La diabetes, cuyo curso por la historia del mundo como enfermedad crónica ya databa desde el siglo XV a.C, parece encontrarse en el camino de simplificar sus dificultades gracias a la versatilidad de la microbiología y la nanotecnología.
Basada en el instinto de detección y alarma temprana, una nueva insulina “inteligente” se está desarrollando previo a lanzarse al mercado para reducir el número de pinchazos que se efectúan diariamente los diabéticos.
La Organización Mundial de la Salud, en el año 2000, estimó que el número de diabéticos en el mundo llegaría a 370 millones en el año 2030. La tecnología parece que por fin se ha situado dos pasos por delante de la enfermedad (del top 10 de causantes de decesos mundiales) para aunar los sufrimientos del diabético y apostar a nuevas actualizaciones a futuro.
El portavoz de la buena nueva es la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que reveló la efectividad que tuvo una insulina que se aplica en una sola dosis y que solo es necesario reiterar cuando se activa dicha necesidad y es detectada mediante químicos propios.
Las ventajas de este descubrimiento se aplicarían en unos años principalmente en pacientes de diabetes de tipo 1 que son insulino-dependientes.
El vertiginoso aumento y descenso del azúcar es lo que les impide distraerse de sus niveles diarios de glucosa y que en consecuencia les toma una larga lista de aplicaciones cutáneas.
El funcionamiento de este nuevo modelo de insulinas de manipulación molecular consta de un juego extra de corpúsculos pequeños que se adhieren a las proteínas que circulan en el corriente sanguíneo. Su paridad con la glucosa en el curso corporal activa sus componentes en caso de que se eleve o disminuya.
Diabetes UK, la Fundación de Investigación de Diabetes Juvenil y el MIT son algunos de los numerosos organismos que apuestan donaciones e intelectuales para disminuir diariamente la brecha que expande las dificultades de acceso económico, tecnológico e incluso la propia vida a millones de diabéticos en el mundo.
Existen otras variantes incluso más interesantes que las insulinas de aplicación por inyecciones que constan de aplicaciones por vía oral o las dosis de células beta sobre la superficie de la piel. Estos inventos aún se encuentran por debajo de la mira del mundo de la medicina por la cruenta guerra de patentes que se está disputando entre las farmacéuticas para lanzarlos al mercado.
Gracias al foco que le ha impuesto el mundo de la medicina a la diabetes, hoy existen personas como el maratonista valenciano Alejandro Samper, que hace 18 años convive de forma sana con la diabetes de tipo 1 y resume su experiencia en una sola frase “Al final, las limitaciones te las pones tú, no tu enfermedad”.
Agustín Lorenzo
Redacción
Redacción
No hay comentarios:
Publicar un comentario