2ºC grados es demasiado. Limitar el calentamiento global a esa temperatura supone aceptar demasiados efectos irreversibles para la salud, la seguridad y los ecosistemas de los que depende la vida. Contener ese calentamiento en 1,5 ºC ha pasado de ser algo deseable, como apareció en el Acuerdo de París de 2015, a convertirse en una necesidad, según ha concluido el Panel Internacional de Expertos IPCC en su último informe aprobado este domingo en Corea del Sur.
Los científicos alertan a los Gobiernos: las emisiones de CO2 provenientes de combustibles fósiles deben recortarse a la mitad de que fueron en 2010 en poco más de diez años.
El informe, en el que han participado 91 autores de 40 países, da cuenta de una amplia gama de graves efectos atribuibles al cambio climático que conllevaría dejar el calentamiento global en 2ºC: en los océanos, los campos, la seguridad y la salud de las personas y los diferentes hábitats. “Ya estamos viendo las consecuencias del calentamiento de 1ºC en forma de fenómenos meteorológicos extremos o subida del nivel del mar”, ha analizado uno de los coordinadores del informe, Panmao Zhai. El documento es una batería de mensajes especialmente dirigidas a los gobiernos y responsables políticos .
“Este informe marca el fin de la era de los combustibles fósiles” ha analizado la ONG Amigos de la Tierra que pone el foco los cálculos del IPCC sobre gases de efecto invernadero. El informe es claro al establecer que se impone una “profunda reducción de emisiones de CO2 en todos los sectores”. Para 2030, al menos un 45% respecto a lo que se emitía en 2010 (que fueron más de 33, gigatoneladas según el Banco Mundial). El sector industrial debería recortar hasta el 90% en 2050. Para la mitad de siglo entre el 70 y el 85% de la electricidad debería proceder de fuentes renovables.
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