SANTO DOMINGO.- La presidenta de la Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán, consideró que el juez penal necesita gozar de una fuerte independencia interna y externa para administrar una justicia que beneficie al prevenido y a la sociedad a la vez.
Dijo que el poder sancionador del Estado no puede gozar de la posibilidad de ser desmedido en el desarrollo de sus funciones, pues coloca al ciudadano juzgado en desventaja, de la cual, él no se puede defender.
“Es de mucha utilidad para una sociedad justa colocar frenos al poder avasallante del poder sancionador del Estado contra los indefensos”, expuso.
Al pronunciar una conferencia en el 12 Congreso Internacional de la Federación Internacional de Colegios de Abogados de las Antillas, consideró como un país de débil institucionalidad aquel que recurre al intercambio de disparos para “ajusticiar” a presuntos delincuentes sin el debido proceso.
Pero reconoció que las fuerzas represivas del Estado se encuentran con situaciones muy difíciles cuando tienen que repeler con violencia la resistencia de ciudadanos o grupos de ellos que están en conflicto con la Ley.
La magistrada consideró que una de las situaciones difíciles que embarga a un juez son los prejuicios posibles de este, ya que representa un arma silenciosa que limita la administración de una justicia sana y de la que tampoco el prevenido puede defenderse.
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