Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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martes, 24 de febrero de 2015

PUERTO RICO: Alcance histórico de la celebración dominicana

algomasquenoticias@gmail.com P. RICO: Alcance histórico de la celebración dominicana


SAN JUAN.- La serie de actividades que lleva a cabo la comunidad dominicana en Puerto Rico para celebrar el 171 aniversario de su declaración de independencia trasciende la formalidad protocolaria y se proyecta como instrumento para fomentar la identidad, impulsar la integración y validar los profundos lazos históricos que nos unen como pueblos.
Fue el 27 de febrero de 1844, cuando desde la Puerta del Conde en Santo Domingo, hoy patrimonio de la Humanidad, se izó la bandera dominicana y se declaró la fundación de la República Dominicana. Por eso, el pasado jueves 19 de febrero, la ceremonia del izamiento de la bandera marcó, aquí en San Juan, el comienzo de los Juegos de la Mancomunidad Dominicana, que abarca varias disciplinas deportivas.
Resulta particularmente notable que, como parte de las jornadas conmemorativas, los miembros de la Asociación de Profesores Universitarios Dominicanos, estén ofreciendo charlas en cinco escuelas de la región de San Juan, planteles donde la matrícula de niños de origen dominicano es considerable.
Se trata de un esfuerzo que está dirigido no sólo a esos niños en particular, que de este modo conocen y aprecian sus raíces, sino a todos los menores que comparten en el salón de clases y que tendrán la oportunidad de oír sobre los sólidos vínculos históricos y culturales que han existido, y existen, entre puertorriqueños y dominicanos.
La pertinencia de evocar a figuras como la del prócer caborrojeño Ramón Emeterio Betances, hijo de padre dominicano, y siempre volcado en los afanes redentores de ambas naciones, se hace en esta coyuntura tan vital como la de profundizar en la memoria de Eugenio María de Hostos, el único prócer puertorriqueño cuyos restos mortales descansan en el Panteón de los Héroes Nacionales de la República Dominicana.
El pensamiento de De Hostos, precursor de una pedagogía basada en la ciencia, la razón, las reivindicaciones sociales y la dignidad humana (ampliamente validada en la República Dominicana y en Chile) tiene marcada connotación no sólo en el ámbito de la celebración dominicana, sino como referente a nuestra propia realidad educativa, que debiera traducirse ya en la que nuestro De Hostos soñó.
Gracias al citado recorrido por las escuelas, los foros y los demás eventos que se estarán realizando hasta el 1 de marzo, será posible rescatar nombres como el del hormiguereño Antonio Duvergé, un líder militar apasionado que dio vida, familia y hacienda por la libertad de la República Dominicana. Figuras todas que en su trayectoria denotan el grado de sensibilidad, de consanguinidad patriótica, que ha existido siempre entre los nombres memorables de una y otra orilla.
El ambiente festivo, sin embargo, no debe hacer que olvidemos que queda mucho aún por avanzar en lo que respecta a los derechos y la integración de una comunidad que en Puerto Rico se calcula que ronda ya las 225,000 personas. Sembrar la semilla de la autoestima y la igualdad en los pequeños que han emigrado con sus padres o que han nacido aquí, es un esfuerzo que al fin y al cabo redunda en beneficio de la sociedad que los recibe. De igual forma, el resto de la población escolar, niños puertorriqueños, se van nutriendo de esos hechos de la memoria histórica dominicana que tienen resonancia en la suya propia.
Por otro lado, temas ineludibles como el de los grados de discrimen que aún puedan persistir; la situación de la mujer dominicana (en posición mucho más vulnerable a la hora de denunciar agresiones); las oportunidades de empleos dignamente remunerados y los cuidados de salud para un sector también golpeado por la crisis, deben insertarse en el debate de los desafíos que enfrentamos y que probablemente tengan su expresión más álgida en los próximo meses.
Junto con la felicitación que extendemos a la comunidad dominicana, hay que hacer un responsable llamamiento a persistir en el trabajo, el estudio y el empeño por sacar adelante a su país de adopción, Puerto Rico, que hoy en día necesita como nunca antes del apoyo de todas las sonrisas y todos los brazos hermanos.
Fuente: EL NUEVO DIA

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