacional también es consciente de que crece “el debate sobre (…) el auge de las corporaciones gigantes”, que coincide con “una serie de tendencias preocupantes en las economías avanzadas”, según un análisis presentado días antes de su asamblea de primavera.
Estas tendencias incluyen el estancamiento de la inversión; una distribución de la renta cada vez más favorable al capital frente al trabajo; la brecha abismal entre la riqueza productiva y la financiera, y un raquítico crecimiento de la productividad que frena los salarios.
“El aumento del poder corporativo puede contribuir a todas estas tendencias inquietantes de forma simultánea”, afirma el FMI .
Para medir la concentración del poder de mercado de las empresas, el FMI utiliza el margen ( mark-up) entre el precio de venta y los costes marginales. Este margen ha subido un 8% desde el 2000 en las economías avanzadas, según el estudio que analizó un millón de empresas, principalmente europeas y norteamericanas. El mark-up medio ha subido un 43% desde los ochenta .
Este aumento del poder de mercado está concentrado en un grupo de empresas más productivas e innovadoras, según el FMI. Las llamadas superestrellas, de Apple a Amazon, registran mark-ups muy altos. Los bancos han logrado duplicar sus mark-ups en áreas como finanzas al consumo. Las utilities –empresas privadas de servicios públicos, antes monopolios estatales– han registrado un aumento espectacular de su poder de mercado. En cambio, los mark-ups de las empresas industriales no han subido desde los años ochenta.
El estudio del FMI empieza a explicar un misterio. ¿Por qué coinciden elevados beneficios, disparadas cotizaciones bursátiles y bajos tipos de interés con un estancamiento de la inversión? La respuesta: las empresas en vías de monopolio no tiene por qué invertir. “Conforme el poder de mercado de una empresa sube, puede aumentar sus beneficios mediante subidas de precios y una reducción de la producción”, asegura Gian Maria Milesi Ferretti, vicedirector de investigación del FMI en una entrevista.
En lugar de invertir, las grandes empresas en EE.UU. realizaron recompras de acciones por más de un billón de dólares en el 2018. Según Milesi Ferretti, el aumento del poder de mercado de las empresas explica en gran parte los beneficios estratosféricos de los últimos años, así como la caída del 2% anual desde 1980 de los salarios en relación con los beneficios en el reparto del PIB.
El FMI no se permitiría palabras tan fuertes pero, para el economista independiente y premio Nobel Joseph Stiglitz, cuya obra cita el informe del FMI, todo esto es el síntoma de un capitalismo decadente.
“Un puñado de empresas ya controla del 75% al 90% del mercado sector tras sector, desde las comidas para gatos hasta las telecomunicaciones”, afirma Stiglitz. “La ley debe actuar”, sostiene el Nobel. Pero, añade, “conforme sube el poder de mercado de los mastodontes corporativos, aumenta también la capacidad para influir en un sistema político donde manda el dinero”.
Al inicio del siglo XX, el presidente estadounidense Theodor Roosevelt decidió desmantelar el monopolio de la Standard Oil y plantar cara a otros carteles. Está por ver si Donald Trump haría lo mismo un siglo después. Es una cuestión clave para los estados porque, según explica Milesi Ferretti, “las grandes empresas con poder de mercado tienen más alcance geográfico para reducir la carga tributaria sobre sus beneficios”.
Otro estudio del Open Markets Institute ilustra hasta qué punto los oligopolios dominan la economía estadounidense. Las cuatro principales empresas del sector aéreo –Delta, American Airlines, United y Southwest– tienen el 76% de los vuelos nacionales frente al 38% en el 2005. Las cuatro mayores empresas cárnicas –la brasileña JBS, Tyson, Cargill y Smithfield (propietaria de Campofrío)– controlan el 53% del negocio frente al 21% en el 2002. Las cuatro principales empresas de telefonía tienen el 98% del mercado y sólo dos empresas –Verizon y AT&T– tienen el 69%. Tres empresas de alquiler de coches controlan el 50% del mercado. Tres empresas tienen el 75% del mercado de la cerveza. Tres empresas controlan el 67% de las farmacias en EE.UU., frente al 37% en el 2002. En el sector digital, Google tiene un 91% del mercado de búsqueda en internet, Facebook tiene el 70% del mercado de redes sociales, y Amazon controla el 49% de todo lo que se vende en internet.