Amtrak dijo que ampliará el uso de un sistema de limitación de velocidad en las vías que se dirigen al norte de Filadelfia y cumplirá con otras directivas federales emitidas después de que uno de sus trenes se estrellara en la ciudad la semana pasada matando a ocho de sus pasajeros después de entrar en una curva a alta velocidad, dijo la empresa.
El sistema de control automático del tren se emplea ya en los que se dirigen al sur al acercarse a la curva donde tuvo lugar el descarrilamiento del martes.
El sistema informa al maquinista cuando el tren circula por encima del límite permitido y acciona automáticamente los frenos si el conductor no ralentiza el convoy.
Amtrak dijo que acataría la norma, apuntando que su "meta global es proporcionar un viaje seguro a los pasajeros".
Amtrak planea reanudar el servicio de forma limitada entre Filadelfia y Nueva York el lunes, y ya al completo el martes.
La Administración Ferroviaria Federal también le ordenó a Amtrak analizar las curvas a fin de que evalúe los riesgos en el Corredor Noreste, el tramo de vías entre Boston y Washington en el que hay un intenso tránsito ferroviario, y determine si se puede hacer más para mejorar la seguridad.
"En áreas en las que la velocidad de acercamiento es considerablemente superior a la permitida en la curva, se debe implementar de inmediato la tecnología apropiada para prevenir descarrilamientos por exceso de velocidad", señaló la agencia.
Amtrak también tendrá que incrementar la cantidad y frecuencia de señalamientos que alertan a los maquinistas y ayudantes a bordo sobre la velocidad máxima autorizada.
La empresa publicó un mensaje en su página web el sábado alabando un registro de seguridad "contundente", incluyendo la afirmación de que los descarrilamientos anuales cayeron de 80 a 28 entre 2000 y 2014.
"Aunque cualquier descarrilamiento de un tren es inaceptable, han pasado 28 años desde que se registró uno con víctimas mortales en el Corredor Noreste", dijo la empresa.
Después del accidente, el presidente de Amtrak, Joseph Boardman, prometió tener en operación el sistema de control de trenes de nueva generación a lo largo de la vía para finales de año, como exigió el Congreso en 2008. El sistema emplea transponedores, radio inalámbrica y computadoras para evitar que los trenes superen la velocidad máxima permitida.
FILADELFIA (AP) — Las autoridades han solicitado al FBI que investigue la posibilidad de que el cristal delantero de un tren Amtrak recibiera el impacto de un objeto antes de que el convoy descarrilar...
Craig Schulz, portavoz de la compañía, dijo el sábado que Amtrak también planea analizar si podría activar parcialmente algunas de las capacidades de otro sistema de seguridad que ya está instalado a lo largo de todo el Corredor Noreste sin tener que retrasar la implementación completa de un sistema de última generación antes de que finalice el año. El sistema — que puede ser programado con límites específicos en función de horarios laborales, curvatura de las vías y otras condiciones — está operativo en solo 50 de las 226 millas entre Washington y Nueva York.
Funcionarios dijeron que se han estado reparando las vías, señales y cables de alta tensión desde el accidente.
El tren viajaba desde Washington D.C. a Nueva York. Unas 200 personas resultaron heridas y al menos ocho seguían en estado crítico en hospitales de Filadelfia el sábado. Se espera que todos sobrevivan.
Los investigadores han estado analizando los motivos por los que el tren llegó a una velocidad cercana a los 170 kilómetros (106 millas) por hora en una zona de velocidad restringida de 80 kph (50 millas) mph.
El FBI también sopesa la posibilidad de que el cristal delantero del tren haya sido impactado por un objeto poco antes del descarrilamiento. El maquinista, que resultó lesionado en el choque, dijo a las autoridades que no recuerda nada de lo sucedido en los minutos previos al percance.
El viernes se celebró en Long Island el funeral por una de las víctimas, Justin Zemser, un guardamarina de 20 años en la Academia Naval de Estados Unidos. El sábado tuvo lugar un servicio en Nueva York en memoria de Rachel Jacobs, una ejecutiva de software educativo de 39 años. Para el lunes está previsto en Holmdel, Nueva Jersey, el de Robert Gildersleeve Jr., de 45 años y natural de Elkridge, Maryland. Gildersleeve era vicepresidente de una empresa de seguridad alimentaria llamada Ecolab.
Una apuesta por renovar la infraestructura
El descarrilamiento dejó en evidencia las deficiencias y antigüedad del sistema ferroviario estadounidense, problemas que se repiten en otras infraestructuras necesitadas de inversiones que no llegan. El accidente, que causó heridas a más de 200 personas, ocurrió en el corredor ferroviario con mayor volumen de pasajeros del país y ha servido para subrayar un mensaje en el que el presidente de EEUU, Barack Obama, y la Casa Blanca llevan meses insistiendo: hay que invertir más y de forma urgente en infraestructura.
"Tenemos que invertir en infraestructura" que mantenga a EEUU como un país con una economía en crecimiento "no solamente cuando algo malo sucede, como el colapso de un puente o el descarrilamiento de un tren", subrayó Obama el jueves desde la residencia de descanso de Camp David (Maryland) tras una cumbre con líderes del Golfo Pérsico. "Eso es lo que hacen las grandes naciones", añadió el mandatario, quien ha citado varias veces que países como China o Alemania están gastando mucho más que EEUU en infraestructuras, medido en porcentajes del producto interior bruto (PIB).
Pese a que el corredor ferroviario del noreste es el que más pasajeros transporta diariamente, el tramo en que ocurrió el accidente del martes, muy cerca de la ciudad de Filadelfia, no cuenta con un sistema automático de frenado.
Y eso es solamente un ejemplo, ya que el sistema eléctrico "necesita mejoras" y hay túneles "con más de un siglo de antigüedad", recordó Robert Puentes, experto en transporte del Instituto Brookings.
En ese corredor el tren más rápido tarda unas seis horas y media en llegar de Boston a Washington, mientras que a su equivalente en Francia le cuesta cubrir la misma distancia, entre París y Marsella, unas tres horas, según comparaba el diario The New York Times. El año pasado, la Casa Blanca indicó en un informe que el 65 % de las principales carreteras del país se encuentra en un estado por debajo del considerado correcto, el 25 % de los puentes necesita una reparación significativa y el 45 % de los estadounidenses carece de buen acceso a un sistema de tránsito. De acuerdo con otro informe, en este caso de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, costaría unos 3.6 billones de dólares reparar y equipar adecuadamente las carreteras, vías de ferrocarril y aeropuertos para dejarlas en un estado "seguro y duradero".
Piden recursos para obras públicas
Un día antes del accidente de Filadelfia, el vicepresidente de EEUU, Joseph Biden, advertía al Congreso de los "peligros" que supone no reparar las maltrechas infraestructuras del país. "Es alucinante que haya un debate en Washington, en el Capitolio, para decidir si tenemos que invertir o no en infraestructura", dijo Biden en una conferencia sobre el tema. El fondo fiduciario que reúne los recursos para obras públicas de carreteras y tránsito se quedará insolvente a partir del 31 de mayo, cuando expira su base legal, aunque el Departamento de Transporte puede tomar medidas para aportar financiación hasta finales de julio.
En febrero pasado, Obama presentó al Congreso su plan presupuestario, que prevé desembolsar 478.000 millones de dólares en seis años para modernizar la infraestructura y el sistema de transporte del país. Ese plan se financiaría mediante una reforma tributaria para cerrar las "lagunas fiscales" que benefician al 1 % de los estadounidenses más ricos y que propone un impuesto obligatorio del 14 % sobre los beneficios que las compañías del país obtienen en el extranjero, que se elevaría al 19 % para ganancias futuras.
El desacuerdo de la oposición republicana con esas tasas impositivas ha paralizado hasta ahora el debate en el Congreso en torno a los fondos para proyectos de transporte. En paralelo, el Congreso, de mayoría republicana en ambas cámaras desde que comenzó el año, busca recortar los fondos públicos que se destinan a la compañía ferroviariaAmtrak, encargada de operar el tren que descarriló en Filadelfia. La inversión en infraestructura "no solía ser un asunto partidista", afirmó Obama el jueves. Si Estados Unidos "se convirtió en una superpotencia económica fue invirtiendo en nuestra gente, invirtiendo en infraestructura, haciéndolo mejor, más rápido y más grande que cualquier otro. Deberíamos hacer lo mismo ahora", urgió el presidente.
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