A pesar de ser uno de los países más industrializados del mundo también el valor por la tradición adquiere en Japón gran relevancia, aún cuando muchas de sus costumbres ejercen clara discriminación de género.

Sin embargo, algo parece cambiar en el país del sol naciente a raíz de las medidas que pretende impulsar el primer ministro nipón Shinzo Abe. Su nuevo proyecto destinado a promover la participación femenina en la sociedad a nivel global puede por fin acabar con las atávicos impedimentos hacia el sexo femenino, que incluso llegaban a penalizar fiscalmente aquellas familias con dos sueldos.
Tal decisión parece responder a una causa de fuerza de mayor: el creciente envejecimiento de la sociedad y descenso de la población activa masculina “Se trata de una urgencia, porque la población en edad de trabajar va a caer de los 87 millones que había en 1995 a tan sólo 55 millones a mediados de siglo” explicaba hace unos días la directora general del Fondo Monetario InternacionalChristine Lagarde, en la inauguración de la Asamblea Mundial de Mujeres.
Precisamente este foro “Davos femenino” – como lo ha bautizado Abe – es uno de los máximos eventos que impulsara este nuevo rol de la mujer japonesa. Tokio será el epicentro donde dar visibilidad y merecido reconocimiento a la faceta empresarial y liderazgo femenino. El objetivo a cumplir hasta el 2020 consiste en aumentar la proporción de mujeres en cargos de responsabilidad, pasar de un 11 % actual a un 30 %.
Para ello desde el gobierno no han dudado en predicar con el ejemplo. Por primera vez en más de una década cinco mujeres integran el Consejo de Ministros y también por primera vez en su historia una mujer consigue la presidencia de un banco.
Hablamos de Yuko Obuchi (cartera de Economía, Comercio e Industria), Midori Matsushima(Justicia) Eriko Yamatani (responsable la cartera para el secuestro de ciudadanos nipones por Corea del Norte), Sanae Takaichi (Administración e Interior) y Haruko Arimura (ministra de Activación de la Mujer).
Por su parte en el sector privado destaca la figura de Chie Shinpo, quien asumió el pasado abril la presidencia de la división bancaria del grupo financiero nipón Nomura.
Mujeres con nombre propio que no solo marcan un hito sino en especial el camino a seguir por el resto de compatriotas.
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