Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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miércoles, 3 de junio de 2015

El derecho a disentir

 El derecho a disentir
EL AUTOR es presidente del PLD en Washington, donde reside.

algomasquenoticias@gmail.com

Mucha gente no lo sabe, pero primero está la naturaleza intrínseca del hombre y su dignidad: ente social; luego, piensa, decide, participa y se hace dueño de su destino en un tiempo (una época) y en un espacio (una sociedad determinada). Ese registro antropológico, social y político es universal y es -algo más trascendente- el epicentro de la Historia.
Consciente de ese registro, he ejercido mi derecho a pensar y participar, ya como ciudadano, y cuando he querido, como militante activo de un partido político. En esta última condición (la de militante político activo) me encuentro actualmente y puedo decir que la he ejercido, en el PLD, sin cortapisas ni mordazas (y el día que no, recojo y me voy). Eso sí, tal ejercicio, responsable y coherente, me ha dejado satisfacciones, frustraciones; pero sobre todo, el sabor agridulce de estar en minoría y visto como un bicho raro en medio de un festín.
También, he tomado partido, pero ni en ello he sido comprendido porque se estila -y es práctica común- que hay que adversar hasta desconocer y desfigurar al otro, si no, no habra una fauna-jauría que te asuma y te distinga. 
No obstante, en mi formación política-humanística no cabe asumir la actividad política partidaria a partir del criterio práctica-selva de querer aniquilar, ni mucho menos, de no reconocer al otro, con sus verdades y valores compensatorios tan necesarios para la convivencia y la tolerancia política-ideológica. Y más válido aún, todo lo anterior, en la pluralidad que debe primar en un partido político.
Con lo que no transijo, eso sí, es con la manipulación, la mentira y la falta de democracia; y sobre todo, el que se me quiera narigonear -vía segundones y pica picas- obviando o ignorando mis convicciones innegociables: que no soy domesticable, pues, ni alquilo ni presto mi cabeza para que otro ande con ella; ni mucho menos, la dejo a fuera en ningún zaguán. 
Lógicamente, acepto -como militante de un partido político- someterme disciplinariamente a las decisiones de las mayorías, siempre y cuando, se respete y se registre también mi posición de minoría.
Por ello, nunca he ido -las pocas veces que he ido- donde ningún líder a contarle chismes ni alimentarle el ego, sino, a escucharlo, a dialogar, a intercambiar ideas y pareceres, a aportar con sugerencias y criticas para mejor; también, a expresar mis aspiraciones, o a expresar apoyo y simpatía a una propuesta programática (no a un hombre per se), como hice con Danilo Medina, sin tener que demeritar o denostar a Leonel Fernández.
Finalmente y sobre la última crispación-turbulencia en mi partido (ya superada), creo fui coherente pues no asumí posiciones radicales -si no de crítica y preocupación-, y en esa línea, más bien, subrayé un error político-metodológico (el que estábamos poniendo “las carretas delante de los bueyes”), en medio del debate y de la medición de fuerzas sobre un tema fantasma recurrente del que nunca he sido partidario, pero que tampoco he satanizado porque, en el fondo y desde la lógica política -y muy a pesar de sus antecedentes históricos-, es político-coyuntural.
Así, estoy bien conmigo y con mi partido (es decir, listo para la gran batalla: mayo-16), sin dejar de pensar y de decir lo que he querido en cada momento. Lógicamente, no soy ingenuo, eso tiene un precio…
Lo prefiero, a quedarme callado, o a ser alcahuete de nadie!

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