Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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martes, 28 de abril de 2015

Rememorar el Holocausto para que nunca caiga en el olvido

algomasquenoticias@gmail.com Rememorar el Holocausto para que nunca caiga en el olvido

Reivindicar la memoria histórica es elemental para que las generaciones venideras no olviden ni permitan que vuelvan a suceder las grandes barbaries ocurridas en el pasado. Y es que como bien señala la máxima; “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.”
Bajo esta premisa se basa un proyecto por la memoria de las víctimas del exterminio sistemático que sufrieron los judíos en la Alemania nazi, hecho conocido historiográficamente como el Holocausto o como la Shoah por los hebreos.
El proyecto pretende dar un protagonismo directo a algunas de las 193.000 personas que sobrevivieron (y que aún viven en Israel) a la persecución, la intolerancia y las atrocidades del nazismo.

La generación nieta de los que sufrieron en sus carnes el infierno del Holocausto ha querido darles la voz a sus abuelos con la iniciativa “Memoria en el salón” para que expliquen ellos mismos en primera persona, desde sus propias casas, cómo pudieron sobrevivir a la sinrazón, lograr superar las adversidades, e incluso, tener un final feliz.
Experiencias como la Gabi y Hava, relatan un caso que, por fortuna, es el de muchos judíos: después de perder a sus seres queridos, y una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, milagrosamente se encontraron y nunca más se han vuelto a separar.
Algo similar cuentan Herta y Moshe, matrimonio nonagenario de descendencia polaca, que se conocieron poco antes de ser enviados, junto a sus familias, a distintos campos de concentración en 1943.
Tras sobrevivir al genocidio, tanto Herta como Moshe se buscaron mutuamente durante meses hasta encontrarse en Jerusalén la primavera del 1947. “Lo primero que hicimos fue casarnos” dicen Herta y Moshe a la vez.
Desde su casa cercana a Tel Aviv, Yehuda y su mujer Edith relatan cómo se conocieron en la aldea checoslovaca donde crecieron. Al inicio de la guerra, Yehuda fue deportado a un campo de trabajo, con la suerte de escapar y esconderse en el bosque hasta la liberación de Checoslovaquia, cuando supo que había perdido a su familia. A Edith la encerraron en Auschwitz con 17 años, siendo la única de su familia que logró sobrevivir. Ambos descubrieron que habían perdido a sus allegados, pero al menos, no se perdieron el uno del otro.
Este es el fin: compartir con el mundo y salvar del olvido sus historias, testimonios, anécdotas, recuerdos… Grandes tragedias personales que suman una gran tragedia colectiva pero que deben servir de lección. 
Axel García Bolancel
Redacción

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