En un mundo paradójico donde las emisiones contaminantes contra el medio ambiente no paran de aumentar año tras año a pesar de la creciente preocupación , existen proyectos e iniciativas que, si bien no solucionan – al menos de momento – este problema de alcance global, sí son símbolos esperanzadores de que se puede conseguir un planeta más limpio con políticas de no agresión al medio ambiente.

El sistema de la isla es una combinación de energía eólica e hidráulica: cinco aerogeneradores suministran la electricidad primaria a la red produciendo la electricidad necesaria para abastecer a toda la región cuando el viento es el adecuado. Cuando no lo es, se utiliza la energía alternativa generada por una subestación hidroeléctrica, que, además, incluye la desalación, con lo que también sirve para suministrar agua potable a los habitantes.
A pesar de que la isla pretende abastecerse por completo con energías limpias, existe una central térmica tradicional que en caso de emergencia entraría en funcionamiento.
El Hierro fue declarada el 22 de enero del 2000 como Reserva de la Biosfera por la Unesco, y en la actualidad desarrolla un plan impulsado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo para convertirse en la primera isla del mundo completamente autosuficiente con energías limpias, sin hidrocarburos y sin humos. El proyecto de El Hierro se inició hace más de dos décadas y el pasado mes de junio se inauguró el eje central de la iniciativa, la central hidroeólica de Gorona del Viento, con lo que se alcanza este objetivo.
Ahora, como dice Alpidio Armas, presidente del Cabildo insular, comenzarán a comprobar que todo funciona correctamente antes de suministrar de forma permanente a toda la isla con energía limpia: “Queremos ser un ejemplo, hemos debatido y probado hasta llegar a esta solución. Ahora decenas de representantes de administraciones de todo el mundo vienen a aprender de nosotros y a comprobar qué pueden copiar. Tenemos entrevistas con gobiernos del Caribe, África, China, Estados Unidos…”, dice Armas.
Una vez que El Hierro se autoabastezca con energías renovables, el siguiente objetivo, estimado para el 2020, será eliminar los motores de combustión y que todos los vehículos sean eléctricos utilizando las mismas fuentes energéticas.
La gran cuestión que surge al respecto es si el sistema de El Hierro es exportable a otras regiones más amplias. “Esto de El Hierro es exportable. Puede y debe serlo. Es una necesidad. Lo hemos dicho muchas veces. Técnicamente hoy es posible realizar un cambio de modelo basado en ahorro y renovables, en una gestión más autosuficiente y democrática. Lo que hace falta es voluntad política. Como todos los cambios, los comienzos son proyectos piloto”, añade Rodrigo Irurzun, responsable del área de energía de Ecologistas en Acción.
Lo cierto es que la isla canaria cuenta con poco más de 10.000 habitantes y tiene unas características orográficas y climatológicas idóneas para la generación de energías limpias y el resto de experimentos exitosos al respecto se restringen a poblaciones también pequeñas. Es el caso de Wildpoldsried, un pueblo del estado alemán de Baviera que se autoabastece con una mezcla de paneles solares fotovoltaicos, biogás y minicentrales hidráulicas; de la isla de Samso, entre Dinamarca y Suecia, también autosuficiente con energías renovables, o del pueblo alemán Feldheim, que decidió prescindir de la energía nuclear tras el desastre de Fukushima.
Como señala Cristina Monge, directora de Conversaciones de la Fundación Ecológica y Desarrollo (Ecodes), “cada territorio tendría que explorar su propia solución personalizada en función de sus características”.
Los proyectos verdes en grandes ciudades suelen realizarse por fases hasta alcanzar ambiciosos objetivos como las emisiones cero, algo que se ha propuesto Copenhague para el 2020 a la vez que lanza iniciativas limpias como cubrir las azoteas de los nuevos edificios con vegetación.
En España, Vitoria es el ejemplo más significativo de ciudad verde, habiendo sido reconocida como European Green Capital en 2012, y en varias localidades de Cataluña y el País Vasco se practica la recogida selectiva de basura por las puertas, algo que ha aumentado importantemente el reciclaje y ha concienciado a los ciudadanos a responsabilizarse de sus residuos.
Erika Galípolo
Redacción
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