
A partir de la iniciativa de su presidente Barack Obama los estadounidenses pondrán en marcha un plan definitivo para reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, estimadas como las principales responsables del calentamiento global. Con más importancia si cabe valorando que es el primer mandatario de esta nación que tiene la voluntad de imponer límites a las emisiones de las plantas energéticas.
No obstante son todavía muchos los puntos a tratar a razón de las estadísticas que maneja laOrganización Mundial de la Salud (OMS) con un promedio mundial de polución del 71 ug/m3 por encima de lo deseado ya que a partir de los 10 ug/m3 (microgramos por metro cúbico de aire) pueden desencadenar efectos nocivos sobre la salud.
Se tratan de partículas menores a 2,5 micrómetros (cien veces más pequeñas que el cabello humano) como el polvo, cenizas o metal que son lo suficientemente diminutas para entrar al organismo por las vías respiratorias.
No obstante como es lógico en todos los lugares del mundo no existe el mismo grado de contaminación, mientras que en algunas como Nueva Dehli (153 ug/m3), Patna (149 ug/m3), Gwalior(144 ug/m3), Raipur (134 ug/m3), Karachi (117 ug/m3) son donde se respira un aire más viciado. Por el contrario otras ciudades gracias a su compromiso y políticas verdes ostentan el honor de ser las ciudades más limpias del mundo y digno ejemplo para otras.
La primera en liderar la lista es Vancouver, ciudad de la costa pacífica de Canadá que se ha marcado como objetivo convertirse en la más verde del mundo en 2020, y que visto lo visto no es una proyección sino ya una realidad.
Con un elevado sentido de la belleza natural desde hace tiempo está llevando a cabo propuestas innovadoras a favor del medio ambiente como la construcción de nuevos edificios neutros al carbono, la transformación de su sistema de transporte sustituyendo los vehículos por bicicletas o una propuesta de “cero residuos” a través de la cual los deshechos de los ciudadanos pasarán a ser derretidos y mezclados con el asfalto gris.
En segundo puesto se sitúa Melbourne que concibe un modelo de ciudad sostenible con edificios que animan a los propietarios a mejorar el uso de energía y con un un gobierno municipal que contempla la reducción de emisiones de carbono del sector comercial y residencial. Asimismo este tipo de políticas las hace extensibles a la gran promoción del turismo ecológico.
La triada verde la completa otra ciudad australiana en este caso Sidney que se ha fijado para el año 2030 un ambicioso plan maestro llamado Sídney Sostenible.Lo mejor de todo es que esta iniciativa parte del mismo pueblo pues los planificadores de la ciudad hicieron un llamamiento a residentes, visitantes trabajadores y empresas qué tipo de ciudad quería y la gente respondió con una ciudad plenamente preocupada por el medio ambiente.
Cristina Grao Escorihuela
Redacción
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