Una actividad física habitual consigue mejorar la calidad de vida, el bienestar y la salud.
Al hacer ejercicio, el cerebro empieza a trabajar, produciendo miles de reacciones químicas. La actividad conduce pues no solo a la quema de grasas y aumento de la musculatura, sino que también ayuda a todo el proceso de atención y concentración, que se prolonga más allá del tiempo en que estamos entrenando.
“La activación muscular pone en marcha una fábrica química de sustancias activas, altamente eficaces, ayudando a reducir el nivel de grasa, a la vez que mejora el desarrollo muscular y aumenta el rendimiento corporal” comenta Cristian García, director técnico de los centros BodyOn.
Ángel Merchán, director de Homewelness, agrega: “Los cambios que se producen en los momentos posteriores a la práctica deportiva son provocados por la segregación de una serie de hormonas, como la testosterona, la adrenalina, el cortisol o las endorfinas”. Traducido a su estado: estos químicos le producirán un estado transitorio de relajación, que puede durar varias horas, según la intensidad del entrenamiento. Estos efectos, efímeros, perduran en el tiempo a medida que aumenta la frecuencia del deporte.
Por su parte, los deportes o ejercicios que requieren toma de decisiones de colocación, velocidad, postura de diferentes partes del cuerpo, respiración o ritmo, como por ejemplo la escalada en rocódromos, demandan unos niveles altos de atención que estimulan dicha cualidad, teniendo transferencia a otras actividades cotidianas no deportivas que también demanden cierta meditación.
Pero entre todos estos beneficios, también suceden consecuencias no tan deseadas, como la deshidratación. “Por ello, es conveniente reponer todos estos líquidos hasta dos horas después del cese de la actividad. Y tener en cuenta la pérdida de sales minerales que hay que reponer así como los electrolitos que hemos gastado [con bebidas ricas en sodio]“, añade Juan Carlos López, director de fitness de Palacio de Hielo Holmes Place Spain. La saturación de ácido láctico en sangre y el agotamiento de las reservas energéticas se soluciona con una vuelta pausada a la calma y consumiendo carbohidratos, según el mismo especialista.
Cuando se acaba de volver de correr es adecuado tumbarse en el sofá, disfrutar del momento de relax que brindan las hormonas y comer un plátano o galletas integrales.
Es impresionante como el deporte puede ser tan positivo. La gente que hace deporte de montaña, como escalada y esquí de montaña, están literalmente enganchados a la actividad, pues los beneficios, como explica el artículo, son totales.
Robert Blasi
Redacción
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