Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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jueves, 12 de septiembre de 2013

La nueva esperanza de la inmunoterapia

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El propio cuerpo se defiende del cáncer.
Antoni Ribas aún recuerda la cara de asombro de sus compañeros cuando, al acabar la residencia, hace 17 años, les dijo que se iba a Estados Unidos a especializarse en inmunología tumoral.
Por entonces, estimular las defensas del cuerpo para luchar contra el cáncer era considerado por la comunidad médica como un camino que no llevaba más que a una vía muerta.
Esa misma cara de sorpresa es la que, probablemente, hayan puesto algunos de aquellos colegas al ver los esperanzadores resultados de una nueva generación de fármacos que ayudan a que sea el propio cuerpo el que combata las células tumorales.
Estos medicamentos, aún en desarrollo, tienen como objetivo impedir que las células cancerosas se escondan y escapen de las células del sistema inmune, los linfocitos.
Con todas las reservas que hay que tomar en la lucha contra esta enfermedad tan compleja (o enfermedades, hay unas 200 distintas y cada paciente responde de forma diferente a cada una) ya hay quien habla de una nueva etapa frente al cáncer. “Los nuevos avances presentados constituyen en cierto modo una revolución en la estrategia para el tratamiento contra la enfermedad y, en algunos casos, marcará un antes y un después”, afirma César Rodríguez, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), quien asistió a la presentación de los resultados de algunas de estas terapias en el Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO) celebrado en Chicago hace unos meses.
Antoni Ribas, que desde el Jonsson Comprehensive Cancer Center de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) se ha convertido en uno de los especialistas en inmunología tumoral más respetados del mundo, es el responsable de uno de los estudios que más atención ha despertado.
El médico e investigador catalán ofreció los primeros resultados (fase I) obtenidos de la administración de lambrolizumab —un medicamento en desarrollo— en 135 pacientes con melanoma avanzado. En un 40% de los enfermos se consiguió reducir el tamaño del tumor en más de la mitad. Entre los que recibieron la dosis más alta, mostraron una mejoría el 52% de los pacientes.
En general, se mostró eficaz en el 70% de los casos. Es “la mayor tasa de respuesta duradera al melanoma de cualquier fármaco probado hasta el momento para el melanoma, y sin efectos secundarios graves en la mayoría de los casos”, según los autores del ensayo.
Más allá de los resultados obtenidos, lo realmente interesante del fármaco es el cambio de concepto que supone su mecanismo de acción. El medicamento, desarrollado por Merck, no destruye las células cancerosas. Ni interfiere en mecanismos moleculares del tumor para que no prolifere. En lugar de ello, consigue desactivar el escudo que usan las células tumorales para camuflarse, despistar y esquivar al ataque de los linfocitos T, las células del sistema inmune encargadas de combatirlas.
Los linfocitos reconocen a las células tumorales a través de una molécula, denominada muerte programada 1 (PD-1, con siglas inglesas), que tienen en su membrana. Cuando esta proteína entra en contacto con la superficie de las células neoplásicas, las reconoce y el sistema inmune las ataca. La PD-1 actuaría como detector de células malignas de los linfocitos.
Sin embargo, entre los mecanismos de resistencia que han desarrollado los tumores contra las estrategias de defensa del cuerpo se encuentra una proteína que está en la superficie de algunas células tumorales y que bloquea los detectores de células cancerígenas, los PD-1. Esta molécula, denominada PD-L1, se une a las proteínas PD-1 y las inactiva. De esta forma, el linfocito identifica a la célula tumoral como no peligrosa y no la ataca, por lo que el tumor sigue proliferando sin que se desate una respuesta del sistema inmune.
En la base de este mecanismo están los frenos que ha desarrollado el cuerpo humano para impedir los procesos autoinmunes. Estos fenómenos se desencadenan cuando se produce un desajuste en el sistema inmunitario por el cual las defensas combaten las células sanas que deberían proteger.
La comunicación que se establece entre el PD-1 y el PD-L1 forma parte de las estrategias destinadas a que el sistema inmune reconozca a las células del propio cuerpo y no las considere peligrosas. Es decir, para que ataque agentes invasores o células malignas que se replican de forma descontrolada, pero no a sus propias células sanas. El problema surge cuando los tumores se disfrazan de células sanas generando PD-L1 o sobreexpresándolo, lo que les permite evadir su aniquilación.
El medicamento que ha desarrollado Ribas bloquea el receptor PD-1 de los linfocitos, de forma que las células tumorales ya no pueden disfrazarse de sanas. El estudio muestra cómo gracias a este fármaco, los linfocitos combaten no solo la neoplasia primaria sino también las metástasis.
Los laboratorios han advertido la importancia de esta estrategia terapéutica y están dedicando sus esfuerzos (y sus recursos) a explorar estas vías tan prometedoras que ya han dado sus primeros resultados. Es el caso del ipilimumab (Yervoy en su nombre comercial, de Bristol-Myers Squibb), que llegó al mercado español en diciembre del año pasado para tratar el melanoma metastásico en el que hubieran fallado terapias previas.
Este medicamento bloquea otra proteína de la membrana de los linfocitos T (la CTLA4) que también inhibe la activación de las defensas. Como el lambrolizumab, el fármaco se une al receptor de la célula del sistema inmune y permite que ataquen a las células neoplásicas.
Quizás el futuro de la inmunoterapia contra el cáncer consista en bloquear no uno, sino varios de los interruptores que apagan la actividad de los linfocitos.
A esta dirección apunta otro de los trabajos que se presentaron en ASCO. Investigadores del Ludwig Center for Cancer Immunotherapy del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York han combinado dos medicamentos que actúan sobre inhibidores del control inmunitario. Uno de ellos es el ipilimumab. El otro es un fármaco en desarrollo denominado nivolumab (otro inhibidor de PD-1). A pesar de que el ensayo se circunscribió a un grupo pequeño de pacientes (86) con melanoma metastásico, en determinadas dosis se produjo una reducción del tumor del 80% en la mitad de los enfermos a las 12 semanas.
Estos son algunos de los trabajos más sólidos. Pero hay bastantes más medicamentos que están explorando los caminos que eliminan las barreras que frenan la acción de los linfocitos contra el cáncer. Algunos son variaciones sobre el mismo tema, como la inhibición de los ligandos de la célula tumoral, la molécula PD-L1. En este caso, no se bloquea el receptor en los linfocitos que les impide actuar, sino el señuelo que emplea el cáncer para confundirlos.
El hospital Vall d’Hebron de Barcelona participa en un ensayo de un anticuerpo monoclonal (Medi4736) que bloquea el PD-L1 desarrollado por el laboratorio MedImmune. Javier Cortés, jefe de la Unidad de Cáncer de Mama y de la Unidad de Melanoma del centro, explica que están analizando sus efectos en pacientes con cáncer de mama. “Tenemos datos provisionales pero muy interesantes”, comenta.
En todo caso, quedan cuestiones por resolver relacionadas con la inmunoterapia aplicada al cáncer. Por ejemplo, la diferente respuesta que se da entre los pacientes.
Mientras en algunos es limitada, en otros es espectacular. Ribas cita el caso de una paciente con melanoma que participó en los primeros ensayos del fármaco ipilimumab, hace 12 años, y vio cómo su tumor ha llegado a desaparecer. En un 10% de los casos —como este—, la respuesta es duradera. El sistema inmune aprende a reconocer las células tumorales y a mantenerlas a raya, lo que supone una ventaja respecto al resto de tratamientos. “Quizás en los casos en los que hay una respuesta total se deba a que el sistema inmune de estos pacientes no está tan frenado como en el resto”, comenta Ribas.
Otro aspecto pendiente de resolver consiste en saber por qué los mejores resultados se han obtenido en pacientes con melanoma y, a distancia, cáncer de pulmón y riñón. “En los dos primeros, suelen ser tumores inducidos por agentes carcinógenos, como el sol o el tabaco, que provocan mutaciones del ADN. Es probable que debido a estas mutaciones generen proteínas que puedan reconocerse por el sistema inmune como extrañas y sean más fáciles de reconocer”, añade el médico e investigador de UCLA.
Más allá de estas cuestiones, los buenos resultados que está arrojando la inmunoterapia contra el cáncer dejan cada vez menos margen a los escépticos.
“Los datos que están saliendo [de los ensayos] son espectaculares”, comenta Javier Cortés, “sobre todo en el caso del melanoma, cuyo tratamiento está sufriendo una revolución”. “Estamos empezando a conocer mucho mejor la respuesta inmune [contra los tumores], de forma que la podamos potenciar y optimizar”.
Javier Guillem incide en ello. Este especialista es el jefe de oncología médica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), una fundación especializada en el tratamiento de las neoplasias que funciona como centro de referencia en la Comunidad Valenciana. Guillem se define como un converso. “Yo era un escéptico de la inmunoterapia, pero ahora creo en ella”, comenta con media sonrisa.
Este oncólogo recuerda que desde hace décadas se han estado usando fármacos (interleuquinas, citoquinas como el interferón) que potencian el sistema inmune contra el cáncer. Sin embargo, no se sabía demasiado bien cómo actuaban.
La diferencia con el momento actual es que “el cáncer se escapa de los mecanismos de defensa del cuerpo y ahora sabemos por qué”.
“Ahora sí puedo afirmar que creo en la inmunoterapia”, sostiene, “no es una teoría, sino que comienza a dar buenos resultados e incluso en algunos casos mejores que con cualquier otra terapia”.
Además de la quimioterapia y los tratamientos personalizados basados en las características genéticas de cada individuo, todo apunta a que la oncología contará en breve con nuevas herramientas basadas en la inmunoterapia, fruto de los fármacos que ya se están desarrollando, así como del resto de líneas de investigación en proceso. “En los últimos 10 años se ha generado más información científica relacionada con el cáncer que en los 2.000 años anteriores”, destaca Guillem.
La inmunoterapia se abre paso
Estimular el sistema inmune contra el cáncer es una estrategia que se lleva desarrollando desde hace tres décadas sin que, hasta el momento, se hubieran conseguido resultados esperanzadores.
A partir de los últimos años se está avanzando en el conocimiento de los mecanismos que permiten a los linfocitos, las células del sistema inmunitario, combatir a las células tumorales.
Estas investigaciones han abierto las puertas a la posibilidad de elaborar fármacos, la gran mayoría aún en desarrollo, que capacitan a los leucocitos para detectar y combatir a las células tumorales y que esquivan las estrategias de engaño que desarrollan los tumores.
Los buenos resultados obtenidos, especialmente en el tratamiento del melanoma avanzado, gracias al uso de estas terapias, llevan a los médicos a la creencia de que se puede abrir una nueva etapa en la lucha contra la enfermedad.
Este nuevo abordaje se sumaría a las técnicas actuales, que también son cada vez más eficaces. Por un lado, los tratamientos basados en la quimioterapia o la radioterapia. Por otro, los tratamientos específicos dirigidos a frenar la proliferación de cada tipo concreto de tumor.

11 razones para evitar el ataque a Siria

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Razones de paz.
Las últimas noticias sobre política exterior del conflicto en Siria dan visos de un ataque militar ¿acaso no sabemos lo que pasó con las armas de destrucción masiva? Por desgracia la situación actual nos recuerda a la ya vivida en Irak.
Los errores de entonces deben valer como respuestas anticipadas.
Mientras tanto la ONU emprende el análisis de las pruebas en Siria para dilucidar el presunto ataque con armas químicas. Los críticos advierten de las consecuencias dramáticas de una incursión militar. De este modo Sarah van Gelder, editora ejecutiva de la revista Yes Magazine plantea 11 razones por las que Estados Unidos debe evitar cualquier acción militar.
1. No sabemos quién está detrás del ataque con armas químicas: el ataque tuvo lugar el pasado 21 de agosto en los suburbios de Damasco y se saldó con 355 fallecidos,  según Médicos Sin Fronteras. Estos son los únicos datos contrastados. Luego están las especulaciones. Obama cree que el ataque fue perpetrado por el régimen Sirio, sin embargo la investigadora Phyllis Bennis del Institute for Policy Studies no encuentra evidencias a este supuesto. De otra parte el medio de comunicación NPR ha señalado que los rebeldes sirios podrían estar detrás de todo para provocar la intervención externa y poner fin a su estancamiento desde finales del 2011.
 2. El ataque militar es ilegal bajo la Constitución de los EE.UU y Resolución de los Poderes de Guerra: en Estados Unidos cualquier ataque militar debe ser supervisado por la legislación del Congreso a menos que haya una emergencia nacional por ataque directo. En este caso el Congreso podría convocar una sesión expresa para aprobar una declaración de guerra.
 3. Violación del derecho internacional: Siria no ha atacado a Estados Unidos al tiempo que el Consejo de Seguridad de la ONU no autoriza el ataque contra Siria. Si bien es cierto que no sería la primera vez que Estados Unidos quebranta el derecho internacional hacerlo de nuevo ocasionaría un grave perjuicio a la imagen de la nación.
4. El pueblo de EE.UU se opone al ataque: según recientes sondeos un 60% de los estadounidenses están en contra.
Tan sólo un 9% apoya firmemente la intervención y un 25% lo cree conveniente únicamente si se demuestra el uso de armas químicas por parte del régimen sirio.
5. La violencia genera más violencia: en opinión de Stephen Zunes, presidente de los Estudios de Oriente Medio en la Universidad de San Francisco “los países cuyas dictaduras son derrocadas por grupos armados son proclives a transformarse en nuevas dictaduras, a menudo acompañado de violencia y sectarismo”. Asimismo asegura que las intervenciones reducen la violencia si son imparciales.
6. Una intervención extranjera intensificará el apoyo nacionalista al Partido Baath y  régimen de Assad: al respecto Zunes señala el abandono de miembros clave ante el descontento de la actuación Assad pero “algunas deserciones pueden esperar si los extranjeros atacan el país”. En otras ocasiones similares ya se reactivó el sentimiento nacionalista: 1983-1984 tras los ataques aéreos en las posiciones sirias en el Líbano y en 2008, después de las incursiones del ejército EE.UU en el este de Siria.
 7. No persigue unos objetivos lógicos: Zunes sostiene que un bombardeo de armas químicas es totalmente inviable ya que podría liberar gases tóxicos en barrios densamente poblados.
 8. ¿Quién se beneficia de la intervención occidental? el Pentágono calcula que hay entre 800 y 1.200 grupos de rebeldes activos en Siria.
Si Estados Unidos asume los riesgos de proporcionar armas a estos grupos debe antes conocer los propósitos reales puesto que algunos de estos insurrectos están afiliados a organizaciones terroristas como Al Qaeda  o Jabhat al- Nusra.
 9. Civiles asesinados y mutilados: es obvio e inevitable que el ataque de bombas, misiles ocasiona graves daños a la población civil, sea cual sea la intención.
10. No hay estrategia de resolución aparente: una vez en el meollo del ataque se desconoce cómo se va a salir del mismo, las consecuencias que derivará o si podría extenderse el conflicto a países vecinos como Líbano, Israel e Irán.
11. Existen alternativas: la negociación es el modo más justo en la consecución de objetivos a pesar de que sea costoso y se prolongue en el tiempo. Iniciar las conversaciones de paz como ejemplo de democracia.

Las diez ciudades más sostenibles del mundo

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Ciudades Verdes.
120 ciudades fueron preseleccionadas, 29 las finalistas y sólo 10 han sido las galardonadas en este 2013 con el ‘City Climate Leadership Awards’.
La presente edición  se ha celebrado en el edificio Crystal de Londres donde Siemens y el grupoC40 Cities Climate Leadership Group otorgaron los premios a las diez ciudades más destacadas en sustentabilidad urbana y liderazgo contra el cambio climático.
El jurado, conformado por  7 miembros independientes: arquitectos, representantes del Banco Mundial y altos cargos gubernamentales, ha fallado a favor de las siguientes ciudades:
San Francisco: Premio Gestión de Residuos
En el año 2002 San Francico puso en marcha el programa ‘Basura Cero’ con el afán de convertirse en una ciudad “Cero Residuos” en el año 2020. Once años después de su inicio, la tasa de reciclaje se ha incrementado  hasta el 80% gracias en parte a los incentivos financieros.
Un ambicioso programa que articula en torno a tres vertientes: los desafíos legales, administrativos y sociales en la reforma de gestión de residuos.
 Melbourne: Premio Construcción y Eficiencia Energética
Destaca por aquellas políticas que estimulan las construcciones verdes.  Es el caso del Programa de Edificios Sostenibles a través del cual ofrece apoyo a propietarios y administradores para mejorar la eficiencia energética y de agua de los edificios comerciales de la ciudad australiana.
Tokio: Premio Finanzas y Desarrollo Económico
Desde abril de 2010 Tokio está llevando a cabo el Programa ‘Cap&Trade’ que cuenta con 1.100 establecimientos adheridos. Unas medidas que afectan a la eficiencia energética en las instalaciones o la participación en el régimen de comercio de emisiones.
De momento ya ha permitido reducir las emisiones en un 13% ciudad e  impedido la emisión de más de 7 millones de toneladas de CO2.
Ciudad de México: Premio Calidad del Aire
En 1992, las Naciones Unidas declaró que la ciudad de México era la más contaminada del planeta. Haciendo frente a los negativos informes el proyecto ‘ProAire’ ha conseguido en las últimas dos décadas una reducción significativa de las emisiones de CO2 y en consecuencia de la contaminación del aire. El  programa engloba medidas en transporte (p.ej.  ecobicis, metro buses de tránsito rápido), contención en expansión urbanística o las campañas de sensibilización pública.
 Nueva York: Premio Adaptación y Resistencia
Gracias al plan de acción puesto en marcha después del huracán Sandy ‘Nueva York más fuerte, más resistente’ contempla 250 medidas centradas en la reconstrucción de las zonas afectadas por la tormenta de arena así como el reforzamiento de los edificios y sistemas vitales que soportan la vida en la ciudad (red de energía, sistemas de transporte, parques, redes de telecomunicaciones, sistema de salud, agua y alimentos).
Munich: Premio Energía verde
En el 2050 Munich prevé ser una ciudad abastecida al 100% por energías renovables. Pese  a que en la actualidad la energía verde cubre el 37% del total de su demanda, los proyectos eólicos puestos en marcha permitirán a la ciudad que en el 2015 el 80% de la energía consumida proceda de fuentes renovables.
Río de Janeiro: Premio Comunidades Sostenibles
‘Morar Carioca’ es un  plan de revitalización urbana que tiene como objetivo reurbanizar en el 2020 las favelas de Río de Janeiro. En última instancia este programa afecta a más del 20 % de la población de Rio mejorando el medio ambiente, la salud y bienestar de más de 200.000 habitantes.
Bogotá: Premio Transporte Urbano
A pesar de las limitaciones financieras y su creciente población este premio reconoce los esfuerzos para renovar  flotas de taxis y autobuses hacia modelos más eficientes. En el año 2000 se creó el sistema de autobuses llamado ‘TransMilenio’ que transporta a más del 70% de la población de la ciudad logrando la reducción de emisiones de más de 350,000 toneladas al año.
En el futuro se espera la conversión de los taxis convencionales  a  eléctricos así como la sustitución de los actuales autobuses hacia la tecnología hibrida y eléctrica.
Copenhague: Premio Planificación y Medición de Carbono
El Plan Climático 2025 de Copenhague ha sido distinguido con el Premio Planificación y Medición de Carbono. Objetivo: una ciudad totalmente libre de emisiones de CO2 pues prevé la reducción de emisiones de 400.000 toneladas mediante la ampliación de parques eólicos y la construcción de plantas de biomasa.
Singapur: Infraestructuras de Ciudades Inteligentes
El sistema de transporte inteligente de Singapur convierte a esta ciudad en una de las menos congestionadas del mundo. Un sistema elegante y sofisticado que incorpora una serie de tecnologías como taxis equipados con GPS o la instalación de peajes electrónicos.

La felicidad más saludable

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Altruismo = Felicidad + Salud 

Sabemos que la felicidad y una buena salud suelen ir de la mano, pues aquellas personas felices gozan de sistemas inmunológicos más fuertes, menos estrés y depresión, por consiguiente frecuencias cardiacas más bajas y una vida más longeva. Sin embargo en esta pescadilla que se muerde la cola no todas las formas de felicidad repercuten de igual forma en la salud.
Así lo revela un nuevo estudio realizado por Barbara Fredrickson, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, conjunto a  Steven W. Cole, de la Escuela de Medicina ULCA en Los Angeles (Estados Unidos).
Al parecer la felicidad que es fruto de hacer el bien o cumplir un propósito de vida es mejor que la felicidad proveniente de la autosatisfacción o búsqueda del placer.
En la investigación se evaluó a 80 adultos de acuerdo a estos dos parámetros de felicidad. Por un lado los participantes que se describen personalmente como felices y satisfechos según la felicidad hedónica; por contra aquellos que disfrutan de un bienestar “eudaimonía” pues sus vidas “tenían un sentido de dirección y significado” o “algo que aportar a la sociedad”.
Durante el estudio se midieron los niveles de estado de ánimo y a su vez se recogieron las muestras de sangre de cada persona. Esta última prueba analiza en sangre patrones asociados al CTRA “respuesta transcripcional conservada a la adversidad”.
Luego un alto CTRA – alta  expresión de  genes implicados en la inflamación y baja expresión de anticuerpos – es indicador  de un estrés crónico, amenaza o trauma comúnmente asociado con el riesgo de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o  infecciones.
Los resultados evidenciaron que sólo aquellas personas con altos niveles de felicidad eudaimonía disponen de una mejor respuesta inmune o lo que es lo mismo una baja CTRA. En cambio los individuos de felicidad hedónica disponen de una alta CTRA.
Tal y como asegura Barbara Fredrickson “Mi conjetura es que en la búsqueda de la  eudaimonía se aprovecha más y mejor los recursos sociales en relación con las actividades hedónicas”.
Y añade “Por eso quizá  cuando las búsquedas hedónicas se desequilibran por actividades eudaimónicas, nuestro sistema inmunitario se activa para las mismas amenazas que al encontraron solos o socialmente aislados”.
Con esto tampoco hay que renunciar al placer o gratificación personal – importante para tomar decisiones a corto plazo en favor de la supervivencia – pero sí valorar que nuestro cuerpo se beneficia de un  tipo de felicidad más altruista.

El éxito de las sociedades depende de la generosidad

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La generosidad nos recompensa.
Las estrategias generosas son las únicas que garantizan el éxito a largo plazo, eso es lo que revela en un estudio llevado a cabo por biólogos de la Universidad de Pennsylvania (EEUU).
Su investigación sobre la evolución de la cooperación y de la generosidad en la naturaleza se fundamenta en bases matemáticas de la Teoría de juegos (John Nash, 1950).
En concreto los investigadores  analizaron el llamado “dilema del prisionero”, un método para  estudiar cómo las personas deciden si cooperar o no.
En el juego, si ambos jugadores cooperan, los dos reciben un pago. En caso de que uno coopere y el otro no, el primero recibe un pago menor mientras que el otro el mayor pago posible. Si ninguno de los dos jugadores coopera, los dos reciben un pago, pero de menor cuantía si ambos cooperasen. Asimismo se puede aplicar una serie de estrategias de “extorsión” contra un rival inconsciente con el fin de que éste obtenga una calificación o recompensa inferiores.
A partir de esta variable, Alexander J.Stewart y Joshua B. Plotkin –  ambos del departamento de biología de la Universidad de Pennsylvania – exploraron un nuevo enfoque sustituyendo el uno por uno por el enfrentamiento entre poblaciones de jugadores al igual que las sociedades humanas.
En este otro escenario, los jugadores con más éxito se reproducirían más y pasarían sus
propias estrategias a la próxima generación de jugadores. Por lo pronto las matemáticas demostraron que las estrategias de extorsión no resultan efectivas dentro de una población cambiante y extensa  “cuando hay muchos jugadores y todos juegan con generosidad, todos se benefician a su vez de la generosidad de los demás”, explica Plotkin.
De igual forma el perdón sí que es una acción necesaria bajo este contexto. Cuando un jugador se encuentra con otro que no coopera lo puede castigar un poco, pero después de un tiempo requiere de nuevo de su colaboración porque si no  sufrirá a largo plazo.
Lo cierto que este comportamiento solidario “no sólo ocurre en los seres humanos. Los insectos sociales se comportan también de esta manera, e incluso bacterias y virus comparten productos génicos y se comportan de maneras que no pueden describirse como generosas” añade Plotkin.