Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. -Filipenses 4:13

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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martes, 22 de julio de 2008

Cuando se infunde el descrédito


Por Cesáreo silvestre Peguero.

Infundir es influenciar en otro una creencia acertada o desacertada.
En la búsqueda de tal objetivo hay quienes se valen de cualquier infundado argumento para tratar de denigrar.
Para la consecución de lograr tal descrédito se emiten expresiones despectivas que procuran poner en tela de juicio el proceder de otros.En la mayoría de los casos los difamantes ocultan cierta admiración hacia quienes detractan pero, se ven incapaces de admitirlo y prefieren hacer uso de tipificaciones adjetivas y exiguas, (escasas, insuficientes y vanas) con la que se busca censurar o descalificar.
Es muy usual que algunos centralizados en ellos mismos se vean muy cuerdos y califiquen a los demás de locos o locas. Hay que ser bien ineficiente cuando se crea ser eficiente haciendo o considerando al otro de no serlo y más aún de considerarlo con epítetos desacertados e inadecuados. ¡Qué irónico es que precisamente por medio del lenguaje un hombre pueda degradarse por debajo de lo que no tiene lenguaje! (Sören Aabye Kierkegaard).
Parte de los más grandiosos enajenados de la literatura universal han sido creados por novelistas o dramaturgos en su sano juicio, dueños de un comportamiento personal aceptable, cuando no ejemplar, y que han gozado de respeto entre sus coetáneos pero, debido a sus oficios, han sido capaces de sondear, con minuciosa precisión, los matices de la alineación mental, así como los rasgos que tipifican la conducta anómala.
Erasmo fue el primero en vislumbrar la importancia de la locura de la vida social y, lejos de aceptar las interpretaciones ortodoxas que la estereotipan como posesión demoníaca, vicio o pecado, se dio cuenta de que la locura constituía un ingrediente esencial de la vida cotidiana, uno de los polos entre los cuales oscila el péndulo de la razón.La persona realmente exitosa y de excelencia nunca necesitará apagar la luz de otra persona, para hacer proyectar la suya. No hablaré mal de hombre alguno, y de todos diré todo lo bueno que sepa”. -Benjamín Franklin.
Todos los hombres que conozco son superiores a mí en algo.
En ese sentido, aprendo de ellos”. -Tomás Emerson.