El autor es médico. Reside en Santo Domingo Este
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HECTOR MONTERO
A mediados del mes de junio de este año el Ministerio de Salud Pública de Republica Dominicana, informó que 33 reclusos de la penitenciaría de La Vega presentaron diarreas agudas y tres de ellos resultaron positivos a cólera.
El domingo 21 del mismo mes de junio, en horas de la tarde, 14 internos más presentaron cuadros clínicos agudos de diarreas, náuseas, vómitos y dolor abdominal, que provocaron su internamiento en el Hospital Luis Morillo King, donde uno de ellos presento deshidratación severa y falleció algunas horas después de su ingreso.
El Cólera es una enfermedad infecciosa aguda, causada por el Bacilo ” Vibrio Cholerade” que provoca evacuaciones diarreicas masivas, que en pocas horas puede producir un cuadro de deshidratación grave y hasta la muerte si no hay una atención clínica adecuada.
Las diarreas que inician repentinamente son líquidas, indoloras y a veces tienen un parecido al “agua de arroz”. En los casos más graves la persona afectada puede perder alrededor de un litro de líquido por hora, pero usualmente la cantidad es mucho menor. En estos casos la gravedad es ocasionada por la diminución de líquidos y sal que producen una deshidratación severa, caracterizada por sed intensa, calambres musculares, debilidad y una disminución del volumen de orina.
Aproximadamente el 75% de las personas infectadas con V. cholerae no presenta ningún síntoma, a pesar de que el bacilo está presente en sus heces fecales durante 7 a 14 días después de la infección y vuelven al medio ambiente, donde pueden infectar a otras personas.
En el 80% de las personas que presentan síntomas estos son de leves a moderados; un 20% padece diarrea acuosa aguda con deshidratación grave. Si no se da tratamiento, esta puede ocasionar la muerte. Las personas con inmunidad reducida, como los niños desnutridos y los enfermos de sida, corren un riesgo mayor de morir si se infectan.
OPS Confirma Casos: Los casos de cólera reportados en el país fueron ratificados por la Organización Panamericana de la Salud OPS, en su Informe sobre Actualización Epidemiológica del Cólera de fecha 24 de Junio del corriente, en el cual informaba que desde inicios de este año y hasta la Semana Epidemiológica (SE) 22 del 2015 se reportaron un total de 16.970 casos de cólera en tres países de la Región de las Américas: Haití (16,696 casos), Republica Dominicana (273 casos) y Cuba (1 caso), este último reportado por el Centro Nacional de Enlace de Canadá para el Reglamento Sanitario Internacional (RSI).
Sin embargo la situación del país es más grave que la planteada por la Organización Panamericana de la salud. Veamos: El Informe de la Dirección General de Epidemiologia del Ministerio de Salud Pública correspondiente a la Semana Epidemiológica 25 (SE – 25) que va desde el 21/6/ al 27/6/2015 indica que en ese periodo se notificaron nueve casos sospechosos de cólera, de los cuales seis son mujeres y 3 hombres, residentes de las provincias de Santo Domingo (4), Santiago (1), Puerto Plata (1), La Vega (1), Monte Plata (1) y Distrito Nacional (1). En la misma semana del 2014 no se registraron casos.
En el informe de esa misma Semana 25, los casos acumulados en este año son 328 que han ocasionado 11 muertes, con un incremento de la Incidencia Acumulada de un 99% en relación al año 2014, que registro 163 casos y apenas 5 muertes. La realidad es que en los primeros 6 meses de este año, el reporte de muertes duplica las registradas en el 2014.
Estamos pues ante un brote que puede catalogarse de una situación de “Seguridad” muy cerca de un Alerta con una peligrosa Tasa de incidencia de 3.29%.
Los brotes de cólera en nuestro país tienen una relación directa con la epidemia que afecta a Haití desde el 2010 y cada aumento de la incidencia en ese país provoca un aumento significativo de los casos en el nuestro. Desde luego que la gran escasez de agua que afecta a nuestro país, agravado por el acceso insuficiente al agua potable, y un saneamiento inadecuado favorecen la multiplicación de los casos de cólera.
Las medidas por tanto para enfrentar la situación de la epidemia deben orientarse en dos direcciones: vigilancia epidemiológica en la frontera para evitar la entrada de personas infectadas y mejorar las condiciones medioambientales y de acceso a fuentes de agua aptas para el consumo humano.
Como la forma de contagio más común es la ingesta de agua y/o de alimentos contaminados con heces fecales, otras medidas que podemos tomar son la purificación de las aguas usadas para el consumo humano y para la preparación de los alimentos, un manejo y disposición adecuado de los desechos sólidos y líquidos, y sugerir a la población general tomar algunas medidas de higiene personal consistente en lavarse las manos, antes y después de ingerir alimentos y antes y después del uso de los servicios sanitarios.
No existen vacunas para prevenir el cólera, ni medicamentos para el tratamiento de las personas afectadas. El único tratamiento recomendado es la administración de líquidos con sales de Rehidratación Oral y acudir a un centro de salud en caso de diarreas liquidas, abundantes y parecidas al agua de arroz.
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