
Algunas ciudades han vencido a la contaminación. No hay solo un parámetro para medir la calidad del aire de una ciudad de la misma forma que no hay una única sustancia contaminante. Los niveles de PM10 y PM2.5 (partículas menores de 10 y 2.5 micras), dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y ozono no siempre van de la mano.
Para esta selección nos hemos centrado en capitales con niveles satisfactorios de PM2.5, partículas que por su reducido tamaño son especialmente nocivas: penetran más fácilmente en el aparato respiratorio y pueden llegar al torrente sanguíneo. La OMS recomienda que la media anual de PM2.5 esté por debajo de 10 microgramos por metro cúbico (µg/m3).
Eso califica el aire de Delhi (India), con una media de 153 µg/m3, de irrespirable. Por citar una referencia más cercana, Roma (Italia) suspende con 21 µg/m3. Según datos oficiales recogidos por Ecologistas en Acción, Barcelona y Madrid tienen 14 y 10 de media, respectivamente.
1. Vancouver: es “verde”
En la tercera ciudad más grande de Canadá (600.000 habitantes) presumen de ser la metrópoli con el aire más limpio del mundo y, no conformes con eso, sueñan con convertirse en 2020 en la más “verde”. Vancouver, mirando al Pacífico y al abrigo de montañas —uno puede avistar ballenas y osos, playas y nieve, a relativa corta distancia—, es una ciudad muy agradable incluso por su clima, que es suave. Uno de los secretos de su aire limpio (4 µg/m3 de PM2.5, según la OMS) son sus amplias zonas verdes, entre las que destaca el emblemático Stanley Park, que se extiende como una pequeña península en un extremo de la parte central de la ciudad. Con una extensión de 400 hectáreas entre recónditos bosques y tótems indios, puede recorrerse en bici o a pie.
2. La “Sidney sostenible”
Cuesta imaginar alguno de los iconos arquitectónicos de esta fotogénica ciudad (la Opera House, el puente de Sidney) sumido en una nube de contaminación; las fotografías siempre nos los presentan con nitidez asombrosa.
Rodeada por cinco parques nacionales, la ciudad más grande y poblada de Australia (más de 4 millones de habitantes) pasa por tener una de las atmósferas más limpias del mundo (5 µg/m3 de PM2.5).
Han lanzado un plan para convertirla en la “Sidney sostenible” en 2030. Y van por buen camino: los desplazamientos en bici por sus calles han crecido un 113% desde 2010.
3. Tallin: todo el transporte es gratis
En enero de 2013, las autoridades de Tallin tomaron una medida drástica para incentivar el uso del transporte público entre sus 430.000 habitantes: hacerlo gratuito. Implicó reforzar la flota de autobuses y dejar de ingresar 12 millones de euros al año, pero los residentes en la capital de Estonia (solo ellos pueden disfrutar de este privilegio) acogieron la iniciativa con entusiasmo: en pocos meses el tráfico descendió un 15%.
Con todo, Tallín (7 µg/m3 de PM2.5) ya gozaba de aire limpio y fresco antes del experimento, en parte por su privilegiada situación en una bahía frente al mar y estar salpicada de lagos (el mayor, Ülemiste, surte de agua potable a la ciudad).
Nuestros pulmones necesitan un respiro. Según informaba EFE, cinco estaciones de medición de calidad de aire de Madrid registraron niveles de concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) superiores a los niveles recomendados.
En los últimos días, muchos ciudadanos denuncian a través de Twitter, con el hashtag #MadridDaAsco, la insostenible situación de la capital de España. Oramos para que en Madrid se pueda respirar mejor.
Robert Blasi
Redacción
Redacción
No hay comentarios:
Publicar un comentario