
Este sector, compuesto por el gas natural, el carbón o el petróleo, está considerado como el mayor responsable del cambio climático. De tal manera que representa en torno a un 80% de las emisiones totales de CO2 que se concentran en la atmósfera.
Los datos hablan por sí solos, 2015 fue el año más cálido registrado por delante del 2014. Así pues, es necesaria una acción rápida y eficaz para evitar que se siga haciendo uso de este tipo de energías no renovables.
Las mayores dificultades que se plantean ante el cambio son de índole económica. Actualmente, la comercialización de combustibles fósiles mueve cantidades ingentes de dinero en todo el mundo. Sin embargo, cada día las alternativas son menos costosas. Sin ir más lejos, el precio de los paneles solares ha disminuido en más de un 70% en los últimos seis años.
Todavía no es demasiado tarde para cambiar de hábitos y dejar de invertir en este tipo de energías tan perjudiciales. Eso es precisamente lo que pretenden conseguir los defensores de la campaña Keep it in the ground, respaldada por universidades de renombre como la de Oxford, Stanford o Sydney, instituciones religiosas de todo el mundo, o celebridades como Leonardo DiCaprio.
Su meta es cumplir con el objetivo señalado por un estudio científico realizado en 2015, que aconseja mantener bajo tierra el 80% de las reservas de combustibles fósiles.
Algo no tan imposible como parece si se tienen en cuenta logros como el conseguido en Canadá, con la paralización de un proyecto que pretendía construir el oleoducto de Keystone, diseñado para transportar barriles de crudo desde la región de Alberta hasta Nebraska. O en Australia, con la que iba a ser la mayor mina de carbón del mundo.
Movimientos de este tipo están preparándose ya para presentar batalla de nuevo esta primavera, dispuestos a hacer cambiar de opinión a los inversores que siguen apostando por las energías fósiles, y lograr así ponerle freno a un negocio que, pese a ser excesivamente fructífero en el terreno económico, es terriblemente perjudicial para el futuro del planeta.
Elena Chozas
Redacción
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