Desde los tiempos más remotos, el hombre, sintió la necesidad de manifestar lo que llevaba en sus adentros, así en el transcurrir, a través de las diferentes Artes, la humanidad va plasmando su sentir y en consecuencia, nacieron las diferentes épocas enmarcadas en ciertas circunstancias específicas. Esto ha dado lugar a la Historia de las Ciencias y las Artes.

La Literatura desde su comienzo, como manifestación del lenguaje, no escapa a estas leyes naturales, que la atrapan, que la encasillan con el sello particular de las características de cada época; por eso hoy podemos hablar de poesía tradicional y de poesía contemporánea, siendo notorias las diferencias entre ellas. En la poesía tradicional, primero entendemos lo que dice el poema después es que se produce en nosotros una emoción pero en la poesía contemporánea el poeta se dirige primero al subconsciente para luego producir una emoción y es después que se entiende lo que dice el poema. Aquí se hace uso de la intuición.
Un andar incansable por diferentes caminos ha sido el transcurrir de la poesía. Desde Juan Ruiz, El Arcipreste de Hita (1283), Francisco de Quevedo, Homero, Parménides de Elea, Rubén Darío, Neruda y muchos más, hasta nuestros días, hemos visto brotar manojos de sentimientos a través de esquemas poéticos ancestrales y no tradicionales que han producido en nosotros grandes emociones y admiración.

Este joven escritor nada en los rosales de la poesía donde se cuecen los más puros sentimientos, que cual desbordado río se enfilan, para echar a andar las emociones y deslizarlas por esa corriente pletórica de un sentir poético, que se eleva al infinito con alas de deseos, valores, angustias, anhelos, dolores y sentimientos, en fin, para comunicar al mundo aquello que está en el más intrínseco rincón de su corazón.
La poética de Cesáreo está bañada de un sentimiento que sale de un corazón noble, sujeto a los lineamientos del cristianismo, de una lucha por el bienestar de su prójimo, especialmente la juventud, enfoca algunos de sus poemas dentro de un contexto de poesía social. Pregona la falta del cultivo de valores. Así lo notamos en “La juventud del ayer, y la manifestación del hoy: ¿en desacierto?” cuando apenado expresa:
“Es cuestión de realidad, la juventud muy poco está realizando la honestidad
Los niveles de civismo siguen siendo ignorados
Y el ejemplo de pudor no está siendo imitado, la transculturización es lo que prima en las modas y las rutinas, es lo real un desacierto,
En el poema “El discurrir” el autor manifiesta cierta añoranza y bañado en nostalgia dice:
“Abunda el atardecer…
se agotan los días…
mengua el deseo…
declina la vida
se hacen escasas las esperanzas…”
“Confiado en ÉL” es un poema con un sentir místico enmarcado en el mismo fondo del corazón del escritor donde explaya su entrega y amor al Creador. Deja al descubierto esa humildad que lo viste y agradece los beneficios que recibe de su Salvador.
“Haz de mi tu eco
continúas dejando tu paz en mí adentro
acata la súplica de mis clamores, tú que conoces mis aspiraciones, responde mis peticiones.”
El autor también escribe al amor, en “Reposaste en mi ilusión” el poeta, expresa un dolor por un amor ingrato y dice:
“¿Qué si te amé? Sí, como quien en vano siembra
en tempestades arrastradas por el viento
Y en verdad no me arrepiento.”
Al pie de cada poema el poeta escribe una reflexión que encierra una enseñanza en espera de fortalecer la práctica de los valores, en esta juventud de hoy que tanto lo necesita. Es este autor, un pensador de actitud positiva, que verá florecer el jardín de sus aspiraciones, sentirá desbordado el río de sus éxitos, palpará el crecimiento que engrosará sus ilusiones y olerá el aroma de sus buenas obras.
Leer los poemas de Cesáreo Silvestre, es nadar en un mar de ensueños dibujado con pinceles de humildad, es oír el clamor de un jilguero que echa al viento su melodía para alegrar los confines del alma, es ver manifiesta la armonía de un clamor en rimas que conforta y endulza el alma.
Ana Teresa Martínez.
Expresión del autor
El Verso Libre es la expresión poética definido por su alejamiento deliberado de los modelos de rima y métrica que predominaron en la poesía europea en el siglo XIX. Ese género nació como opción a la forma establecida en la indicada época, en la que se determinó poner de manifiesto LOS VERSOS LIBRES sin rimas, a diferencia de los sonetos y la décima, que aún se rigen por su estilo rítmico.
Lo que exteriorizo en este contenido es una diversidad, en la que consiento que converja la poesía, el poema y las expresiones de contenido de VERSOS LIBRES, presentados con rima; a propósito del soberano albedrío que le concierne su esencia: libre de toda contextualización.
Nombro esta obra bajo el titulo de VERSOS LIBRES, no por la calificación dada por la corriente poética que le proporcionó la descripción que le ampara su estilo, más bien, lo enfoco desde la libertad expresa, en lo que se refiere a su declaración como sentimiento pronunciado en la manifestación sentimental, al margen de la inclinación estructural.
Complemento el contexto del título de estos VERSOS, diciendo que los sentimientos no se deben encerrar, y que la llave del amor liberta las ataduras. -Visto desde este argumento, el lector entenderá que cuando digo LIBRE, trato de interpretar la independencia que conlleva el sentir expresivo, gesticular, oral y escrito.
En las expresiones de este material, manifiesto el amor vehemente. Estos poemarios se suscitan de vivencias que envolvieron la causa de su origen. Al manifestarme en esos escritos, me sitúo en experiencias propias que aspiro sean la interpretación de aquellos que la ponen de manifiesto en su presente, o se recreen en recordar, quienes la ejercieron en el pasado. En esta publicación, pongo de relieve el lenguaje integral que envuelve mi apreciar, caracterizado en mí esencia, en lo sentimental y en otras manifestaciones...
En estas descargas de sentimientos, amontonados en letras vivas, hago manifiesta fraseología basadas en conceptos muy míos. Me expreso también en lo concerniente al quehacer social, como preocupación, manifestación e indignación de mi sentir ante los males sociales que me inquietan. Muestro el desprecio ante lo que va contra la dignidad moral, en donde dejo notar mi considerar crítico del comportamiento moral, social y político.
Procuro no valerme de sutileza enigmáticas, surrealista, ni de retoricas baladíes. No hago uso excesivo de la hipérbole, a pesar de que son recursos muy propios de la literatura, pero no es mi estilo asumir la pose de impresionista. Trato de ser lo más realista posible, las utopías son de los que sueñan, considero estar despierto en mi realidad. -Rijo mi escritura en lo que son mis aspiraciones reales, sin dejar de reconocer a quienes se inspiran en pensamientos esotéricos.
Amo, y asumo lo que escribo como un deber correspondido en sí mismo. En verdad, no me sitúo como poeta, más bien creo ser un pensador que exteriorizo mí sentimiento, en la proporción de una concepción muy particular, ello me permite recrearme en mi propia naturaleza…
En estos VERSOS LIBRES, manifiesto el desahogo de mí adentro. Me visualizo en Dios como centro, y en su amor que es su más hermosa obra de manifestación. Siempre me he dado con intensidad, el deber de la reciprocidad que no hayan asumido los demás, no ha sido causa para restringir los sinceros sentimientos que se posan en mi sentir.
El autor: Cesáreo Silvestre Peguero.