Enmanuel y Brigitte Macron
OPINION:
Estimados lectores:
En nuestros tiempos, lo superficial parece absorbernos. Corremos como potros desbocados la carrera interminable de las apariencias. Mostrar juventud, belleza y riqueza es la tendencia.
El recién electo presidente francés no escapa a esa superflua mirada desde nuestros complejos modernos. Cabe destacar que para los franceses la vida privada de sus funcionarios importa poco.
A menos que asalten las arcas del erario público para satisfacer sus pasiones personales. Durante muchos años ha sido así. No sé si ahora eso cambiará.
No les temen a la edad, calificativos ni a convencionalismos carentes de contenido. Será por eso que en la historia francesa encontramos personajes como Napoleón Bonaparte, al que llamaban “Le Petit Caporal” o pequeño cabo. Inició su carrera política a muy temprana edad y llegó a ser uno de los más grandes de Europa.
Algunos historiadores especulan diciendo que, además de chiquito, era epiléptico.
También nos encontramos al famoso novelista Gustave Flaubert, autor de la novela Madame Bovary y otros libros de fama universal. De él se dice que era un fracasado escolar, poco responsable.
Sin embargo, comenzó a escribir literatura a los once años y dirigió un periódico antes de ser mayor de edad. Pocos saben que, aunque nunca se caso, su musa inspiradora y amante era once años mayor que él. Como ellos, podría mencionar a muchos más. Todos destacados a muy temprana edad y aparentemente con alguna tara social
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