LA AUTORA es sicóloga. Reside en Santo Domingo.
Por KATIUSKA SUAREZ DE VARELA
Aguas turbias déjalas reposar y se vuelven claras…
Cuanta sabiduría en este proverbio chino que aprendí a tararear de mi amiga Teresa Valentí.
Muchas veces no podemos ver la solución a situaciones debido a que no logramos detenernos. Como bien nos dice el proverbio ,dejar reposar las aguas; esperar que pase la turbulencia, dar tiempo a que reposen los ánimos. Solo dando el tiempo y la oportunidad de que las cosas retomen su curso, solo después de que esperemos pacientemente que la tormenta pase, solo así podremos ver como el turbio color de las aguas empiezan a clarearse, como nuestra mente empieza a calmarse y a fluir los pensamientos acompañados de soluciones sabias.
Muchas veces no podemos ver la solución a situaciones debido a que no logramos detenernos. Como bien nos dice el proverbio ,dejar reposar las aguas; esperar que pase la turbulencia, dar tiempo a que reposen los ánimos. Solo dando el tiempo y la oportunidad de que las cosas retomen su curso, solo después de que esperemos pacientemente que la tormenta pase, solo así podremos ver como el turbio color de las aguas empiezan a clarearse, como nuestra mente empieza a calmarse y a fluir los pensamientos acompañados de soluciones sabias.
De esta manera, lograríamos soluciones mas certeras, lograríamos no actuar desde las emociones, sino desde la tranquilidad y la serenidad .
Pero es que vivimos acelerados, respondemos por impulsos, no hay tiempo que perder, todo es el futuro inmediato, prisa mucha prisa en nuestra vida.
Hoy quisiera invitarte a la calma ,a detenerte por un momento. Basta de correr y peor aun , sin saber hacia donde vas a toda velocidad.
¿Cuanto tiempo hace que no te detienes para no hacer absolutamente nada? ¿Tienes algo entre manos que está atascado y no eres capaz de resolver? Si eres como la mayoría de las personas, hará bastante tiempo que seguramente no te detienes y lo más probable es que estés manejando asuntos que comienzan a pesarte dado que no acaban por resolverse.
La idea de que hemos de estar de forma constante haciendo cosas está muy arraigada en nuestra sociedad. Esto en última instancia suele llevarnos de forma casi inconsciente a vivir a gran velocidad y a generar por ello el caldo de cultivo ideal para que la cosas acaben estancándose.
Solemos vivir instalados plenamente en el corto plazo lo cual nos invita de forma inevitable a ir a gran velocidad. Si lo que quieres es generar un caldo de cultivo que te lleve hacia la eficacia, en primer lugar, una buena práctica sería generar una cultura orientada más al largo plazo, es decir, frenar el exceso de inmediatez y ser capaces de dar el tiempo necesario para que las cosas sucedan.
Esto te permitiría vivir a otro ritmo y por otro lado dotarte de la capacidad para detenerte de forma periódica con el fin de poder reflexionar acerca de la evolución de los asunto que tienes en curso y en definitiva sobre la marcha de tu vida. Otro músculo más a entrenar …
Estamos a tiempo, siempre estamos a tiempo de parar…