Crear una empresa es un proceso que intimida a más de uno. Se ha de invertir mucho dinero y esfuerzo en un proyecto que puede no salir bien. Aún así, un buen emprendedor sabe que quien no arriesga no gana.
Según un estudio de Bloomberg Beta y la consultora Mattermark, las personas que empiezan su propio negocio rondan los 40 años de edad y un 43% ya había trabajado con anterioridad en alguna start-up.
Los más jóvenes suelen jugar con desventaja al no contar con tanta experiencia profesional. Es por esta razón que la puesta en práctica de actividades básicas relacionadas con la creación de empresas les puede ser de gran valor.
Un ejemplo lo encontramos en Estados Unidos, donde existe desde hace 26 años Network for Teaching Entrepeneurship (NFTE), una asociación que se involucra en la enseñanza de negocios y emprendimiento a jóvenes que además cuentan con pocos recursos.
“Lo primero que hacemos al enseñar emprendimiento es dejar claro que habrá problemas”, explicaAmy Rosen, presidenta de NFTE, al medio digital Entrepeneur. “Hemos visto que al preparar a los estudiantes para que se anticipen y reconozcan los problemas, tienen más tiempo y recursos para resolverlos. Se sorprenden menos y aprenden que la acción proactiva puede aliviar a menudo la gravedad de los problemas”.
El programa se basa en el aprendizaje experimental. De esta manera, los alumnos no solo asimilan nociones teóricas sino que ponen en práctica sus conocimientos y capacidades.
“Cada concepto que enseñamos está basado en ejemplos y experiencias del mundo real”, declara Steve Mariotti, fundador de NFTE.
Por ejemplo, hay una actividad en la que a los estudiantes se les proporciona materiales con los que han de idear un invento para luego exponerlo ante sus compañeros. De esta manera, se les incita a pensar en las necesidades de los consumidores y a comunicar de forma persuasiva su creación, como si de una verdadera empresa se tratara.
También se fomenta la conversación con dueños de negocios de la comunidad, lo que permite a los jóvenes profundizar sobre oportunidades de negocio y competencia a través de testimonios de primera mano. No podían faltar tampoco las invitaciones a emprendedores para que hablen con los alumnos, expliquen su experiencia y resuelvan sus dudas.
“El programa les ayuda a identificar algo que les interesa y motivarles para que conviertan esa pasión en un negocio”, explicó a la BBC Patricia Granata, directora ejecutiva de NFTE en Washington DC. “El objetivo es un camino hacia la prosperidad”, concluye.
Valeria González
Redacción
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