Para Kim Do-sim, residente de 68 años de la diminuta isla de Seungbong, Corea del Sur, ir ver a un doctor involucraba un viaje de dos horas en ferry o una espera de una semana para recibir visitas de personal médico. Ahora, lo puede hacer en la pantalla y por Internet prácticamente a la hora que quiera.
Kim es una de las beneficiarias de la adopción de la telemedicina en Corea del Sur, que el gobierno busca extender por todo el país como parte de una campaña para desarrollar su débil sector de servicios. No obstante, el esfuerzo para lanzar el servicio más allá de la remota región donde vive Kim pone de relieve los desafíos que enfrenta Seúl para reducir la burocracia y contrarrestar la resistencia institucional al cambio.
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Corea del Sur espera que el desarrollo de sectores de servicios como la medicina y el turismo disminuya su fuerte dependencia de las exportaciones para sostener el crecimiento Los economistas lo consideran un proceso esencial para las perspectivas del país a largo plazo. Pese a que la tasa de expansión de 3,3% supera a la de muchos de sus pares, las autoridades temen que sus exportaciones pierdan fuerza en mercados internacionales que son cada vez más volátiles.
Los servicios representan cerca de 60% del Producto Bruto Interno de Corea del Sur, según el Banco Mundial, por debajo del promedio de 70% de los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Estas cifras generan una motivación para el cambio. La actual ley de salud de Corea del Sur limita los diagnósticos por Internet a comunicaciones entre profesionales médicos en clínicas. El Ministerio de Salud quiere modificarla para que los servicios de telemedicina estén disponibles para más pacientes aparte de los que se encuentran en lugares remotos como Seungbong.
El plan ha generado fuertes protestas de la Asociación Médica Coreana (KMA, por sus siglas en inglés), que representa a cerca de 100.000 doctores. Sus miembros, quienes en su mayoría dirigen clínicas pequeñas, dicen que les preocupan dos factores: la seguridad de los pacientes y el futuro de sus empleos.
El Ministerio de Salud ha expandido el servicio de telemedicina en una prueba de seis meses que realiza en 11 hospitales —cinco de ellos en clínicas estatales y seis en privadas— desde fines de septiembre, pero la mayoría de los doctores están boicoteando el programa.
Sin embargo no todo es positivo. Hay quienes dicen que la telemedicina podría llevar a muchos médicos a la quiebra debido a que los pacientes probablemente preferirán servicios en línea de hospitales más grandes y mejor equipados a clínicas pequeñas. Las dos caras de la misma moneda.
Robert Blasi
Redacción
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