LA AUTORA es periodista. Reside en Santo Domingo.
algomasquenoticias@gmail.com
El proyecto de Ley sobre Salud Sexual y Reproductiva introducido otra vez en la Cámara de Diputados vuelve a mostrar las diferencias entre los sectores que abogan por la educación sexual en las escuelas y que no logran acordar cómo serían abordados los temas.
Una de las partes que crea confusión es la relativa al derecho a salud sexual y reproductiva, sin importar la edad. Esto podría interpretarse como una puerta tanto para el sexo como para la maternidad y paternidad precoz, que es exacto lo que busca evitar la instrucción.
No obstante, creo con firmeza que la intención es buena y sana y que lo justo y sensato es que sean escuchadas todas las voces interesadas en opinar. Lo correcto en un Estado de derecho.
Por eso valoro la acertada posición de uno de los coautores, Hugo Núñez, de que la pieza se conozca en vistas públicas. Es una muestra de que hay interés de consenso y así debe ser, puesto que un proyecto de ley de esa naturaleza nunca debe verse como una opinión personal y menos como una imposición.
El incremento de menores embarazadas y sometidas a abortos clandestinos deja claro que a nadie benefician las relaciones sexuales tempranas. Por eso, hay que aplaudir el interés de que sea impartida la materia en las aulas. Ahí están los estudios, a mayor educación, menos precocidad.
Esas mismas investigaciones, que no son nuevas claro, pero siempre hay que recodarlas, arrojan que los estudiantes que empiezan la vida sexual temprano son más propensos a la drogadicción, al pandillerismo y a otras actitudes delictivas, porque buscan lo mismo que en el sexo, un escape, una fuga. Además de que también desertan más.
En contraposición, los que están involucrados en activismo comunitario, social, religioso, cultural, deportivo o de cualquier otra índole retrasan la primera vez, porque no necesitan llenar vacíos existenciales con práctica sexual.
En vista de que todos los sectores que han opinado afirman que su intención es que haya educación sexual integral en las escuelas y que se reduzcan los embarazos en la adolescencia y la mortalidad materna y neonatal, no sería difícil entonces que logren un acuerdo mediante un debate de ideas sano, de altura y responsable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario