Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13

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Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres. Josué 1:9

Periodista Cesáreo Silvestre Peguero, editor de este portal Web.

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domingo, 7 de junio de 2015

El carácter moral de las elecciones 2016

 El carácter moral de las elecciones 2016
EL AUTOR.

algomasquenoticias@gmail.com

¿Serán una farsa las próximas elecciones generales en la República Dominicana? Según la opinión del “camarada” Narciso Isa Conde, dirigente de los Círculos “caamañistas”, sí lo serán. 
 
Sin embargo, en mi opinión, son unas elecciones legítimas tomando como premisa el contexto de los códigos que rigen las instituciones del Estado que son el carácter de clase del gobierno y la Dictadura de la Democracia representativa: o sea la “democracia” Burguesa.
 
Para asentar en territorio político firme las bases de mi argumento, me veo compelido a formular algunas interrogantes de lugar: ¿Fueron una Farsa las elecciones de 1966, 1970, 1974? ¿Cuál tipo de regímenes han organizado farsas electorales registradas en la historia reciente  de países de la América Latina?
Durante la régimen cívico-militar y representativo, liderado por el Dr. Joaquín Balaguer y su Partido Reformista, se celebraron tres certámenes electorales en los que participaron todos los partidos políticos que decidieron intervenir en aquellos procesos.
En el año 1966 se celebraron unas elecciones en las que salió electo Joaquín Balaguer y derrotado el expresidente de la República, Profesor Juan Bosch quien fue candidato del Partido Revolucionario Dominicano PRD. Estas elecciones fueron el segundo resultado de la intervención militar de los Estados Unidos de América en Santo Domingo y el resultado directo de las negociaciones de las que el PRD tomó parte.
Las elecciones de 1970 pudieron parecer una farsa, pero no lo fueron. El PRD se abstiene de intervenir en ese proceso y de antemano  los partidos de Izquierda estaban sujetos a la clandestinidad; sin embargo, el Partido Reformista se escindió  y en consecuencia, del Palacio Nacional surgen dos candidatos presidenciales: el propio Balaguer y el vicepresidente de la República: el Licenciado Francisco Augusto Lora, encabezando la boleta electoral de su partido Movimiento de Integración Democrática Anti-reeleccionista MIDA.
El proceso electoral de 1974 estuvo ligado a las mismas condiciones de las del 1970 en las que había habido más participación organizada en partidos. Sin embargo, es el PRD el único responsable de que Balaguer mantuviera el poder por cuatro años más.
El PRD al tener como aliados principales al seudo comunista Movimiento Popular Dominicano MPD y al General trujillista Elías Wessin y Wessin y a su Partido Quisqueyano Demócrata PQD provocó la reacción del régimen que se espantaba ante el peligro de la llegada al poder de elementos enemigos entre sí como lo eran la gente del MPD y los del PQD.
Por su parte, el Pentágono y la Casa Blanca, no permitirían un caos dentro del gobierno y el PRD y el Acuerdo de Santiago no garantizaban ese equilibrio dentro del Estado por cuanto se vieron forzados a retirar sus candidaturas electorales.
No obstante a todo lo antes dicho, el proceso (1974) no fue una farsa, dado que además de la participación del pequeño Partido Demócrata Popular PDP y Luis Homero Lajara Burgos, participaron otros movimientos de carácter independiente, los cuales presentaron sus propias candidaturas a senadores, diputados, alcaldes y regidores en muchas de las provincias y municipios de la República.
En conclusión una farsa electoral es aquella en la que solo participa un Partido político, como sucedía en las elecciones que preparó Rafael Leónidas Trujillo durante su régimen y el dictador nicaragüense Anastacio Somoza.
De aquí que argumentar—con la intención de optar por la abstención electoral—que lo que se celebrará en el 2016 es una farsa electoral, es develar la carencia de comprensión de lo que son las elecciones preparadas por la Democracia capitalista de estos tiempos.
Las elecciones en la sociedad capitalista son un estamento político-estructural de la clase capitalista, y pese a esto, tenemos que en las próximas elecciones, tendrán participación todos los partidos del sistema incluyendo las pequeñas agrupaciones y que si los partidos de la Izquierda y quienes se hacen pasar por revolucionarios no intervienen en ellas es porque no les importa si las masas y de entre ellas los trabajadores más disconformes con el sistema vigente e ideológicamente más avanzados, son arrastrados a participar masivamente en ellas.
Estas elecciones serán generales, y esto significa que es un campo más amplio de participación pública en la política. Si personajes como Narciso Isa Conde—que son hacedores de opinión sobre el sistema estatal dominicano—comprendieran la concepción e intereses de clase que defiende la burguesía y que demuestra comprender a través de su Estado, participarían en el proceso electoral llevando candidaturas independientes a síndicos, regidores, senadores o diputados con un Programa político denunciando la explotación capitalista, el carácter de su Estado y la necesidad de la Burguesía de mantener el dominio de Clase en nombre de la Democracia: su “democracia” que no es más que una dictadura de Clase.
Los procesos electorales abiertos, dentro de las condiciones actuales, deben ser usados por los revolucionarios como un Medio y no como un Fin. Los procesos electorales, deben servirnos de medio para nuestra propaganda, para ligarnos a las masas trabajadoras, para expresar nuestras ideas, las perspectivas, nuestro Programa y mucho más aún: para reclutar de entre los trabajadores más avanzados, y de la juventud a los potenciales cuadros del Partido de los Trabajadores.
Es una puerilidad desconocer y repudiar de manera reaccionaria la convocatoria electoral; es una miopía política engavetar nuestras ideas y ladrar desde un cuarto solitario por lo amañado de las elecciones burguesas.
Sabemos que sus procesos electorales responden a sus intereses de clase de la burguesía, pero también, los Marxistas comprendemos que nuestro trabajo es denunciarlo ante las masas, haciendo uso de ése su propio medio que pese a lo corrupto que pueda ser, no nos impiden usarlo hasta cierto punto; suficiente para atraer a los trabajadores hacia nuestra doctrina.
¡Necesitamos líderes revolucionarios en la República Dominicana!
¡Urge una Campaña Socialista!

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