Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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jueves, 12 de enero de 2017

Respuestas hacia la igualdad y la justicia social. Chantal Mouffe

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chantal_mouffe-chantal-mouffe¿Condena moral o respuesta política?
Tras el éxito del Brexit en el Reino Unido y la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, cialis los medios están difundiendo el temor de que las democracias liberales occidentales están en peligro de ser conquistadas por partidos de extrema derecha con la voluntad de instalar regímenes fascistas. ¿Qué debemos hacer ante este miedo?
Las democracias liberales se enfrentan sin duda a una crisis de representación que se manifiesta por un creciente descontento con los partidos tradicionales y por el surgimiento de movimientos anti-establishment. Esto representa un verdadero desafío para la política democrática y puede conducir a un debilitamiento de las instituciones democráticas liberales.
Sin embargo, sostengo que categorías como fascismo y extrema derecha o comparaciones con los años treinta no son adecuadas para captar la naturaleza de este desafío. Sugieren que estamos siendo testigos de la repetición de un fenómeno bien conocido. Es el retorno de la peste marrón que afecta a las sociedades que, expuestas a las dificultades económicas, experimentan una explosión de pasiones irracionales. Por tanto, la cuestión no mereceria más análisis.
Ciertamente no es mi intención negar la existencia de agrupaciones políticas que pueden calificarse adecuadamente como extrema derecha. Afortunadamente son marginales y no amenazan seriamente a nuestras instituciones básicas. También existen partidos como Amanacer Dorado en Grecia o Jobbik en Hungría con un carácter claramente neofascista. Pero este no es el caso del FPO en Austria, del Frente Nacional liderado por Marine Le Pen o de la variedad de partidos nacionalistas de derecha que ahora están floreciendo en Europa. A diferencia de la extrema derecha tradicional, el objetivo de estos partidos no es derribar las instituciones democráticas liberales.
Su estrategia consiste en establecer una frontera política entre el pueblo y el establishment y se define mejor como “populista”: Entendido como una forma específica de construir una frontera política, el populismo se presenta a través de muchas formas, según las diferentes condiciones nacionales y de cómo se definan el pueblo y el establishment. Algunos populismos han sido fascistas, pero hay muchas otras formas y no todas son incompatibles con las instituciones democráticas liberales. Este tipo de movilización puede tener resultados democratizantes, como el movimiento populista en los Estados Unidos en el siglo XIX distribuyó el poder político a favor de la mayoría sin poner en cuestión todo el sistema democrático.
Por cierto, muchas personas equiparan el populismo con el fascismo y la extrema derecha. Esta es claramente la táctica utilizada actualmente por las élites para descalificar a todas las fuerzas que cuestionan el status quo. Para entender el creciente atractivo de los partidos populistas, necesitamos rechazar esta concepción simplista.
Lejos de ser el producto de las fuerzas demagógicas, el momento populista que estamos presenciando esa la idea de que no había alternativa al orden neoliberal. Este ‘consenso en el centro’ ha reducido la política a la gestión de problemas técnicos a ser tratados con y por expertos. Con el predominio del capitalismo financiero y la consecuente oligarquización de nuestras sociedades, los dos pilares centrales de la idea democrática -igualdad y soberanía popular-, han sido declarados categorías ‘zombies’.
La igualdad ha dejado de ser un objetivo de las políticas públicas y los ciudadanos han sido privados de un papel en las decisiones relativas a los asuntos colectivos.
Esto ha creado un terreno fértil para que partidos populistas de derecha puedan movilizar los afectos en torno al rechazo de las élites. Con la excusa de hablar “en nombre del pueblo”, estos partidos han logrado articular, mediante un vocabulario xenófobo, muchas de las demandas desatendidas por los partidos socialdemócratas que han aceptado el modelo neoliberal y son cómplices de sus políticas de austeridad.
Clasificar a esos partidos populistas de derecha como extrema derecha o neofascistas es una forma fácil de rechazar sus demandas, negándose a reconocer la dimensión democrática de muchos de ellos. Atribuir su atractivo a la falta de educación o a la influencia de factores atávicos es, por supuesto, especialmente conveniente para las fuerzas del centro-izquierda. Les permite evitar reconocer su propia responsabilidad en su surgimiento. Su respuesta es proteger a los ‘buenos demócratas’ contra el peligro de las pasiones ‘irracionales’, estableciendo una frontera ‘moral’ para excluir a los ‘extremistas’ del debate democrático.
Esta estrategia demonizadora del ‘enemigo’ del consenso bipartidista puede ser moralmente reconfortante, pero desempodera políticamente.
Para diseñar una respuesta propiamente política, debemos darnos cuenta de que la única manera de luchar contra el populismo de derecha es dar una formulación progresista a las demandas democráticas que se están expresando con un lenguaje xenófobo.
Esto supone reconocer la existencia de un núcleo democrático en esas demandas y la posibilidad, a través de un discurso diferente, de articularlas en una direccion emancipadora.
Debemos ser conscientes de que tal proyecto no puede formularse sin descartar el enfoque esencialista racionalista dominante en el pensamiento liberal-democrático. Tal enfoque nos impide reconocer la necesaria naturaleza partidista de la política y el papel central de los afectos en la construcción de identidades políticas colectivas. Etiquetar como extrema-derecha o fascista a los partidos que rechazan el consenso post-político es condenarse a la impotencia política.
La única manera de luchar contra los partidos populistas de derecha es abordar los temas que han incluido en la agenda, ofreciendo respuestas que sean capaces de movilizar los afectos comunes hacia la igualdad y la justicia social.
Este debe ser el objetivo de un movimiento populista de izquierda que, confrontándose a la post-democracia, apunte a la recuperación y radicalización de la propia democracia.
Chantal Mouffe
Filósofa y politóloga belga

Todos los datos para el optimismo: el mundo no empeora, mejora

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Las paradojas del progreso: datos para el optimismo.

A pesar de que los políticos populistas se aprovechan del pesimismo de la población,vialis 40mg estamos mejorando en casi todos los parámetros.
Las paradojas del progreso: datos para el optimismo
Los datos señalan que la humanidad está en la mejor situación de su historia y, sin embargo, la mayoría cree que el mundo empeora. Los políticos populistas están aprovechando esta percepción ignorando que estamos mejorando en todos los parámetros. El 81% de los votantes de Donald Trump creen que, hace 50 años, se vivía mejor, que el mundo era un lugar mejor. Una opinión que podría definirse como reaccionaria: cree que los cambios están empeorando las cosas.
Esta visión está lejos de limitarse a los votantes de Trump. La percepción de que el mundo retrocede, de que nos dirigimos hacia una suerte de caos, es amplia. Según un estudio del Instituto Motivaction, el 87% de la población mundial cree que, en los últimos 20 años, la pobreza global ha permanecido igual o ha empeorado.
La paradoja es que los datos dejan claro que esta es una idea falsa. El mundo no empeora, mejora.
No significa esto —vaya por delante— que el mundo sea un lugar perfecto. Ni siquiera un buen lugar. Padecemos injusticias, guerras, hambre y violencia. Una minoría de la población posee la mayor parte de la riqueza, mientras 760 millones —el 11% más pobre— sobreviven con menos de 2 dólares al día. La pobreza es cotidiana. Pero de todos los escenarios globales que hemos conocido (no imaginado o deseado, sino conocido) este es el mejor.
El científico cognitivo y profesor de Harvard, Steven Pinker, es uno de los autores que han aportado más datos en defensa de esta tesis. Su libro Los ángeles que llevamos dentro trata de demostrar que vivimos en la época más pacífica y próspera de la historia. “La gente a lo largo y ancho del mundo es más rica, goza de mayor salud, es más libre, tiene mayor educación, es más pacífica y goza de mayor igualdad que nunca antes”, señala Pinker a EL PAÍS. “Todas las estadísticas señalan que mejoramos. En general, la humanidad se encuentra mejor que nunca”.
El escritor e historiador sueco Johan Norberg es otra de las voces destacadas de esta corriente de pensamiento. Defiende en su libro Progress: Ten Reasons to Look Forward to the Future (Progreso: diez motivos para mirar hacia adelante) que el capitalismo es el sistema que más ha hecho progresar al ser humano y que vivimos en el mejor momento de nuestra historia.
“El mundo está mejorando rápidamente. De hecho, nunca antes el mundo mejoró así de rápido. Por cada minuto de esta conversación, cien personas salen de la pobreza”, explica.
Los datos respaldan estas afirmaciones.
Nos muestran, por ejemplo, que los adultos disfrutan en la de vidas más largas y que la mortalidad infantil se ha dividido entre cuatro. En 1960, según datos de la OMS y el Banco Mundial, de cada cinco niños uno se moría antes de cumplir cinco años; ahora sobreviven 19 de cada 20.
Las paradojas del progreso: datos para el optimismo
La riqueza también se ha multiplicado. Desde 1980 el porcentaje de personas que viven en la pobreza extrema se ha reducido a una cuarta parte. En el sur de Asia la sufrían el 50% y ahora el 15%. En el este de Asia y el Pacífico, la pobreza extrema pasó de afectar al 80% (cuatro de cada cinco personas) a apenas el 3,5%.
Las paradojas del progreso: datos para el optimismo
La alfabetización va camino de ser universal: en 1980 todavía el 44% de las personas sobre el planeta no sabían leer y escribir; ahora son sólo el 15%, según datos de la OCDE y la UNESCO. Además se está cerrando la brecha entre la educación que reciben los hombres y las mujeres de todo el mundo. En España cicatrizó en 2005. Muchos de estos datos provienen de la web Our World in Data, un proyecto que recopila indicadores para mostrar cómo están cambiando las condiciones de vida de las personas en todo el mundo.
Las paradojas del progreso: datos para el optimismo
Desde los años ochenta se han reducido las guerras. La violencia retrocede: en las sociedades agrícolas causaba alrededor del 15% de todas las muertes, según el pensador israelí Yuval Harari,autor de Sapiens. De animales a dioses. Durante el siglo XX provocó el 5% y hoy sólo es responsable del 1% de la mortalidad global.

Por qué no vemos este progreso

Si los datos muestran mejora, ¿por qué existe la percepción de que empeoramos? Hay muchas respuestas. Todas correctas y ninguna completa. La primera es que somos más críticos, mucho menos tolerantes ante los errores e injusticias del sistema.
Nunca antes la humanidad había sido tan exigente consigo misma. Cosas que hoy nos parecen intolerables eran la norma: en 1980, el 54% de los españoles pensaba que ser homosexual era injustificable (esa cifra ha bajado hasta el 8%).
Esta exigencia nos hace sentir que no mejoramos (o que, al menos, no mejoramos lo suficiente).
Johan Norberg añade otra respuesta: “Tenemos mejor acceso a las noticias y a la comunicación que nunca.
Y en los medios, las malas noticias son las que venden. Nos enteramos de alguna mala noticia o algún nuevo incidente cada minuto. Los desastres y las tragedias no son algo nuevo, pero los móviles y las cámaras sí lo son. Y esto hace que nos dé la impresión de que esos horrores son más frecuentes de lo que eran”.
Steven Pinker coincide: “Mientras el número de incidentes o desastres no baje hasta cero, siempre habrá alguno para publicar. Cada cosa que sucede es tremendamente visible hoy en día”. Así, las crisis económicas y de migrantes, los horrores del ISIS o el yihadismo (París, Bruselas, Estambul…) han entrado casi a diario en nuestros hogares a través de muchos y muy diversos canales. Hoy en día seguimos al minuto un golpe de Estado en Turquía mientras terminamos la cena. La percepción, el poso final que queda por culpa de estas tragedias, es que hemos alcanzado cotas de horror inéditas. Los datos —que dicen lo contrario— quedan sepultados bajo la oleada de malas noticias.
A todo esto cabe sumar otro factor: la nostalgia. “Cuando la gente piensa en ‘los buenos tiempos’, se retrotrae a la época en la que crecieron, una época en la que no tenían que pagar facturas, no tenían hijos ni responsabilidades”, explica Norberg. Quizás lo que añoramos no es el mundo de nuestra juventud sino nuestra juventud misma.
Hay una última teoría planteada por algunos científicos y que, grosso modo, defiende que no estamos hechos para ser felices. La evolución nos dotó de una biología que nos impide estar absolutamente satisfechos, porque así nos mantiene activos, curiosos, despiertos y ambiciosos.

Arma para los políticos

El debate entre percepción y datos no pasaría de eso, de un debate, si no fuera porque la creencia de que el mundo empeora se usa con fines políticos. Si el mundo empeora, mejorarlo exige cambiar el sistema (aunque el sistema, o partes del mismo, siempre según los datos, nos hacen ir a mejor). Quien se oponga a cambiarlo todo será alguien que se opone a frenar el empeoramiento del mundo. Es decir, un egoísta, un inmoral, o un irresponsable.
O todo a la vez. “Los políticos populistas nos quieren asustados y difunden mitos sobre amenazas inmediatas para nuestra supervivencia y modo de vida. Porque saben que la gente asustada quiere construir muros y votar a hombres fuertes que prometen mantenernos a salvo”, reflexiona Norberg.
España ha retrocedido debido a la crisis, pero pocos indicadores nos llevan más allá del año 2000
¿Qué pasa con la crisis? Muchos políticos esgrimen la crisis como evidencia de que vamos a peor. Y, en cierto modo, tienen razón. En España parece aventurado decir que vivimos mejor que en el año 2005. Este país atraviesa la crisis más grave en décadas y ha retrocedido en los últimos años debido al bache económico. Pero eso no implica que, en términos generales y a largo plazo, estamos empeorando. El PIB por habitante está al nivel de 2004. Pocos indicadores nos han devuelto más allá de 2000 y muchos no han dejado de mejorar. Se trata de alteraciones puntuales —que provocan sufrimiento a miles de individuos, claro—, pero que forman parte de un proceso que abarca siglos.
Lo explica Pinker: “Hay periodos de subidas y bajadas, que, en general, no llegan a alterar una progresión sostenida. Por ejemplo, la tasa de crimen en Estados Unidos creció un poco el año pasado con respecto al anterior, pero en general la tendencia en global es de descenso. Otro ejemplo: la cifra de muertos por guerras aumentó tras 2011, debido a la guerra de Siria, pero siguió siendo mucho más baja que en los 50, los 60, los 70, los 80 y los 90”.
Las paradojas del progreso: datos para el optimismo
Al pensar en la crisis, además, solemos olvidar que el mundo no es sólo Occidente. Mientras Europa y Estados Unidos padecían la recesión, en otras partes el progreso no sólo no se detuvo sino que se aceleró. Entre 2005 y 2013, en el conjunto del planeta, la pobreza extrema se redujo a la mitad. La esperanza de vida aumentó en 3 años y se redujo la mortalidad infantil en todos los continentes.

La paradoja de la desigualdad

Por supuesto hay peros, asteriscos que poner al progreso sostenido de la humanidad. Uno es la desigualdad. Las diferencias han aumentado en muchos países ricos, como Estados Unidos, Alemania o Suecia. En el caso de España, ese aumento ha hecho que sea uno de los países con rentas más desiguales de la UE.
Las paradojas del progreso: datos para el optimismo
Pero de nuevo se antoja necesario mirar fuera de nuestras fronteras. Si lo hacemos veremos que la desigualdad global no crece, sino que se reduce. El motivo es que millones de personas en China,India y otros países han escapado de la pobreza. “Los pobres se están enriqueciendo más rápido que los ricos”, explica Pinker. Según cálculos de Tomas Hellebrandt y Paolo Mauro, en un trabajo para el Peterson Institute for International Economics, la desigualdad de renta se ha reducido de 69 a 65 puntos entre 2003 y 2013. Las diferencias entre ricos y pobres globales son muy grandes, pero se están estrechando.
Además la relación entre desigualdad y pobreza ha cambiado. “La desigualdad aumenta porque los ricos tienen más sin que esto —y por primera vez en la historia de la humanidad— suponga que los pobres tengan menos”, explica el economista Branko Milanovic, autor de Los que tienen y los que no tienen (Alianza Editorial) y Global inequality: A new approach for the age of globalization. “La riqueza puede crecer sin que afecte a la subsistencia de gran parte de la población”. Durante siglos no hubo crecimiento y, por tanto, la riqueza de unos era la pobreza de otros. Esto ya no es así.
“Hay otro punto”, añade Johan Norberg. “La desigualdad se suele medir sólo en dinero, pero hay más ángulos. Bill Gates es diez millones de veces más rico que tú, ¿pero su vida es diez millones de veces mejor que la tuya? No lo creo. Sí, tiene un avión privado, pero probablemente use el mismo móvil que tú y el mismo ordenador que tú. Y seguramente no vivirá 30 años más que tú y no tiene un 99% menos de probabilidades que tú de que sus hijos mueran antes de los 5 años. En cosas no económicas es posible que haya más igualdad. Por ejemplo en educación o acceso sanitario”.
Pinker aún va más lejos: “La desigualdad económica no es un un problema fundamental; la pobreza lo es. Si las personas están más sanas, bien alimentadas, y disfrutan sus vidas, no importa cómo de grande sea la casa de J. K. Rowling. Y las tasas de pobreza global están cayendo”.

Pero ¿qué es mejorar?

Pongamos el ejemplo de una tribu del Amazonas que hace 100 años vivía en medio de la jungla sin que nadie ni nada perturbara su existencia. El año pasado una empresa maderera acabó con su hábitat. El mundo, tal y como lo conocían, ha acabado de forma traumática para ellos. ¿Cómo aseverar que para esta tribu el mundo ha progresado? No existe una concepción irrefutable sobre lo que se considera progresar. Es indudable que vivimos más, hay menos pobreza, más confort y menos violencia. ¿Pero somos más felices?
Algunos pensadores como Yuval Harari plantean este debate. ¿Es más feliz hoy un minero de Siberia que un cazador-recolector de hace veinte mil años? Resulta imposible saberlo. Un acuerdo para medir si la humanidad ha progresado es saber si hemos mejorado en los parámetros que exigimos para ser felices. Es decir, si nuestros gobiernos nos van concediendo lo que les llevamos siglos pidiendo: buena salud, educación, confort, tiempo de ocio, libertad. Sucesivos estudios han observado que, en general, los países donde tienen estas cosas las personas se dicen más felices, consideran que han progresado.
Como especie, como civilización, como mundo, hemos avanzado hacia lo que consideramos progreso, hacia lo que hemos perseguido y entendemos como un mundo mejor. Seguimos lejos de un mundo perfecto o ideal, si es que existe. Pero los datos nos dicen que, a pesar de percepciones —interesadas o no—, avanzamos por el buen camino. Aunque cueste creerlo, aunque falte mucho por andar.
Kiko Llaneras
Nacho Carretero

Toda una vida de lucha contra la pobreza y la desigualdad

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60 años de vida dan para conocer muchas historias y vivir nuevas emociones. En el caso de  Oxfam Intermón, sickness los 60 años que cumple la organización han servido sobre todo para llevar a cabo una intensa lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Desde sus inicios, el objetivo de esta ONG ha sido investigar y atacar las causas y consecuencias de una distribución de la riqueza que provoca pobreza y desigualdad por todo el mundo.
Oxfam Intermón actúa en más de 90 países y gracias a su actividad ha puesto en el debate público internacional la necesidad de poner fin a la desigualdad y la pobreza extrema.
José María Vera, director general de Oxfam Intermón, explica que “la pobreza extrema en el mundo se ha reducido a la mitad en la últimas dos décadas, pero todavía hoy la sufren 840 millones de personas”. 
Pero aún queda un largo camino por recorrer. Y para ganar esta batalla, Vera señala que “hay que seguir trabajando y para ello es necesario  hacer más sostenible y equitativo el crecimiento económico, hacer un mayor esfuerzo para combatir la creciente desigualdad a nivel mundial, el déficit de gobernanza y los conflictos”.

Cooperación en la lucha contra la pobreza

Desde su nacimiento en 1956, Oxfam Intermón ha apostado por un modelo de cooperación ya queacabar con la pobreza es un deber de todos. Este modelo se basa en trabajar codo con codo con las personas y comunidades que viven en la pobreza. El objetivo es que estas personas puedan lograr por sí mismas tener una vida digna.
Actualmente la ONG trabaja con más de 300 organizaciones de África, América Latina y Asia. Se trata de un trabajo a largo plazo con el objetivo de “cambiar actitudes, políticas y prácticas” porque solo los cambios sociales y políticos pueden romper de raíz con la injusticia social.
En 2015, los programas de Oxfam Intermón beneficiaron a más de 22,2 millones de personas en más de 90 países con programas de desarrollo, acción humanitaria y campañas de incidencia y sensibilización.
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Impulso al periodismo de calidad


Facebook apuesta por el periodismo de calidad.
Facebook apuesta decididamente por el periodismo de calidad con proyectos conjuntos con medios líderes como EL PAÍS. La mayor red social del mundo, con 1.800 millones de usuarios, ha lanzado este miércoles una nueva iniciativa llamada Facebook Journalism Project (Proyecto de Periodismo de Facebook) que la empresa define como “un nuevo programa para establecer lazos más fuertes entre Facebook y la industria informativa”.
“Colaboraremos con las organizaciones informativas para desarrollar productos, aprender de los periodistas sobre cómo ser mejores socios y trabajar con editores y educadores sobre cómo podemos equipar a las personas con el conocimiento que necesitan para ser lectores informados en la era digital”, añade Facebook en un comunicado.
Al lanzar proyectos informativos con EL PAÍS, la mayor red social del planeta distinguirá y destacará información contrastada y veraz, a la vez que experimentará con formatos innovadores.
Un impulso al periodismo
Facebook Journalism Project, anunciado este miércoles, se basa en tres grandes pilares: el desarrollo de nuevos productos de Facebook en colaboración con medios de comunicación, el desarrollo de nuevas herramientas para los periodistas, y la identificación de noticias falsas y rumores en las redes sociales.
Una de las novedades del Facebook Journalism Project consiste en ofrecer cada mañana a los usuarios una selección de noticias elaboradas y editadas por periodistas. Esta nueva apuesta informativa, pensada exclusivamente para consumo móvil, ofrece cada día cinco contenidos especiales en el newsfeed (hilo de noticias) del usuario. EL PAÍS es uno de los nueve medios elegidos para poner en marcha este formato, que arranca a finales de esta semana.
Así funciona nuestra apuesta informativa diaria:
1. Para ver nuestra apuesta diaria, tienes que ser seguidor de EL PAÍS en Facebook.
2. El contenido aparecerá en tu hilo de noticias a las 6 de la mañana y se adaptará a tu hora local.
3. Solo podrás verlo en el móvil. Las noticias tienen formato de Instant Articles (artículos instantáneos), un sistema de descarga rápida de Facebook para teléfonos inteligentes que EL PAÍS usa desde principios de 2016. Como Instant Articles, verás tanto los textos como las fotos y los vídeos de forma instantánea.
4. Para avanzar en las noticias basta desplazarse hacia la derecha. Para abrirlas, hay que desplazarse hacia arriba.
5. Para recibir notificaciones de nuevas publicaciones, el usuario solo tiene que activar las notificaciones en la última de las cinco noticias.
Más información: El País

Las mejores ciudades para combatir el cambio climático

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El cambio climático se ha convertido en una realidad imparable. La aprobación del Acuerdo de Paríshace un año en la COP21 es una prueba de ello. Los efectos del calentamiento global ya se perciben en diferentes zonas de todo el mundo y provocan migraciones climáticas. En este contexto, pilule las ciudades se preparan para hacer frente a las amenazas que acechan como consecuencia del cambio climático. Estas son las cinco ciudades mejor preparadas para combatir el cambio climático.

Nueva Orleans
Es famosa por su diversidad cultural. Sin embargo, los desastres naturales han golpeado a la ciudad en los últimos años. Una de las peores catástrofes se produjo hace once años cuando el huracán Katrina obligó a 1,5 millones de personas a abandonar sus hogares. A lo largo de esta década, la ciudad estadounidense ha reconstruido las presas, puesto en marcha una red de bombas y muros de contención para protegerse de posibles subidas de mareas.
Por otra parte, la ciudad también está trabajando mucho en la sensibilización, animando a los ciudadanos a apostar por las energías renovables y adaptar sus hogares para que resistan mejor las tormentas.

Ciudad de Da Nang, Vietnam
Da Nang es la tercera ciudad más grande de Vietnam y uno de los destinos turísticos más populares del país. Pero al tiempo que crece el turismo, también lo hace la presión en la ciudad. De hecho, se encuentra en peligro de tormentas y tifones provenientes del Mar de China Meridional. Los fenómenos meteorológicos extremos afectan, especialmente a las viviendas menos resistentes que suelen ser las de los colectivos más desfavorecidos. Para hacer frente a esta situación se ha puesto en marcha un proyecto de construcción de casas resistentes a las tormentas. Esta iniciativa otorga microcréditos a las familias para condicionar sus hogares y proteger así a los habitantes.

Adís Abeba, Etiopía
La ciudad ha crecido muy rápido y en muy poco tiempo. De hecho, ha duplicado su tamaño en apenas 15 años, hasta alcanzar 3,3 millones de habitantes (una cuarta parte de la población de Etiopia). Este incremento de la población ha dado lugar a una gran presión en las zonas urbanas, donde la gente no tiene acceso al agua y se abastece de ríos o pozos. El sistema de canalización también se encuentra colapsado ya que no ha crecido al ritmo de la ciudad y no tiene capacidad para satisfacer las necesidades de los más de 3 millones de habitantes.  Otro problema urgente es la contaminación. Adis Abeba está repleta de coches antiguos y fábricas que expulsan humos. Además, la mayoría de los hogares todavía cocina y calienta la casa con leña.
Para hacer frente a todos estos problemas y a los efectos del cambio climático, el gobierno etíope puso en marcha en 2011 una estrategia de economía verde. El objetivo es que el crecimiento económico no perjudique el medio ambiente. Para lograr, la ciudad promueve una red de transporte público respetuoso con el medio ambiente y se ha comprometido a reducir sus emisiones de CO2.

Bogotá, Colombia 
Tiene una población de 7 millones de habitantes y se encuentra muy cerca de una de las regiones más verdes del mundo. Además, es una de las ciudades con mayor crecimiento de América del Sur. Consciente de la necesidad de cuidar el medio ambiente, la ciudad está llevando a cabo diversas acciones para proteger el clima y la naturaleza. Por ejemplo, cuenta con un sistema de bus de tránsito rápido que utilizan más del 70% de la población urbana, evitando así la emisión de cerca de 350.000 toneladas de emisiones. Además, también quieren reemplazar la flota de autobuses y taxis por vehículos híbridos más respetuosos con el medio ambiente.
Friburgo, Alemania
Está considera el lugar de nacimiento del movimiento ecologista alemán. Es una ciudad con una profunda conciencia verde que quiere mantener. Fruto de esta visión, desde 2011 cuentan con la Oficina de Gestión de la Sostenibilidad que coordina el proceso de sostenibilidad de la ciudad y la prepara para futuros desafíos.
En 2012, Friburgo recibió el Premio Alemán de Sostenibilidad al ser considerada la ciudad más sostenible de Alemania. Y no es de extrañar puesto que la ciudad cuenta con sistemas solares en el estadio de fútbol, ayuntamiento, escuelas, iglesias e incluso en un centro de procesamiento de residuos. Todo esto es posible en parte por el hecho de que disfruta de más de 1.800 horas de sol al año. Para 2050, Friburgo quiere alcanzar las emisiones cero de carbono y lograr que la ciudad se abastezca únicamente de energías renovables.
Redacción
Fuente: Semana Sostenible
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Potencias mundiales que invierten en energías renovables


El calentamiento global y sus notables consecuencias han concienciado durante los últimos años a una gran parte del mundo. Ahora, ask gracias al fomento de energías renovables y alternativas,order se ha logrado, tadalafil por primera vez, posicionar las energías renovables por delante de las fósiles según el informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
La bajada de costes de producción de las diversas fuentes de energía sostenible es uno de los factores que ha hecho posible anteponer a las energías renovables a las tradicionales como el carbón. Aunque queda camino por recorrer para lograr un planeta mucho más sostenible entre todos, se han establecido numerosas políticas de apoyo a la producción de energías renovables. Además, cada vez hay más avances en las tecnologías que permiten su uso y más mercados especializados en este ámbito.
Paolo Frankl, jefe de la división de energías renovables de AIE, estima que el uso de renovablespara la producción eléctrica aumentará en un 42% en 2021, equivalente a la total producción de energía de EE.UU en un año. Otro de los factores que impulsan el fomento de energías renovables es la política internacional contra el Cambio Climático. En la última COP21 de París se estableció el objetivo de controlar la temperatura del planeta, evitando que aumente más de 2 grados a finales de este siglo.

Inversión en energías renovables

China, Mexico, India, Brasil, EE.UU. y gran parte de Europa son las potencias mundiales que más trabajan e invierten en energías renovables, destacando notablemente China que rechazó la construcción de 50 centrales de carbón en su país, apostando directamente por las energías renovables que serán el futuro del planeta.
Por otro lado, Jaume Morrón, director de DialEc Comunicación per la Sostenibilitat, afirma en La Vanguardia que la producción de renovables funciona de manera mucho más lenta y compleja que en los países occidentales la producción. En España, por ejemplo, aún existen bastantes barreras políticas que dificultan la producción y el negocio de energías renovables a pesar de las grandes ventajas que suponen.
Sin embargo, se espera que tras el establecimiento de políticas europeas para la preservación delcambio climático se tomen las medidas suficientes en los países menos avanzados en el sector como España y se permita su entrada en el Mercado de las renovables. El mundo avanza poco a poco por el bien del planeta y la superación de energías renovables frente al carbón ha sido uno de los indicadores de que avanzamos hacia delante.
Aiste Bereckyte
Redacción

Las grandes ciudades del mundo que prohibirán los vehículos diésel

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Para mediados de la próxima década los autos y camiones que tengan motor diésel no podrán transitar en cuatro grandes ciudades.
Este a lo que se comprometieron el jefe de gobierno de la Ciudad de México, cialis Miguel Ángel Mancera, viagra la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, la de París, Anne Hidalgo, y el alcalde de Atenas, Giorgos Kaminis, este jueves en Ciudad de México.
Allí se reunieron a propósito de la sexta Cumbre Bienal de Alcaldes, el evento más importante del Grupo de Liderazgo Climático, conocido como C40 (un conjunto de ciudades que trabaja para reducir las emisiones de carbono y adaptarse al cambio climático).
Para cumplir con su compromiso, los funcionarios darán incentivos a los residentes para que utilicen vehículos alternativos y promoverán el uso de bicicletas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año se producen unas tres millones de muertes relacionadas con la exposición a la contaminación del aire.
En los últimos años los motores diésel, que requieren gasóleo (gasoil) en vez de gasolina, han sido objeto de un creciente escrutinio, ya que la preocupación sobre su impacto en la calidad del aire también a aumentado.
Estudios recientes han demostrado que los autos diésel, a diferencia de los vehículos de gasolina, arrojan niveles altos de lo que se conoce como óxidos y dióxidos de nitrógeno, llamados NOx.
Y el dióxido de nitrógeno (NO2) es particularmente nocivo, pues -según investigaciones- pueden causar o exacerbar una serie de condiciones de salud, como inflamación pulmonar, lo que puede desencadenar en asma y bronquitis, y el aumento del riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Además, produce unas partículas en suspensión muy finas que pueden penetrar con más facilidad en los pulmones.
Decisión irónica
Ahora los alcaldes de varias ciudades conocidas por los problemas de contaminación han decidido utilizar su autoridad para reprimir el uso del diésel.
“No es ningún secreto que en Ciudad de México nos enfrentamos a dos problemas que van unidos: la contaminación atmosférica y el tráfico”, declaró el jefe de gobierno de esa ciudad, Miguel Ángel Mancera.
En la ciudad latinoamericana se estima que hay 3,5 millones de vehículos con alto consumo de energía fósil (gasolinas, diesel y gas), según el Fideicomiso para el Mejoramiento de las Vías de Comunicación del Distrito Federal de México.
De ellos, casi 180.000 tienen motor diésel.
Los motores diésel requieren gasóleo (gasoil) en vez de gasolina.
Una proporción que, si bien parece mínima, el experto en calidad del aire, Xavier Querol, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España considera que no es desdeñable, tomando en cuenta que la mayoría de esos vehículos son autobuses.
Por su parte, la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena dijo que “al reducir las emisiones de gas invernadero que generan nuestras ciudades, el aire que respiramos será más limpio y nuestros hijos, nuestros mayores, y en general nuestros ciudadanos, estarán más sanos”.
En el pasado gobiernos promovieron el uso de vehículos diésel debido a que producían menos emisiones de CO2, que contribuye al cambio climático.
Pero ahora el juego vuelve a cambiar.
Para el analista en temas ambientales de la BBC Roger Harrabin, esta prohibición de motores diésel es “muy importante” debido a que “los fabricantes de auto saben que es cuestión de tiempo para que otras ciudades sigan el ejemplo”.
¿Quiénes diseñan los autos?
En la cumbre, la alcaldesa de París Anne Hidalgo advirtió que en su ciudad no seguirán “tolerando la contaminación atmosférica y los problemas de salud y muerte que provoca”. “Especialmente en nuestros ciudadanos vulnerables”, añadió.
“Los grandes problemas como la contaminación requieren grandes acciones para hacerle frente”, agregó.
Los alcaldes también pidieron a los fabricantes de autos y autobuses que se unieran a su causa.
Y Harrabin no duda que así lo harán.
“La historia de la fabricación de vehículos demuestra que las empresas que no están al día con las mejoras ambientales fracasarán en el mercado global”.
“Los grandes diseñadores de autos no son los fabricantes, sino los legisladores”, agregó Harrabin.
El analista pronostica que si ya hay prisa por mejorar los carros eléctricos, de hidrógeno y los híbridos, “ahora se convertirá en una estampida”.
Sin embargo, Querol considera que, además de prohibir para el 2025 la circulación de estos autos, habría que tomar medidas que tengan impacto a muy corto plazo.
“Prohibirlos es una opción, pero ¿qué otra alternativa hay?”, le dice a BBC Mundo. “A lo mejor no podemos pasar de no tomar acciones a tomar medidas drásticas”.
“Lo que habría que aplicar es una política más drástica a una escala más cercana y obligar a los autobuses y camiones que ya están en circulación a equiparlos con tratamientos de gases de emisión”.
Publicado en: BBC Mundo 

Un joven de 19 años descubre un test para la detección del cáncer

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Muchos jóvenes talentos tienen ya la oportunidad de presentar sus ideas como avances tecnológicos. Diversas aplicaciones y sistemas informáticos que facilitan nuestras vidas son ideados por pequeños genios adolescentes y veinteañeros. Sin embargo, order en el ámbito científico y medicinal, remedy destaca una nueva idea descubierta por uno de aquellos jóvenes de mentes privilegiadas.
Se llama Jack Andraka. El joven estadounidense de tan solo 19 años, ya puede considerarse como uno de los científicos más jóvenes del mundo debido a su descubrimiento para la rápida detección del cáncer, especialmente de páncreas, ovarios y pulmón.
Tras haber sido rechazado en casi 200 centros entre laboratorios, hospitales e institutos de investigación, el oncólogo Aniban Maitran, del hospital John Hopkins, decidió darle la oportunidad al proyecto del joven Andraka. Al realizar la prueba del test ideado por el joven, el resultado fue completamente positivo mostrando ya una efectividad del 100%.
Al introducir una gota de sangre en el panel del test, este manifestará un resultado positivo o negativo en condición del estado de sus células al entrar en contacto con la partícula clave de la prueba.
“En esencia, lo que ocurre es que una sustancia de carbono que yo ideé, cambia sus propiedades eléctricas si hay una cierta proteína presente en la sangre. Coges una gota de sangre y la pones en la tira de prueba, esperas cinco minutos, mides los cambios en las propiedades eléctricas, y de inmediato puede ver si tienes cáncer.
Cuesta tres céntimos, es 160 veces más rápido, 26 mil veces más barato y 400 veces más sensible que los métodos de detección actuales. Podría adaptarse para detectar casi cualquier enfermedad”explicaba el joven en una reciente entrevista.
Se trata de un pequeño genio que tras la muerte de un familiar por cáncer de páncreas, despertó su interés en la ciencia y el cáncer especialmente.
Gracias a su curiosidad y su dedicación, estudió independientemente todo lo que pudo conseguir sobre esta enfermedad. Internet y su cerebro fueron las claves para dar con la magnífica idea del test, que cuando salga a la venta al consumidor, supondrá ciertamente un gran paso mundial en la ciencia.
Aiste Bereckyte
Redacción

La inmunoterapia es ya una realidad para algunos tumores

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El tratamiento contra el cáncer que sustituirá a la quimioterapia.
Hace más de un siglo, pilule el cirujano neoyorquino William Coley observó que los tumores con alguna infección tendían a remitir. Las bacterias o los virus en la zona donde las células se estaban multiplicando descontroladamente alertaban al sistema inmunitario, view que hasta entonces no se había dado cuenta de la anomalía que estaba ocurriendo. Los científicos creen que es muy posible que nuestras defensas frenen muchos tumores antes de que sean detectables; lo que conocemos como cáncer serían aquellos casos en los que las células malignas han burlado a nuestro sistema inmunitario y han conseguido propagarse escondidas de él por varios mecanismos.
Coley experimentó con esta idea inoculando estreptococos a los tumores para avisar a las defensas del cuerpo. Lo hizo con algún éxito, pero sobre todo con fracasos, ya que la toxicidad de la bacteria provocaba más problemas que soluciones. La investigación contra el cáncer tomó otros derroteros. Se descubrieron tratamientos terriblemente agresivos, pero más efectivos, como la quimioterapia, que intoxica a las células para matarlas, o la radioterapia, que hace algo parecido, pero de forma más focalizada.
Los efectos secundarios y la carencia de una solución definitiva contra el cáncer provocó que la idea de estimular al sistema inmunitario, que siempre anduvo latente, volviera a cobrar fuerza hace unos años.

Los avances que se hicieron en investigación básica le valieron a la inmunoterapia el reconocimiento de hallazgo científico de 2013, según la prestigiosa revista Science.

Desde entonces, el campo no hay hecho más que progresar.
Solo un 1% de los estudios presentados en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) se basaban en esta técnica hace tres ediciones; la cifra subió al 10% en la siguiente y fueron una cuarta parte de los trabajos los que hablaban de inmunoterapia en el último congreso.
Este crecimiento exponencial da pistas de por dónde va la investigación contra el cáncer. Dos disciplinas que prácticamente se dieron la espalda durante años (la oncología y la inmunología) van ahora de la mano hasta el punto de que estos tratamientos oncológicos han sido uno de los temas estrella en el Congreso Internacional de Inmunología que se ha celebrado la pasada semana en Melbourne.
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En el caso del melanoma, sin embargo, es especialmente esperanzadora. Se ha beneficiado del poco éxito que la quimio y la radioterapia tienen contra este tipo de cáncer. Media docena de tratamientos han sido ya aprobados por la FDA americana. Cebon asegura que combinándolos la efectividad alcanza el 80%. “Pero son cifras que están en constante movimiento en función de los avances que se van presentando”, matiza.

Aunque todos los tratamientos con inmunoterapia se basan en ayudar a las propias defensas del cuerpo a localizar y erradicar el cáncer, hay varios mecanismos de acción.

En el caso de la Keytruda se basa en neutralizar una proteína de la superficie de las células cancerígenas conocida como PD1, que hace que los linfocitos no luchen contra ellas. Buena parte de la investigación oncológica pasa por neutralizarlos para que el organismo pueda acabar con los tumores.
Otras técnicas pasan por extraer glóbulos blancos del paciente, ya sea del propio tumor o de fuera de él, seleccionar los que tienen mayor actividad antitumoral para cultivarlos y activarlos y, finalmente, implantarlos de nuevo en el enfermo. Es un método algo más experimental que el anterior; los científicos investigan cómo manipular estas células para hacerlas más efectivas contra los tumores.
Una tercera vía de inmunoterapia contra el cáncer son las vacunas. Pero no las preventivas, como las que se usan para frenar al sarampión o a la gripe, sino terapéuticas, cuando el paciente ya tiene la enfermedad o incluso cuando la ha superado. El objetivo es avisar al sistema inmunitario, que por alguna razón no se ha percatado de la existencia del cáncer, de que está ahí. Para ello se suelen extraer células cancerosas que se manipulan para que las defensas puedan dar una respuesta correcta al tumor. La primera vacuna de este tipo se aprobó en Estados Unidos en 2010 y se usa para algunos tipos de cáncer de próstata que se han diseminado.
Pero como el cáncer no es una sola enfermedad, sino un paraguas que engloba a muchos procesos, es complicado hallar una sola vacuna que pueda frenar o tratar el avance de todos los tipos de tumores. Cada uno requiere investigaciones específicas, que toman en consideración cómo se propagan las células, sus características, su estadío…
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La ventaja que tiene el cáncer de próstata para investigar vacunas en él es que hay un marcador biológico que indica su evolución, el PSA. Lo que ha hecho el equipo de Berzofsky es inocular la vacuna tras eliminar el tumor y observar los niveles de esta sustancia. En tres cuartas partes de los pacientes los niveles redujeron su crecimiento tras la administración de la inmunización, lo que da pistas de su posible efectividad.
“De tener éxito, esta misma vacuna podría ser también efectiva contra un tipo de cáncer de mama, lo que sucede es que es más difícil experimentar con él”, relata el investigador.
Pero lo cierto es que el camino que queda por delante es largo. En el escenario más optimista, Cebon calcula que en 10 años la inmunoterapia podrá sustituir a los tratamientos más agresivos en varios tipos de cánceres como próstata, melanoma, estómago y mama. Pero la opinión de la mayoría de la comunidad científica es que incluso en aquellos para los que sea efectiva, tendrá que combinarse a menudo con cirugía, radio y quimioterapia, según señala Robert G. Ramsay, del Instituto de Cáncer Peter MacCallum de Melbourne.
La otra gran pregunta sobre la inmunoterapia que hay que responder es si cura definitivamente el cáncer o simplemente lo trata. Los fármacos son tan nuevos que todavía se está observando a los pacientes que se han beneficiado de ellos para comprobar si los tumores reaparecen. Laurie H. Glimcher, presidenta del Instituto de Cáncer Dana-Farber de Boston, es razonablemente optimista: “Esperamos que estos tratamientos eviten que nuestros hijos y nuestros nietos mueran de cáncer. En el futuro será una enfermedad crónica, y no mortal, como ya sucedió con el VIH”.
Pablo Linde