Por Henry Castro.
Oh, Cesáreo Silvestre, pluma intrépida del relato, entre las letras danzas, como ave en su vuelo alto.
Periodista valiente, palabras son tu espada, en el campo de la verdad, tu bandera alzada.
Tus escritos, senderos que la mente atraviesa, tejiendo historias, como hábil marionetista.
En cada línea, la esencia de la realidad, Cesáreo, narrador de la autenticidad.
Con tinta impregnas la verdad sin miedo, eres faro en la noche.
En la vorágine de noticias y rumores, tus palabras son anclas, firmes clamores.
Cesáreo, explorador del hecho y la razón, en el vasto océano de la información.
Tu pluma, cincel en la piedra de la memoria, escribiendo capítulos de auténtica historia.
Entre titulares y entrevistas, tu voz resuena, como eco fiel que en el tiempo se encomienda. Cesáreo Silvestre, amigo periodista, tu legado perdura, imponente conquista.
En el vaivén de la actualidad, eres faro, guiando con la verdad, sin miedo al reparo.
Que tu tinta siga fluyendo, Cesáreo leal, periodista incansable, testigo del relato fiel.
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