La mayoría de los niños lloran al nacer como si presagiaran la penuria que le tocará vivir. Unos con privilegios y otros no.
Algunos nacen en casuchas o barrancones otros en ricas mansiones.
Un grupito tienen al nacer todos los lujos ante ellos, otros carecen de lo básico para subsistir.
Esto es parte del contraste paradójico de la vida.
Aunque haya diferencias de clases sociales, ante la presencia de Dios todos tenemos igual aceptación e importancia.
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Por Cesáreo silvestre Peguero.
Periodismo con sentido.
San Pedro de Macorís, Republica Dominicana.