Anoche, en un gesto inaudito, un amplio grupo de agentes dio literalmente la espalda al alcalde, Bill de Blasio
Foto: Getty Images EFE
Un día después del asesinato de dos policías, la tensión y la división se adueñaron hoy de Nueva York, que vive fuertes roces entre las fuerzas del orden y el alcalde a raíz de las protestas contra la violencia policial de las últimas semanas.

Anoche, en un gesto inaudito, un amplio grupo de agentes dio literalmente la espalda al alcalde, Bill de Blasio, a su llegada al hospital donde se encontraban los cuerpos de Rafael Ramos de origen dominicano y Wenjian Liu, los dos asesinados.
El gesto, del que hoy se distribuyeron imágenes, deja claro el malestar que existe entre muchos miembros del Departamento por lo que consideran que ha sido una falta de apoyo por parte de De Blasio ante las acusaciones de violencia policial y las protestas que se han desarrollado por ese motivo.
"La sangre de dos agentes de Policía ejecutados está en las manos del alcalde De Blasio", dijo en un duro mensaje en Twitter la Police Benevolent Association (PBA), el principal sindicato de policías de la Gran Manzana.

A los policías les ha sentado además muy mal que De Blasio mostrara comprensión por las protestas y reconociese en medio de la polémica que ha educado a su hijo Dante, producto de su matrimonio con una afroamericana, sobre los "peligros" potenciales en caso de interactuar con un policía.

No ha trascendido si los agentes fallecidos el sábado habían respaldado esa iniciativa.
Aunque no estalló hasta hace poco, la tensión entre parte del Departamento y el alcalde venía gestándose ya desde la campaña electoral, en la que De Blasio recibió el apoyo de organizaciones e individuos calificados de "anti-Policía" por algunos mandos del Cuerpo.
El alcalde, progresista y con pasado en el activismo de izquierda, ha emprendido además desde su llegada al cargo numerosas reformas en la Policía para tratar de mejorar su relación con todas las comunidades de la ciudad, acciones que no siempre han sido bien vistas por los agentes.
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En su primera aparición tras el ataque registrado en Brooklyn, De Blasio subrayó que los ataques contra la Policía son ataques contra todos los neoyorquinos y aquello que valoran.
Las banderas, a instrucción de las autoridades, ondean hoy a media asta en luto por el fallecimiento de Ramos y Liu, mientras continúan las investigaciones.

Según informó hoy la Policía, Brinsley tenía un carácter muy violento y contaba en su historial con cerca de veinte detenciones y un paso por la cárcel entre 2011 y 2013 por posesión ilegal de un arma.
El hombre, que aparentemente tenía problemas mentales, había intentado suicidarse en el pasado e instantes antes del ataque se acercó a dos desconocidos para decirles que prestasen atención a lo que iba a hacer, informó el jefe de detectives de la Policía de Nueva York, Robert Boyce.

"Ellos matan a uno de los nuestros... Vamos a matar a dos de los suyos", señalaba uno de los mensajes, acompañado por las etiquetas #shootthepolice ("dispara a la Policía", en español) y #RIPEricGarner y #RIPMikeBrown, en referencia a dos recientes casos de violencia policial contra ciudadanos negros.
Tanto la familia de Garner como la de Brown condenaron hoy los asesinatos, mientras que varios de los líderes de las recientes protestas contra la Policía subrayaron que el suceso no puede vincularse en ningún caso a su causa, que precisamente busca la no violencia.
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