Por Cesáreo Silvestre Peguero
Los gremios nacieron para ser voz… no eco. Para levantar la dignidad, no para arrastrarla.
Cuando no se politizan, asumen un rol vital en el ámbito laboral y social. Son el canal de reclamo, el refugio del trabajador, la tribuna del justo. Pero cuando se arrodillan ante el poder, dejan de representar a los suyos y se convierten en cómplices de lo que antes denunciaban.Hoy, muchas asociaciones, sindicatos y juntas vecinales han claudicado. Perdieron el aliento que tuvieron cuando aspiraban, cuando prometían cambio y decencia. Ahora lucen disfrazadas, traicionando a quienes los eligieron. Se visten con el ropaje de la politiquería vulgar, y venden por migajas lo que debía ser sagrado: la conciencia colectiva.
Los partidos han penetrado hasta el tuétano. Lo ha hecho la oposición, y con más vehemencia, el partido oficialista. El PRM, como los anteriores, ha colonizado entidades sociales, federaciones campesinas y sindicatos profesionales, utilizando métodos hábiles, pero no nobles. Compran voluntades… y luego se burlan.
Sin embargo, no todos nos hemos vendido. Quienes me conocen, saben que he caminado con firmeza, sin dobleces, rechazando siempre las artimañas políticas que humillan al pueblo. Por eso alzo la voz, no como reacción de enojo, sino como ejercicio de conciencia.
Este domingo 27 de julio, la Asociación de Locutores de San Pedro de Macorís se encuentra ante una encrucijada: rendir su autonomía o recuperar su dignidad.
No es una simple elección, es una decisión histórica. O se continúa la ruta de la complacencia servil al poder de turno, o se abraza la valentía de ser independiente y útil.
Votar por Elvin Rodríguez y la plancha #2 Juventud y experiencia, es votar por la dignidad que aún respira, por el trabajo sin banderías, por la unidad sin servidumbres. Con él, la Asociación puede redimirse, reencontrarse, revivir.
El voto de este domingo no es solo por una persona…
Es por la memoria de lo que fuimos, y la esperanza de lo que aún podemos ser.