SANTO DOMINGO.- En República Dominicana cada vez son más las personas envejecientes que se encuentran abandonadas en las calles y muchos los que sufren maltratos incluso hasta por sus familiares.
Expuestos a las inclemencias del tiempo, hambrientos, muchas veces rodeados de pestilencia, con problemas de salud y su piel desgastada, así es como sobrevive su día a día esta parte de la población.
En un recorrido por algunas zonas de esta capital nos acercamos hacia uno de estos envejecientes abandonados, se trata de Geraldo Santana, de 70 años, nativo en Los Llanos, de San Francisco de Macorís, quien dice que vivía en el sector de Villa Consuelo, pero desconoce el paradero de sus familiares.
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El 91 por ciento de estos mayores han sido víctimas de violencia emocional, proveniente mayormente de hijos, parejas y nietos; mientras un 32 por ciento ha recibido violencia física, según una encuesta del Fondo de Población de las Naciones Unidas en el país y el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente, que explica que en tres años ha reubicado a dos mil 225 adultos mayores.
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Esta situación genera terribles consecuencias que los coloca en una situación de alta vulnerabilidad.
En un intento de proteger a este grupo poblacional, se promulgó la ley 352-98 sobre Protección a la Persona Envejeciente. El 27 de octubre del 2004, mediante Decreto Número 1372-04, el Poder Ejecutivo dictó el reglamento de aplicación de esta ley.
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