Por Francis Aníbal. http://www.macorisdelmar.com/
SAN PEDRO DE MACORIS. Un comunicador de esta ciudad condenó las acciones que de grupos en contra de Haití y consideró que esas acciones, calificadas de innecesarias, amenazan las relaciones dominico haitianas.
Cesáreo Silvestre también salió en defensa de los comunicadores que han sido amenazados por grupos que promueven y ejecutan esas acciones, indicando que los mismos los que hacen es un periodismo objetivo.
Veamos el artículo completo, contentivo de sus consideraciones al respecto, publicado en
Asumir posición frente a una acción de beligerancia colectiva, siempre es arriesgado, lo se. Esto porque se trata de personeros sin escrúpulo, quienes incurren en acciones aberrantes que lo hacen instrumento del mismo infierno.
Es indecible describir el hecho de sangre que de manera cobarde y bochornosa incurrieron ciertos individuos, los que se dejaron llevar del odio y la fobia arrebatada de inconsciencia, dando muerte de manera cruel y muy desafiante a un nacional haitiano, en pleno parque Ercilia Pepin de Santiago.
El Estado dominicano y el Gobierno debe realizar una seria investigación sobre ese caso.

Las investigaciones y actuaciones de la Policía Nacional están muy desacreditada en este país.
Eso deja mucha suspicacia, en verdad, si los asesinos querían borrar evidencias, dando muerte al haitiano, por qué necesariamente tuvieron que hacerlo en un parque publico? Eso esta muy raro.
Esta difícil de creer, me parece que se ha tratado de encubrir a los asesinos; es muy posible que con esa acción,sectores anti-haitianos tratan de mandar una señal de lo que son capaces de hacer con el prejuicio que en contra los haitianos algunos dominicanos llevan muy dentro. Hay mucho resentimiento, que no necesariamente se traduce en patriotismo, ni en nacionalismo.
Es posible que ese crimen no sea esclarecido como debe ser lo correcto, los asesinos materiales e intelectuales deben pagar por ese hecho. En este nuestro país, ya es muy usual buscar presuntos inculpados para desviar la atención y pretender aparentar de que se haya dado con los responsable, siendo mentira.
Los verdaderos autores de ese horrendo crimen deben ser apresados sin ninguna consideraron, que sus nombres y apellidos sean dados a conocer, como una forma de que la población conozca de ellos y estemos atentos a sus maquinaciones. En caso de que sean liberados como se acostumbra, que reciban la censura moral de los que no estamos de acuerdo con ese crimen.
Aunque haya diferencia de estatus social, económico o de color de piel, todos tenemos la sangre de un mismo color, somos creación de un mismo Dios.
Considero que acciones de esa naturaleza se deben castigar con todo el peso de la “ley”, apresando a los asesinos.
Tal como ocurrió en Santiago, sucesos similares se pueden seguir presentando en cualquier parte de nuestro país y, claro, San Pedro de Macoris puede ser escenario también de hechos aberrantes de tal naturaleza, dado a la presencia de nacionales haitianos que desde hace muchos años han sido traídos al país al corte y tiro de las caña de azúcar que tantas divisas ha generado a nuestra economía nacional.
El referido al crimen, bajo ningún concepto debe quedar impune, los organismos de investigaciones tienen que demostrar que tan funcionales son los agentes de investigaciones que tenemos en República Dominicana.
Indudablemente que ese bochornoso crimen tendrá repercusiones internacionales, a nuestro país, se le va a ver como una selva común, donde prima el odio feroz contra los ciudadanos de origen haitiano.
Entiendo que la situación dominicano-haitiana hay que buscarle una “solución amigable”, sin que se tenga que atentar contra la dignidad moral ni física de los derechos humanos de las personas, y mucho menos segarle la vida a un ser humano.
“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. -François-Marie Arouet (Voltaire), ese gran humanista que pronunció esa expresión, significaba el nivel de tolerancia que hay que tener, independientemente de que no se concuerde con el concepto de los demás.
Recientemente trascendió el hecho de que un individuo llamó a que sean fusilados los prominentes periodistas Amelia Deschamps, Roberto Cavada, Huchi Lora y Juan Bolívar Díaz, esto, tras ellos fijar su posición con relación al trato correcto que se le debe dar a los nacionales haitianos quienes residen en nuestro territorio dominicano.
Me inclino a ser gestor de la promoción y enseñanza de la tolerancia como elemento esencial del desarrollo de una nación, tal como lo han puesto de manifiesto estos compañeros de los medios de comunicación.
Como valientes y responsables periodistas, han ofrecido sus espacios a desconocidos y personalidades de distintas ramas de la sociedad dominicana que no concuerdan con sus valores, creencias ni filosofía de vida, pero se identifican con el razonamiento humano que hay que tener, sin ningún prejuicio. Eso se llama objetividad, tal como se debe asumir con toda responsabilidad.
Es así como se promueve un mundo más justo, sin necesidad de tratar de descalificar, censurar y hasta de atentar contra la vida de comunicadores de tanta valía.
La forma de esos valiosos comunicadores, se ha encausado en el rol de protagonismo cívico, comprobado en los esfuerzos por lograr el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación. Ellos como ciudadanos, durante sus trayectorias, han compartido igualmente las inquietudes y reivindicaciones colectivas de nuestro país.
Ellos, han sido vigilante de que se respete el verdadero estado de derecho del ser humano, se han arriesgado por defender las buenas causas que atañen a nuestros conciudadanos.
En todo momento y circunstancias adversas, esos colegas siempre han sido amantes de una mejor sociedad. De ahí su implicación en luchas de índole local o global sobre temas tan diversos como: la paz, la democracia, los derechos humanos, la igualdad de género y la educación entre otros.
No se puede ser desconsiderado, ellos merecen toda nuestra consideración y el verdadero respeto de manera incondicional.
Don Juan Bolívar Díaz, enfrento la temerosa era del gobierno balaguierista de los 12 años. Contra ese magnifico maestro universitario, escritor y periodista, fue lanzada una bomba y como consecuencia del impacto, su vehículo resulto semi-destruido. Milagrosamente Dios no permitió que hoy fuera una victima. El tuvo que exiliarce en México por las presiones que recibía de los incontrolables del gobierno opresor del ex-presidente Joaquín Balaguer.
Huchi Lora: reclamo la transparencia que se requería en los cuantiosos recursos que se incurrió en instalar la linea del Metro, y pidió que se esclarezca, se ocupo de que se entreguen los planos de la construcción de Metro, lo hizo de manera responsable y valiente, lo asumió como su causa, siendo la de todos.
Roberto Cavada, siendo de ascendencia cubana, ha encausado las grandes situaciones de índole político, económico y social que se han frecuentado en nuestro país. El expresa lo que otros dominicanos que han nacido en nuestro territorio no dicen, al momento de denunciar las malas acciones en la que se incurre en perjuicio de la población, de parte del Estado o del sector privado. Así también se rige la talentosa Amelia Deschamps.
He citado solo esos acontecimientos, sin incluir otros tantos, para significar el rol que estos comunicadores han asumido en sus labores periodísticas.
No entiendo ahora como se quiere desconsiderar a esas figuras de tan grandes méritos, por tan solo ellos denunciar la situación que afrotan los nacionales haitianos, ante su vulnerabilidad y en defensa de los derechos humanos.
Esos dignos comunicadores, encarnan una manifestación del periodismo social o militante, que se coloca, según las circunstancias, al lado de las nobles causas, como debe de ser.
Hay que admitir que, los inmigrantes son necesarios en los países de destino, aunque confronten en gran medida problemas para su integración social y política, debido al nivel propio que le caracteriza.
La situación migratoria a nivel internacional de nuestra República Dominicana, como país de origen en este caso y de destino, no escapa a esa realidad.

A la andanada de violencia contra los nacionales haitianos, también se suma la quema de la bandera de esa media isla, los inescrupulosos que incurrieron en la quema de la bandera de Haití, se hicieron pasar por miembros del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo), entidad política que se desvinculo de esas acciones y deploraron la quema de esa bandera de Haití, por parte de manifestantes, la mayoría encapuchados de manera irresponsable en el sector Ciruelitos de Santiago, se escudaron identificándose como dirigentes populares, siendo una falsa.
El portavoz del Falpo, Víctor Bretón, dijo en rueda de prensa, que ese grupo “jamás” se prestaría a agredir un símbolo patrio de un pueblo hermano como Haití.
Los manifestantes, mientras quemaban la bandera haitiana, lanzaban consignas en contra de la presencia de haitianos ilegales en el país.
También pregonaban, “fuera los haitianos, si es guerra que quieren, guerra tendrán”.
A pesar de que en una ocasión, algunos haitianos habrían quemado una bandera de nuestra nacionalidad dominicana, eso no es razón para que se tenga esa polémica desafiante entre haitianos y dominicanos.
El hecho de que los dominicanos hayamos estado bajo su dominio durante 22 años, desde 1922 a 1944, no es una razón para que se ponga de manifiesto el resentimiento, la rancia revancha, polémicas y demás, sin necesidad.
Las diatribas de personas en particular, no es un asunto de nación, sino de grupos de fascinerosos que instan a la violencia de dos razas que comparten una misma isla. Nosotros como país, no estamos contra ellos, ni creo que ellos tampoco lo estén contra notros.
PANEL DE FOTOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario