Desde la creación del mundo Dios en su inmensa soberanía proveyó al ser Humano de libre albedrío (decisión libre para que escoja entre el mal o el bien). Muchas veces, solemos darle cabida a algún pensamiento que de aplicar, nos pudiese perjudicar más que beneficiar. El dar cabida a un pensamiento debe ser de beneficio moral (1) familiar (2), espiritual (3), económico (4), intelectual (5), o para nuestra paz emocionar lo contrario se debe rechazar.
A los pensamientos que degraden uno de los puntos señalados no se le debe dar cabida.
Para despojarnos de esos pensamientos hay que tener un útil pensamiento para contrarrestar las malas influencias.
Para esto, hay que estar consciente del daño que nos causan al abrigarlo en nuestra fuerza.
Dominar el pensamiento requiere rechazar lo que nos haga mal pensar.
No debemos dar cabida; en Jesucristo hay una salida.
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Por Cesáreo silvestre Peguero.
Periodismo con sentido.
San Pedro de Macorís, Republica Dominicana.