¿Enseñanza o educación? Una apuesta que normalmente sostiene que la educación se da en casa y en los colegios sólo se enseña. La licencia de educar está claro que corresponde a los padres, pero la verdad es que éstos no son los únicos capaces de influir en los niños. A diferencia que en el colegio, esta educación parental no está sujeta a programas de la Comunidad o a asignaturas. Cada uno enseña como ha sido enseñado, de ahí nacen posiblemente las diferencias que tanto se hacen notar de un país a otro.

Para muchos padres en EEUU, ser propietario de un arma también implica que los niños la respeten. “Las ven todo el tiempo en los videojuegos. Necesitan saber que las armas de fuego que circulan por ahí son inherentemente peligrosas”,dice David Prince de Lewisville, Texas.
El caso de Estados Unidos es especial en estas circunstancias por la cultura de armas tan arraigada. ¿Qué se puede deducir entonces de esto?
El debate no está en si es perjudicial o “fructífero” para un niño saber el manejo de un arma, pues esa decisión al fin y al cabo, la toman los padres. La determinación se deja al buen juicio de los progenitores, al menos en tierras americanas. La historia de esta niña de nueve años ayuda a entender hasta donde llega la influencia del entorno.
De todo lo que entra en contacto con un niño, éste puede aprender algo, ya sea bueno o malo. Por lo general, los educadores son los que deben ayudarle a comprender qué está bien y qué no. Pero por ejemplo, de algo que ellos ven como un divertimento como es el caso de los dibujos animados en televisión, pueden aprender palabras como “pringada”. Quizás sea porque los juguetes para los más pequeños han cambiado mucho y existe cada vez más una mayor separación entre juegos de niño y de niña. Aún así sigue habiendo juguetes de los que aprender y ver el mundo a través de sus ojos.
Hay que asimilar pues, que un niño es ingenuo por naturaleza, pero no por ello quiere decir que no se dé cuenta de lo que le rodea. La barrera de la educación – ya sea mejor o peor – es una pauta propia, el derecho a decidir cómo se quiere educar a un hijo está ahí. Y es que hasta ahora la mayoría de los personajes profesionales de LEGO eran hombres, lo que dio la vuelta una científica holandesa, Ellen Kooijman.
Las figuras femeninas estaban supeditadas a imágenes tan poco reales en la sociedad como las princesas o las sirenas. “Me perdí las figuras de Lego femeninas en el trabajo. Haría que la comunidad Lego fuera mucho más diversa”, apunta Kooijman.
Así se inició el cambio en los roles profesionales de juguete más famosos. Ellen encontró la forma de diseñar su propia figura femenina en el trabajo y centró este proyecto en su propio campo, el de las ciencias: paleontología, astronomía y química. Las tres mujeres LEGO no visten de rosa, para enseñar que la ciencia es una carrera tan viable para ellas como para un hombre. La idea rápidamente ganó partidarios y finalmente el set se hará realidad, llegará a las tiendas este mes.
Hay que asimilar pues, que un niño es ingenuo por naturaleza, pero no por ello quiere decir que no se dé cuenta de lo que le rodea. La barrera de la educación – ya sea mejor o peor – es una pauta propia, el derecho a decidir cómo se quiere educar a un hijo está ahí. De todo lo demás, también se aprende y es dónde los mayores esfuerzos deben ir. Un cambio en la filosofía de compañías de juguetes como LEGO es muy importante, en beneficio sobre todo de los que más disfrutan de las horas de juego.
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