Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

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jueves, 9 de julio de 2015

El pueblo dominicano es solidario

 El pueblo dominicano es solidario
El autor es sociólogo. Reside en Santo Domingo Este

algomasquenoticias@gmail.com

Por JUAN LOPEZ
Quienes tienen ojos para ver y oído para escuchar  y observan sin apasionamiento las penurias por las que atraviesa el pueblo haitiano desde hace varias décadas,  tienen la autoridad moral para afirmar que “la República Dominicana (pueblo y gobierno) ha sido el país más solidario con Haití y el que mayor apoyo le ha dado a esa nación”.
Sin embargo, las autoridades de Haití, apoyada por medios de comunicación e intelectuales haitianos, y acompañamiento de varias ONGs haitianas e internacionales (algunas con sedes y sucursales en RD), mediante un lobbismo permanente, fundamentado en sus precariedades, limitaciones y pobreza, están  presentándose como víctimas de la República Dominicana.
Con esa aviesa e intensa campaña gestionan sanciones para nuestro país. Denuncian al pueblo dominicano como xenófobo, racista, que maltrata a los haitianos y que, supuestamente,  estamos convirtiendo en apátridas a miles de haitianos.
Con frecuencia boicotean los funcionamientos de los  mercados binacionales y,  sorpresivamente,  con baladíes y falsos pretextos colocan vedas a los productos dominicanos. En las últimas semanas han llegado a la cruel acción de confiscar artículos comprados por humildes haitianos en nuestro territorio, los cuales, sin contemplaciones,  tiran a los basureros.
Sinceramente, la situación se está complicando.  Después que venció el plazo para registrarse en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, se ha producido una lluvia de críticas, acusaciones, amenazas y chantajes contra la República Dominicana.
Para esta campaña se ha formado un apasionado e irracional  coro, en el que se destacan las voces del Secretario General de la infuncional OEA, del Presidente, Canciller, Embajadores y periódicos haitianos, la recién finalizada cumbre del CARICOM, Alcaldes de New York y Canadá, el representante para las Américas  de Human Rights Watch, ONGs y hasta algunos conocidos periodistas dominicanos.
Han ignorado y despreciado, las bien documentadas explicaciones que, el pasado 26 de junio, en Guatemala, hizo el Presidente Danilo Medina ante   los participantes en la XLV Cumbre de jefes de Estados y de Gobiernos  del SICA, sobre los positivos resultados de la implementación del Plan de Regulación de Extranjeros.
Las exposiciones del Canciller y Embajadores dominicanos sobre la verdadera situación de los inmigrantes haitianos “les entra por un oído y les sale por el otro”, porque están prejuiciados, se han empoderado “sólo del drama de los haitianos en RD”.
En lugar de hurgar en las raíces de las causas políticas, económicas, sociales y  culturales que afectan al Estado y pueblo haitianos, se apandillan y asumen  la solución más fácil: Acusar y denunciar a RD como responsable y mendigar, en calidad de víctimas,  ayuda internacional.
Pero esa solución no es factible. Es totalmente falsa. Y, por el contrario,  está generando mayores dificultades. Están provocando una reacción masiva y emocional de los dominicanos. Están reviviendo históricas contradicciones dominico-haitianas y “echando sal y limón a heridas no bien cicatrizadas”.
Lo correcto, aconsejable y sensato es que surjan organismos internacionales que sean árbitros equilibrados, neutros  y justos.  Que vean y oigan la realidad de allá y de aquí. Que, de inmediato,  se suspenda la dañina y absurda campaña de acoso contra nuestro país.
Que las grandes potencias (EE.UU., Francia, Inglaterra, Canadá) constituyen una comisión especial para que, sin prejuicios e imparcial, proceda a realizar una evaluación objetiva de la situación para que, respetando los principios democráticos, la  autodeterminación y soberanías de ambos países, sugiera soluciones fácticas, apegadas al derecho internacional  y apropiadas ante el diferendo con relación a las masivas migraciones haitianas (que inflexiblemente rechazan otros países).
Por idiosincrasia el pueblo dominicano es noble, trabajador y muy solidario. También es valiente y decidido. Nuestra historia está preñada de gestas patrióticas para conquistar la independencia, la democracia, las libertades, la paz, la soberanía y lucha para construir un verdadero Estado social y democrático de derecho como se establece en nuestra Constitución.
La historia y la prudencia aconsejan no  jugar a la demagogia ni confundir esa nobleza y tradicional solidaridad…

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