El autor es senador estatal de Nueva York, donde reside.
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Por: ADRIANO ESPAILLAT
En el presupuesto del estado de Nueva York de este año se debe hacer una inversión histórica en materia de vivienda asequible.
La crisis de vivienda económica atenta contra el futuro de nuestras comunidades. Actualmente miles de personas gastan casi la mitad de su salario en alquileres, miles más están en lista de espera por una vivienda pública, y cada día perdemos cientos de unidades bajo alquiler estabilizado debido a la desregulación de vacante, lo que desplaza a familias y las lleva al desamparo.
Se calcula que el número de unidades asequibles que se perderán debido a las desregulaciones para cuando las leyes del alquiler venzan en 2018 es de más de 100,000. Esto es el 10% de las unidades bajo alquiler estabilizado que nos quedan.
Debido a la falta de vivienda asequible, cerca de 270,000 personas están en lista de espera de la Autoridad de la Vivienda de Nueva York, NYCHA, pero la agencia sólo tiene cerca de 178,000 unidades en toda la ciudad.
Y mientras los caseros, con gastos relativamente fijos, tienen ganancias cada vez mayores, a los inquilinos les han estado pidiendo pagar un porcentaje cada vez mayor de sus ingresos en alquiler.
Un informe publicado por el Contralor de la Ciudad de Nueva York, Scott M. Stringer, encontró que mientras en el año 2000 los inquilinos que ganaban entre $20,000 y $40,000 dólares estaban dedicando un promedio de 33% de sus ingresos a gastos de alquiler. Doce años más tarde, este gasto aumentó a 41%.
Asimismo, de 2000 a 2012 la media del alquiler de apartamentos en la ciudad de Nueva York se incrementó un 75%, en comparación con el 44% en el resto de los EE.UU.
En este mismo periodo, hubo un cambio dramático en la distribución de apartamentos asequibles, con una pérdida de aproximadamente 400,000 apartamentos de alquiler de $1,000 o menos. En algunos barrios los alquileres reales en promedio aumentaron un 50% o más durante el período de 12 años.
Debido a esta crisis en la vivienda asequible, muchas familias están cayendo en el desamparo. En noviembre de 2015, había 59,929 personas desamparadas, incluyendo 14,476 familias con 23,912 niños durmiendo cada noche en refugios de la ciudad.
Si no actuamos ahora, muchas más familias se convertirán en desamparadas o desplazadas y más de nuestros barrios perderán su alma.
Tenemos que asegurarnos de que los neoyorquinos de la clase trabajadora y la clase media tengan una vivienda en esta ciudad que les garantice un futuro digno.
Por eso urge una inversión histórica en materia de vivienda asequible en el presupuesto estatal. Llamo al Gobernador Cuomo y a mis colegas en Albany a dar este importante paso por el futuro de nuestros vecinos.